Foro, que no blog, en el que escribir sobre todo lo que se os ocurra referente a libros que hayáis leído, o no, y sus autores. Somos afiliados de Amazon.
Noahllie escribió:McKenna y Aline en La antigua magia de Lisa Kleypas:
“Te deseo por mil razones que no tienen nada que ver con tus piernas, y... no, maldita sea, te deseo por ninguna razón en especial, mas que por el hecho de que tú eres tú. Quiero penetrar hasta lo más profundo de ti y quedarme horas... días... semanas. Quiero mañanas, mediodías y tardes contigo. Quiero tus lágrimas, tus sonrisas, tus besos... el olor de tu pelo, el sabor de tu piel, el tacto de tu aliento en mi cara. Quiero verte en el último instante de mi vida... yacer en tus brazos cuando exhale mi último aliento.”
“Aline,” la interrumpió con brusquedad, “ni todas las fuerzas del cielo y del infierno sumadas podrían impedirme que te haga el amor ahora mismo.”
“Durante miles de noches soñé con hacerte el amor. Ningún hombre sobre la faz de la tierra ha aborrecido la llegada del día tanto como yo.”
Qué frases tan bonitas!! Mckenna me llegó al corazón y me hizo llorar con sus declaraciones . Ese libro está lleno de marcadores en mi kindle
Noahllie escribió:laeti, ¡qué maravilla de frases!!! Con alguna me he reído bastante
Y tranquila, que si no te acuerdas del título del libro no va a venir la policía del foro a darte con la porra jeje. Es más, así podemos jugar a detectives el resto de foreras, y quien reconzca la cita que la identifique.
A mí, de entrada me suena mucho la primera que has puesto pero no las tengo todas conmigo y mucho menos me acuerdo de dónde salió...
jajaja a ver explicame como puedes poner ese icono( me encanta)...hay tantas cosas que desconozco, pues respecto a la primera cita... creo que podria ser de pidemelo de Eva G. Rey
Noahllie escribió:De Tú te lo has buscado de Elizabeth Young:
Alice Brandon escribió:"Soy alérgico a los suavizantes, soy licenciado en literatura comparada por Brown, odio las anchoas y te echaría de menos aunque no te conociera."
Y yo sin ver la película...Será de la época en la que Dermot Mulroney estaba buenorro, ¿no?
diez lecciones para dar caza a un lord y que te adore de Sarah Maclean
Una se pregunta cómo es posible que las señoritas de Londres no se desmayen a su paso cuando él y su hermano aparecen juntos en público.
Lara emitió una risita tonta.
- Quizá sean tan galantes como para mantenerse alejados uno del otro por el bien de la sociedad.
Podríamos al menos desplazarnos a York. Esta posada es pésima, y estoy siendo generoso.
Nick sonrió.
- Para ser turco te estás convirtiendo en todo un dandi.
- ¡Pero si se llama el Cerdo Golpeado!
no son como las anteriores pero me han hecho gracia
10 lecciones para dar caza a un lord y que te adore de Sarah Maclean
Cree que tú y yo deberíamos casarnos.
- Lo ha razonado cabalmente, no creas -aseguró-. Está seguro de que tus habilidades para llevar una casa y lo bien que se te da sumar te convertirían en una excelente esposa.
- Dijo que debería contemplarte encima de un caballo. Al parecer tu pericia como amazona terminará de convencerme. Lo cierto es que estoy deseando verte en tal tesitura.
- Ah, también agregó, y esto es fundamental, que no eres fea.
- Isabel, recuerda que fue tu hermano quien lo dijo. Yo no me atrevería a atribuirme el mérito de tan bonitas palabras. Habría dicho algo mucho más prosaico. Se requiere ser un gran orador para conseguir que…
Creo que deberías saber que yo habría usado una frase diferente para describirte.
Isabel notó que se le aceleraba el corazón, pero intentó disimularlo.
- ¿Te refieres a algo distinto a «no es fea»?
11 escandalos para enamorar a un duque de Sarah Maclean
Es cierto lo que dicen acerca de los italianos.
—¿Que somos superiores en todos los sentidos?
—Que les resulta imposible admitir la derrota.
—Un rasgo que le resultó muy útil a César.
—¿Y qué tal le va al Imperio romano actualmente?
Qué es lo que te ha vendido? —preguntó Simon, incómodo.
—¿Y si te digo que me ha vendido una noche?
—¿Una noche para qué?
—Una noche sencilla. Sin complicaciones. Llena de paz.
—Entonces te diría que en vez de una noche compremos toda una vida.
La culpa de que haya tan pocos compromisos rotos esta temporada la tiene una epidemia de matrimonios por amor…».
El Folleto de los Escándalos, noviembre de 1823
son mas serias que las anteriores pero eso tambien me han gustado al menos en el contexto...
Noahllie escribió:Marcus y Lillian en It Happened One Autumn (Sucedió un otoño) (saga Wallflowers 2) de Lisa Kleypas:
“Descansa. Tienes que recuperar fuerzas... porque en cuanto nos casemos, no te dejaré en paz ni un momento. Querré amarte todas las horas, todos los minutos del día”. La acurrucó entre sus brazos. “Para mí no hay nada en este mundo más hermoso que tu sonrisa... ningún sonido más dulce que tu risa... ningún placer mayor que el de estrecharte en mis brazos. Hoy me he dado cuenta de que jamás podría vivir sin ti, diablilla testaruda. En esta vida y en la siguiente, tú eres mi única esperanza de ser feliz. Dime, Lillian, mi dulce amor... ¿cómo has logrado meterte en lo más hondo de mi corazón?”. Se detuvo para besar su piel húmeda... y sonrió cuando un suave ronquido femenino rompió el silencio.
Justo venía al hilo a escribir ésta frase de Marcus que me encantó . Es muy hermoso lo que dice Marcus, lástima que Lillian se duerme y no le escucha... Si no, se hubiera derretido como nosotras
Cuando dieron la vuelta, ella se dirigió a él con coraje.
-No soy un juguete. No puedes divertirte conmigo y luego tirarme cuando te canses.
Su voz fue sorprendentemente suave.
-¿Entonces porqué actúas cómo si lo fueras?
¿Que es esto?- preguntó él apuntando con la cubitera hacia ella- ¿Te has prometido a ti misma hacer tod o lo posible para no volver a acostarte con nadie en la vida?
-¿Realmente crees que no tengo nada mejor que hacer que malgastar mi tiempo pensando en ti?-inquirio Jane-¿Escarbando en la pequeña historia de Luc Martineau?
-Cariño, no hay nada pequeño en la historia de Luc-dijo él sonriendo.
Aidan y Eve en Ligeramente casados (Bedwyn 1) de Mary Balogh:
“¿A qué clase de hombre podrías amar toda una vida?” le preguntó.
Eve permaneció callada unos instantes y Aidan supuso que estaba considerando su respuesta.
“A un hombre amable”, respondió. “Cuando somos jóvenes e ingenuos no somos conscientes de que la amabilidad es un componente crucial del amor. Tal vez sea incluso su cualidad más importante. Y a un hombre honorable. Que siempre haga lo correcto, sin importar las consecuencias.”
A Aidan se le cayó el alma a los pies, por ambas respuestas.
“Y a un hombre fuerte”, continuó. “Lo suficientemente fuerte para ser vulnerable, para arriesgarse, para ser sincero aun cuando su franqueza lo exponga al ridículo o el rechazo. A alguien capaz de ponerse en el centro de mi mundo antes de saber que yo haría lo mismo por él. Un hombre lo suficientemente insensato y valiente para decirme que me ama aun cuando yo he ocultado toda evidencia de que le amo también”.
“Eve...” dijo él.
“Tendría que ser alto y ancho de hombros, y moreno y con la nariz curvada”, añadió. “Y que frunza el ceño la mayor parte del tiempo, fingiendo ser duro e inmune a toda emoción. Y que sonría de vez en cuando para alumbrar mi corazón y mi vida”.
¡Dios santo!
“Tendrías que ser tú”, dijo Eve. “Ningún otro serviría. Lo cual es una suerte, teniendo en cuenta que estoy casada contigo”.
Sebastian y Chloe en Hielo negro (Hielo 1) de Anne Stuart:
"Si estuviéramos en otro momento, en otro lugar, te llevaría a la cama y te haría el amor durante días" le dijo, con voz lenta, grave y decidida. "Te recorrería con la boca, hasta que no quedara un centímetro de tu piel sin tocar, y te provocaría un orgasmo tras otro, una y otra vez, y otra, hasta que no pudieras más; entonces te dejaría dormir en mis brazos hasta que estuvieras descansada y luego volvería a empezar. Besaría tus heridas, me bebería tus lágrimas, te haría el amor de formas que ni siquiera se han inventado aún. Te haría el amor en campos de flores y bajo cielos llenos de estrellas, donde no hubiera muerte, ni dolor, ni pena. Te mostraría cosas con las que ni siquiera has soñado, y no habría nadie más en el mundo, solo tú y yo, entre tus piernas, en tu boca, en todas partes."
Chloe lo miraba con los ojos de par en par. "Respira," murmuró él, con una sonrisa autocrítica, y ella se dio cuenta de que había estado conteniendo la respiración.
Thane y Elin en Burning Dawn (Ángeles de la oscuridad 3) de Gena Showalter:
“Ya te lo dije. Te pertenezco. Soy tuyo. Todo lo que fui. Todo lo que soy. Todo lo que llegaré a ser. Tu felicidad es mía. Tu furia es mía. Y tus necesidades están por encima de las mías. Te quiero, y para mí, eso significa ponerte a ti primero y darte lo que nunca le daré a nadie más. Poder sobre mí.”
«¿Qué se había llamado? Un estúpido desquiciado, ilógico, insensato con un ataque de celos monumental. ¡Vaya que si lo era! Un maldito estúpido... un momento, esa no era la parte relevante que debería recordar.»
—¿Me estás ronroneando??
—Podría ser — dijo Rune. Su voz grave sonaba más áspera y perezosamente íntima. —A menos que hayas hecho algo malo. Entonces te estoy gruñendo otra vez.
Sintió como si una espada lo atravesara de parte a parte. Era como si llevara mucho tiempo deslizándose por la pendiente del amor, y cuando quería darse cuenta, se había enamorado un poco más a fondo, un poco más intensamente. Nunca había imaginado que enamorarse pudiera ser algo tan ineludible, tan absoluto.
La estaba envenenando con cariño y compasión, y le enseñó a jugar otra vez. Le dio esperanza y demolió su pasado, y todo con una risa feroz en esos ojos excepcionales. Rune se había llevado su alma en un vuelo imposible a la luz de la luna. ¿Por qué no darle también su corazón hecho jirones, ya que ella llevaba tantos años sin usarlo?
—Si mueres, buscaré la forma de atravesar el tiempo y te encontraré. No importa dónde estés. No importa cuándo. Lo juro.
Ella guardó silencio unos instantes.
—Así que en vez de hacer el amor, lees poesía.
Él sonrió.
—A veces.
—¿Qué haces las otras veces?
—Leo libros que no son de poesía. Paseo. Escribo cartas a mi familia.
—¿Les hablarás de mí?
—Por supuesto.
—¿Qué les dirás?
—Que he conocido a una chica fuerte como el acero, lista como el zorro del desierto y hermosa como el cielo.
—Has leído mucha poesía.
—Bueno, pensé que debía cultivarme, puesto que jamás podré rivalizar contigo en virilidad.
Ella se rió, y su corazón echó a volar como un farolillo lanzado al aire.
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