El esqueleto del libro es un derroche de imaginación. Me refiero a la historia de los puzzles que es bunísima. En ella son fundamentales todos los capítulos de Winckler y Bartlebooth, que son mis favoritos. Los inventarios, en cambio, me resultaron insufribles.fresa_charly escribió:Capítulo X
Reconozco que me lo paso pipa espiando a los habitantes de este edificio, con esa vidas tan curiosas, que se entrelazan o separan, según el momento.
Me gusta cómo describe los muebles, la disposición de los cuartos, cómo son las personas, sus vidas. Y cómo mezcla elementos reales con ficción, de manera que no sabes qué es creación del autor y qué una referencia a un personaje o acontecimiento real.
Me ha encantado el capítulo dedicado a Winckler, el artesano de la madera. Y el de la au pair inglesa. Muy distintos, pero tienen algo fascinante ambos
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A ver si me paso más despacio y dejo un comentario más decentito.