Total, que la única que lo he terminado he sido yo, que empecé la última
Terminado, más que nada por cabezonería, y porque me he ido saltando párrafos/páginas entre medias, que si no... El caso es que, como no quise leer vuestros comentarios hasta que no tuviera bastante avanzado el libro, creía que era cosa mía lo del aburrimiento, pero ya me quedé más tranquila al ver que os ha pasado a las dos igual
La novela entera me parece un encadenamiento de topicazos: la hermosísima, antiquísima y durísima isla protagonista; los habitantes, cada uno con su papel
el maestro cazurro que no deja que su infinitamente más inteligente mujer se ocupe de la enseñanza; el médico huérfano y solitario que llega buscando un hogar y recogiendo preciosas historias; el
conte/cacique de turno, terrateniente omnipotente que hace lo que le da la gana en la isla; el majísimo cura, opuesto al oligarca local (anda que no chirría eso ni nada); las sucesivas generaciones de Espósitos, con mujeres extraordinarias (Pía, Maria Grazzia, Maddalena) y hombres o bien super sensibles y comprensivos (Amedeo, Robert) o cazurros totales (los tres hijos de Amedeo y Pía, y sus dos nietos)...
A los secundarios se les quita y pone protagonismo al buen tuntún, sin llegar a contar la historia completa de casi ninguno. Y lo que se intenta contar de los acontecimientos de Historia Contemporánea, y cómo afectan a la vida de la isla, otro topicazo: el fascismo, el turismo, los descubrimientos arqueológicos, los nuevos adelantos...
Total, para mi, un rollo, incluyendo las partes de culebrón barato con enredos amorosos varios y cotilleos sanguinarios correspondientes ¡cómo en cualquier pueblucho italiano/europeo de cualquier época, porras!. Se me ha hecho largo, pero tenía curiosidad por ver si remontaba la cosa en algún momento. Que no, claro. Final previsible, igual que la mayor parte de la novela.
Las únicas partes que, personalmente, salvaría, son el principio, con la historia de la infancia del doctor en
Ospedale degli Innocenti de Florencia, porque lo he visitado hace poco y está claro que la documentación la ha sacado la autora directamente de allí, y la maneja bien. Es un sitio con una historia impresionante que está muy bien recuperado como museo y que da mucho juego tanto histórica como artísticamente.
Y, tal y como agradece la autora al final del libro, las leyendas:
La isla de las mil historias jamás habría visto la luz sin las obras de tres grandes cronistas de cuentos populares sicilianos e italianos: Giuseppe Pitrè, Laura Gonzenbach e Italo Calvino.
Pero, vamos, que las recopilaciones de Calvino ya las conozco, y adoro, y a los otros dos preferiría leerlos en directo que a través de las interpretaciones de Catherine Banner.
Tampoco me ha llevado mucho tiempo "liquidarlo", pero menos me va a llevar olvidarlo, me parece.