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Being called the worst boyfriend can do a number on a man’s ego.
But I handled it the way any full-grown adult male would—by eating copious amounts of carbs and wallowing over whether I was good enough.
I admit, it wasn’t the best of moments, but it made me realize I needed answers to the question, what are women looking for inside and out of the bedroom?
After I researched the subject, I compiled my data into a solution.
Thirty days.
Thirty right moves.
But I needed to test out my newfound theories, and my best friend, Tenley, was going to help.
It was a foolproof plan.
We would date and act like a real couple, all in the name of research. And when the thirty days were up, we would go back to being just friends.
Piece of cake, right?
Only, I forgot to take into consideration the multiple outcomes. Specifically, the one where it left me wanting more and refusing to go back to what we were... ever again.
Me he leído los diez primeros capítulos. No está mal. Es ameno, pero no termina de hacer click.
Por algún motivo, las situaciones cómicas no me llenan.
El planteamiento es muy chulo. El plan de Preston es genial, pero hay dos factores principales que hacen que no lo disfrute en su plenitud:
- Preston no es el peor novio del mundo. Es más, apuesto a que está muy lejos de serlo. La peor novia del mundo era Chanel, así que las opiniones de ella me importan poco. El problema es que todo el libro se basa en ello, por lo que me resulta poco creíble.
- Preston no tendría que testear su plan con Tenley. El hecho de haber sido mejores amigos toda su vida hace que la situación resulta más incómoda que divertida.
No será un antes y un después, pero me conformo con que no me aburra.
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