Pues ya la he terminado.
Dije el otro día que tenía un aire a lo "Wilkie Collins" y me reafirmo en esa referencia, aunque circunscribiéndola sólo a los dos primeros tercios. Y en todo caso con matizaciones. Porque la novela carece del humor propio de Collins y en su desarrollo rehuye la complejidad de estructura que sin duda hubiera utilizado ese autor. Por otro lado, y en contrapartida, Wilkie Collins jamás habría podido escribir una historia como ésta por la carga crítica hacia la sociedad y los valores victorianos que contiene (demasiado explícita, demasiado subrayada, demasiado redundante a mi juicio) y mucho menos por los temas, realmente peliagudos, que toca.
El último tercio de la novela, bien diferenciado, de remitir a alguien podría ser más bien a Dickens, pero eso ya es otra historia...
Quizás se trate de una novela discutible en algunos aspectos... Digamos que si la autora fuera torera se diría que en algunos momentos a su faena le ha faltado ligazón y el temple en la última parte se la hecho sospechoso. Incluso podría someterse a juicio la colocación final de la espada y entrar a valorar si no está demasiado baja. Pero como esto no son toros sino literatura (por cierto, ¡viva la tauromaquia y la fiesta más culta y hermosa del mundo!
) digamos que si bien la faena literaria ha adolecido de falta de profundidad en algunas figuras-personajes-estereotipos, en conjunto merece al menos una fuerte ovación. Se debe advertir que quienes busquen una novela policíaca típica, esto es, la que partiendo de un crimen cuenta el desarrollo de una investigación, no la encontrarán aquí (poniéndose exquisitos, se podría entrar a discutir incluso si su ubicación más correcta está en este subforo). La novela plantea una intriga, un comportamiento sorprendente al que se le pueden dar un número indeterminado de respuestas, pero todas a la vista. La elección de la autora, no diré si es o no soprendente para no adelantar siquiera eso (proque si hay o no sopresa es parte de la sorpresa misma), pero a mí parece absolutamente impecable. Luego ya vienen otras licencias que quizás (o no) hagan fruncir el ceño, pero francamente... Wilkie Collins también las utilizaba y bastante más gordas. Y a mí me gusta Wilkie Collins. Así que si hubiera que perdonar algo a Anne Perry se lo perdono. Que es una escritora muy estimable.
Y dicho esto, y sin mencionar otras cosas mencionable por no alargarme más, conclusión para quien le interese: personalmente encuentro la novela muy recomendable. Por el ambiente, por la intriga, por el argumento, por las historias paralelas, pòr el desenlace. Yo me lo he pasado francamente bien leyéndola.