Mensaje
por Sashka » 08 Mar 2006 12:43
Lo prometido es deuda. Aquí van las dos cartas. La primera es la de la versión que bajé del enlace de Lucía. Observad las diferencias de sentido entre ambas cartas simplemente con el cambio de la palabra inconsciente por inconstante. Dice así:
SPOILER
“No puedo soportar más en silencio. Debo hablar con usted por cualquier medio a mi alcance. Me desgarra usted el alma. Estoy entre la agonía y la esperanza. No me diga que es demasiado tarde, que tan preciosos sentimientos han desaparecido para siempre. Me ofrezco a usted nuevamente con un corazón que es aún más suyo que cuando casi lo destrozó hace ocho años y medio. No se atreva a decir que el hombre olvida más prontamente que la mujer, que su amor muere antes. No he amado a nadie más que a usted. Puedo haber sido injusto, débil y rencoroso, pero jamás inconsciente. Sólo por usted he venido a Bath; sólo por usted pienso y proyecto. ¿No se ha dado cuenta? ¿No ha interpretado mis deseos? No hubiera esperado estos diez días de haber podido leer sus sentimientos como debe usted haber leído los míos. Apenas puedo escribir. A cada instante escucho algo que me domina. Baja usted la voz, pero puedo percibir los tonos de esa voz cuando se pierde entre otras. ¡Buenísima, excelente criatura! No nos hace usted en verdad justicia. Crea que también hay verdadero afecto y constancia entre los hombres. Crea usted que estas dos cosas tienen todo el fervor de “F. W.
“Debo irme, es verdad. Pero volveré o me reuniré con su grupo en cuanto pueda. Una palabra, una mirada me bastarán para comprender si debo ir a casa de su padre esta noche o nunca”.
Y esta es la versión que yo tengo. No sé si será más fiel o menos, pero desde luego, para mí es más intensa, más emocionante.
"Me resulta imposible seguir escuchando en silencio, y para dirigirme a usted empleo el único medio de que dispongo. Se me parte el alma y vacilo entre la desolación y la esperanza. No me diga, por Dios, que ya es tarde y que esos bellísimos sentimientos no anidan ya en su pecho. Nuevamente me ofrezco a usted, y mi corazón es aún más suyo ahora que cuando me lo destrozó hace ocho años. No diga que el hombre olvida más pronto que la mujer ni que en él el amor tiene vida más corta. A nadie he amado más que a usted. Podré haber sido injusto, he sido débil, y lo reconozco, pero inconstante, jamás. Sólo por usted he venido a Bath. Sólo en usted pienso y en usted sólo cifro mis ilusiones y proyectos. ¿No lo ha adivinado ya? ¿es posible que no haya adivinado mis intenciones? Créame firmemente que no habría esperado estos días si hubiera podido leer sus pensamientos del mismo modo que usted, sin duda, ha leído los míos. ¡Qué difícil se me hace escribir! A cada instante llegan a mi oídos palabras que me dejan anonadado… Usted baja el tono de voz, pero yo percibo claramente esos acentos, aunque se pierdan para los demás. ¡Dulce y admirable mujer! Nos hace usted justicia al reconocer que también cabe en el hombre el afecto sincero y persistente.
Crea en el amor ferviente e invariable de:
F.W.
P.S.: Tengo que marcharme sin saber qué me depara el futuro, pero no tardaré en volver o en buscarla donde se halle. Una palabra, una mirada bastarán para decidir si he de ir a casa de su padre esta tarde o nunca."