La cuarta parte, "Antigüedades", me ha parecido soberbia. Me repito, pero me encanta la prosa que emplea De Santis: sutil, elegante. Además, la atmósfera que ha creado es hipnótica.
El desarrollo de la cuarta parte me ha fascinado:
Santiago casi muere desangrado tras el incidente con Farías, pero se ha salvado gracias a la transfusión de Calisser. Su sangre se ha mezclado con la del librero, así que, zas, Santiago se ha convertido en un vampiro. Me ha encantado seguir la evolución del protagonista: su iniciación, la adaptación a esa nueva vida, cómo va aprendiendo el oficio de su mentor Calisser, conociendo el mundo de los anticuarios... y sucumbiendo a la sed primordial. |
Sigo.