¡Qué rápido se acostumbra una
a la buena vida |
Recuerde usted ¡calados y no bordado sencillo! |
Terminado
El libro tiene momentos muy buenos, magistrales; pero las cartas de la parte central se me han hecho algo monótonas. Me quedo con esa atmósfera tan triste que sabe transmitir tan bien la pluma de Don Fiodor
. Y con esos secundarios de lujo... Fiodora -¡Qué poco sabemos de ella!-, el joven profesor Pokrovskii y su señor padre
¡Qué momentazo el del entierro! |
, Anna Fiodórovna (me hubiera encantado saber más de este personaje... ¿A qué se dedicaba? ¿De dónde sacaba el dinero?... al igual que me hubiera encantado conocer de primera mano
todas esas habladurías que soltaba por la boca |
, el niño que por la calle pide
Por el amor de Dios -¡Qué historia tan triste!-, el compañero de trabajo de Makar o el pobre señor Gorschkov
Como ya comentó
Rosebud, la historia es quizás lo de menos, lo importante aquí se encuentra en los detalles, en esos personajes que desde un segundo plano tan bien transmiten las penurias de vivir en un barrio petersburgués de mediados del XIX.