Otro crimen a sangre fría
"
Sabía lo que le habían hecho, pero no lo que había hecho él para merecerlo." (referido a Clarence Smith, pag. 141)
Decía Madison en un mensaje anterior que, leyendo
Adiós, hasta mañana, se había acordado de Salinger. Pues bien, yo de quien me he acordado -y mucho- ha sido de Capote. Supongo que es imposible para un escritor (máxime si es norteamericano) abordar la reconstrucción literaria de un crimen en la América profunda y no pensar en
A sangre fría. Incluso me atrevo a sospechar que Maxwell quiso brindar un pequeño homenaje al gran Truman (aún vivo en el momento de publicarse esta novela) al describir la ubicación de las dos granjas escenario del crimen (pag. 76), ya que el pasaje guarda cierta similitud con respecto al arranque de
A sangre fría.
Adiós, hasta mañana me ha gustado mucho en general, pero -tal como avancé en mi anterior mensaje- la parte que me ha entusiasmado es precisamente la dedicada a contar...
la historia de cómo una pasión amorosa truncó por completo la amistad entre dos granjeros vecinos e inseparables: Lloyd Wilson y Clarence Smith. |
La técnica utilizada por el autor para reconstruir los antecedentes del crimen es de pequeñas pinceladas. Se van sucediendo breves escenas y escuetos diálogos en los que participan todos los personajes, principales y secundarios. De este modo va quedando perfilado el cuadro de las dos familias protagonistas y de la sociedad que los envuelve, con sus costumbres, su doble moral, su religiosidad y su clasismo (propietarios que miran por encima del hombro a los aparceros).
Y en el epicentro de la tragedia que se cierne se halla Clarence Smith, probablemente el personaje más complejo. Alguien que "
si podía indicar algo con un gesto en vez de hablar, lo prefería". Un hombre...
al que, a pesar de su carácter tosco y algo violento, la doble traición (de su mujer y de su mejor amigo) convierte en objeto de compasión. Asistimos a todas sus pérdidas sucesivas: amigo, mujer, familia, granja, dignidad... Por eso, cuando finalmente llega el crimen, a nadie coge por sorpresa. Y aunque matar y matarse nunca es justificable, si se ha visto cómo un hombre se cuece a fuego lento en su propia bilis, la justicia popular no coincide necesariamente con la oficial: "La familia (Smith) recibió numerosos obsequios florales en señal de pésame y el funeral fue uno de los más concurridos en la historia reciente de Lincoln". |
Por último, cabe señalar otro recurso utilizado inteligentemente por Maxwell: el perro de Cletus. Un animal que es testigo mudo y víctima de la vorágine del género humano, un animal que por momentos linda la personificación, y que acaba siendo símbolo de la tristeza de esta historia por cuanto representa el último jirón de la infancia de su amo.