Me río yo del Sherlock Holmes. En un Londres racional y civilizado, cualquiera. En Tomelloso lo querría ver yo y en el puesto de Plinio, con tó el verano, con tó el solanero y las calles desiertas y con la gente tomellosera o tomellosina.
A ver cómo se las apañaba el Holmes aquí, en el caso de la súbita desaparición de una moza, cuando en el interrogatorio de la última persona que habló con ella, su abuela, se le descolgara con estas razones:
- Mi Sabina. ¿Qué voy a decirte? Estaba demasiado buena para que la respetasen. Siempre temí que cualquier siesta un macho se la llevara a lomos. Aquel pisar tan duro, aquel brocal de caderas, aquellos pechos como ramos de flores no podían ser respetados. Tenía demasiada vida en un solo cuerpo (...) Si hubiera sido de condición zorra hubiese arruinado a todos los hombres de Tomelloso y aun de Socuéllamos y Villarrobledo. Pero nació decente y con su mera presencia atormentaba a todas las braguetas del contorno. ¿A que digo verdad, Manuel?
- Pero abuela, que va a poner cachondos a estos señores...
- La han robado entre muchos, estoy segura. La han robado en cuadrilla y a estas horas se la habrán tirado ya entre aquellos prietos montes que están pasando la Ossa de Montiel (...) El domingo de Ramos nos ponían la fachada de la casa llena de carajos pintados. Muchas noches se oía a los mozos gruñir junto a la puerta, como perros enloquecidos (...) El último domingo de Ramos puso uno en la tapia del corralón este versete:
(Irreproducible. Me tendría que autorizar administración
)
Cosas de la abuela. La Mancha es lo que tiene, que parece que no pero pare criaturas muy duras. Si hay que pasar esto a erótica que se pase, que se comprende
Y luego, siguiendo con las investigaciones, a ver qué hubiera hecho Sherlock topándose con este supuesto testigo:
A ésa, fíjese lo que le digo, la ha robado un ansioso. Yo, si hubiera entrado en mis cuentas robar alguna, desde luego que habría sido a ella... ¿Qué tendrán dentro las mujeres tan buenas que de tal manera le revuelven a uno el universo? Ve usted una maleta llena de billetes, y se pone nerviosete. Nada más que nerviosete. Ve usted un muerto, y le da pena. Ve usted un niño, y le da ternura. Ve usted un tío fuerte, y le da envidia, pero ve uno una tía de éstas, tan rebuenísimas, y le da de todo a la vez...
- Muy bien, Félix, pero no nos aclaras nada.
- Hombre, según y cómo; yo no le aclaro el robo, pero sí de mi sentir
Y otra testigo ocular, luego resulta que se equivoca de año
. En fin, que eso ,que aquí querría ver yo a Sherlock
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