¡Ah! ¡Qué bien, mejora! Pues anoche estuve a un tris de dejarlo, pero ahora que os leo, ¡ni hablar!
La conversación de la taberna del
cap. 6 es de besugos. No sabes muy bién el por qué está ahí (¿esbozo costumbrista satírico?), pero te ries un rato.
"¿Pero para qué sirven tantas palabras? Vosotros no podéis imaginaros lo que pasa por la mente de un hombre inteligente", dice el chantre. Categoría de hombre, ¿eh? Un iluminado.
O el
-"Yo estoy por la paz y la tranquilidad, eso es.
- Sí, claro, eso lo desea todo perro que ladra así se le amenace con el palo".
Qué mala ley.
Es el típico:
- Dí que soy lerdo.
- No, no quiero decirlo.
- ¡Dilo!
- No.
- Dilo, que sé que lo piensas.
- No, ¡pero si no lo pienso!
- Da igual :¡dilo!
Y el tabernero: "bueno, los dos tenéis razón y los dos os equivocáis: es lo que siempre digo"
De besugos que se han fumado algo muy espeso.
Maia escribió:Por cierto, Raoul, en tu edición los nombres propios estan traducidos?? (Agatha no sé que edicion tiene, pero vamos, si no es la que leemos Hyp y yo, también me gustaría saberlo )... es que me chirria leer cosas como Jacobo Rodney o Juana Oates ...
Da coraje, verdad.
Queda raruncio.
Nieves escribió:Maia escribió:Nieves, a mi también me ha llamado la atención ese párrafo que comentas, pero no en el sentido que le has dado tú, sino
que me ha dado por pensar como sería la lencería en esa época , y, sobre todo, en esos parajes, que no me imagino yo a esas señoras con tangas de encaje ... |
Pues yo también me he quedado pensando en eso, y me ha extrañado mucho que hiciera alusión al tema. Debe ser que tengo la mente un poco verde
Claro que seguramente no se referiráa lencería íntima sino a lencería del hogar, manteles, servilletas, y lo que querrá decir es que las mujeres se quedaban en casa bordando y los maridos se iban al bar. |
Lo leí, me chocó, pero no me paré a pensarlo!
Me encantan los miniclubs por eso.