Juego y distracción - James Salter

[jfmarhuenda]

Lamento que el hilo esté un poco caído porque la novela merece atención. Quizás ahora que Salter acaba de fallecer se produzca un despertado interés por su obra. Yo leí previamente "Quemando los días" y "Años luz" y ambas me parecieron magníficas. Quizás "Juego y distracción" me ha parecido algo inferior.

Una de las cuestiones que han marcado el hilo ha sido el tema de la sexualidad. Yo creo que Salter aporta poco a este tema. Entiendo que el tratamiento que hace de la misma implica expresar de forma directa actos sexuales convencionales entre una pareja. Nada más. Y nada menos.

Otra de las cuestiones es la del papel del narrador en contraposición al protagonista (Dean). No se si porque había leído previamente las entradas en el post, o porque así me lo pareció desde el principio, la relación entre el narrador y Dean a mi me ha recordado a Freud, y me explico: en realidad Dean aparece como un sujeto arrastrado por los placeres de la vida lujosa y la sexualidad. Dean busca una satisfacción directa de sus impulsos: un buen coche, buenas comidas, viajes a lo largo de Francia, una chica con la que desarrollar sus deseos sexuales, etc., pero todos sabemos que su perspectiva sobre su presente es que está, parafraseando al propio Salter, "quemando los días". Sabe que es algo temporal, que no puede durar mucho. El personaje representaría en la teoría de Freud, el "Ello", que sería aquella parte de nuestra mente que busca satisfacer sus deseos primarios, con una ausencia permanente de cualquier tipo de moralidad.

En cambio, el narrador aparece como un sujeto que analiza la situación desde una perspectiva más realista, que introduce elementos morales en su valoración de la vida de Dean y su relación de pareja. En este caso, el narrador podría definirse como el "Yo", esto es, la parte de la mente que busca conciliar los impulsos sexuales (que se manifiestan abiertamente en el "Ello") con las normas sociales preexistentes.

En realidad no se porque me vino esto a la cabeza. Ni siquiera soy muy aficionado al psicoanálisis, pero desde el principio me pareció ver dos perspectivas de un mismo personaje.

[magali]