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ESPERANDO AL MAHATMA (Waiting for the Mahatma)
de NARAYAN, R.K.
EL ALEPH 2002
ISBN: 9788476695982
SINOPSIS
El joven Sriram se enamora a primera vista de una de las seguidoras del Mahatma Gandhi, que ha llegado a la ciudad para hablar a favor de la independencia de la India. Bharati es devota, inteligente, ágil de espíritu; y para estar con ella, Sriram, un pretendiente tan inexperto como bienintencionado, no dudará en renunciar a su plácida existencia de joven adinerado. La sencillez, la compasión y el humor tierno de Esperando al Mahatma calan hondo en el lector desde la primera página.
OPINIÓN
Tenía apuntado este título en mi cuaderno desde hace muchísimo tiempo, y por una casualidad ha llegado a mis manos. Venía avalado por ser una de las lecturas del canón de Harold Bloom , junto con Hijos de la medianoche de Rushide.
La historia es sencilla y no ofrece un friso de la India independentista sino que sigue una historia de amor, en la que se presta atención a la evolución personal del joven Sriram quien por amor se verá involucrado entre los seguidores del Mahatma. Sus pensamientos interiores y dudas amorosas son el tema principal si bien aparece arropado por la descripción de secundarios y situaciones de la època.
Gandhi aparece como telón de fondo, aunque en los párrafos que más me han gustado, toma el protagonismo principal.
“El Mahatma Gandhi se puso en pie en la tarima con las manos juntas a modo de saludo. Se oyó un poderoso grito: ¡Mahatma Gandhi Ki Jai!. El levantó el brazo y al instante se hizo silencio. Empezó a palmear rítmicamente y dijo:
-Quiero que todos vosotros sigáis este latido durante un rato-.La gente estaba fría y la voz en los altavoces bramó-: Así no. No es suficiente. Quiero ver más fuerza en vuestros brazos, más ritmo, más brío. Debe ser como el repiqueteo de los tambores de los soldados de la no violencia que marchan a romper las cadenas que amarran a nuestra madre India. Quiero escuchar un gran latido. Quiero ver todos los brazos levantados y palmeando. No hay nada de qué avergonzarse. Quiero ver la unidad. Quiero veros a todos como si fuerais uno.- Y de repente todos los hombres , mujeres y niños levantaron los brazos y empezaron a aplaudir rítmicamente por encima de sus cabezas.
(….)
-No basta con que aplaudáis y me demostréis vuestro agradecimiento. No estoy dispuesto a aceptarlo con tanta facilidad. Quiero que realmente estéis seguros de haber cambiado vuestro corazón antes de pedir a los británicos que dejen la India. Está muy bien todo este barullo, pero no es suficiente. Quiero que limpiéis vuestro corazón y vuestra mente hasta que tengáis la certeza de que ya no queda ni un residuo de resentimiento por la historia pasada. Sólo entonces podréis decir a los británicos: Por favor, iros de este país para que lo gobernemos nosotros, bien o mal, pero nosotros. Es un asunto enteramente nuestro. Y regresad siempre que queráis, como amigos o distinguidos huéspedes, pero no como gobernantes”