A ver...Este libro no está tan bien desarrollado como Flores, ni es tan bueno, pero la verdad es que Samuel me enamoró. La forma de narrar a capitulos alternos, yendo del pasado de Samuel, al presente, me cautivó. Y por supuesto, la personalidad atormentada de Samuel y la autoterapia que se impone, lo hacen tan adorable, tan merecedor de cariño...
Me encanta la idea de un hombre tan guapo y arrebatador, por el que todas suspiran,
que sea virgen y sin experiencia y que huya del sexo. Esto lo hace más encantador aún (ya está bien de tanto hombre experimentado y salido enseñando a las pobrecitas vírgenes). Ella también es inexperta pero eso es lo encantador; cómo la pasión que surge es más instintiva y animal y menos basada en la experiencia masculina. Me encanta cómo él se descoloca y se le desmonta su estructurado plan futuro de lo que debe ser el amor y el matrimonio cada vez que la roza o la mira... |
¿Dónde está pues el problema? pues en el finaaaal
Lo fastidian al final, poco a poco. Uno espera que Samuel se abra más y hable más, pero a veces parece autistaaa!! falta comunicación entre ellos, hablar las cosas claras. Todo queda extraño e inconcluso...
con un desenlace final en Hawai rocambolesco, que no viene a cuento con todo ese rollo de la espada mágica, que desvía inexplicablemente la atención de la historia principal. |
¡qué rabia me da, que me enganchen con un personaje tan cautivador para luego tirarme un jarro de agua fría con ese final!