Pos tampoco m'ha matao. Vamos, que me lo he ventilado en dos tardes y todavía estoy intentando saber a dónde quiere llegar la autora con esta historia. Y me he pasado medio libro pensando "ahora viene el meollo, en el siguiente capítulo", pero no, el meollo te lo cuenta en las 4 primeras páginas y luego ya tira de sentimientos bastante tópicos de la protagonista
¿cómo me puede haber pasado esto a mi, si tenía la vida perfecta? ¿Cómo no me he dado cuenta de lo que estaba pasando? |
para terminar, obviamente,
Los personajes que acompañan a la protagonista tampoco es que estén muy definidos:
a la madre la "conocemos" algo más en las ultimas 10 páginas; del sorpresivo padre biológico nos quedamos con un montón de fotos y cachivaches; lo poco que vemos de Flóki es a través de escasos flashbacks y apariciones entre lacónicas y evasivas; los niños son eso, niños muy pequeños; el famoso "cortejo de un joven vecino aficionado a la ornitología" se queda en cuatro trabajos bricolageros más un par de aburridas charlas sobre, evidentemente, pájaros, y a la vecina pseudo-escritora/psicóloga/cotilla-amiga no la he podido soportar |
En fin, que con todo lo corto que es y lo bien que se leen unos capítulos de apenas tres páginas de extensión, yo no he llegado a conectar con la maravillosísima y traumatizada María en todo el relato. No sé si es por la idiosincrasia nórdico islandésa (tanto frío y falta de luz solar acaba agobiando a un "alma mediterránea"
), por la falta de desarrollo de los personajes o porque llevo una racha de lecturas más "trascendentales", pero me ha dejado casi tan fría como los paisajes que tan bien describe.
¡Ah! Y a lo del "humor oscuro" tampoco le he encontrado la gracia, la verdad