Historia de mi vida - Anton Chéjov

[klatubaradaniktó]

Empiezo...

Manejo una edición de 1984, hecha por el Club Internacional del Libro, para la colección de "Grandes Genios de la Literatura Universal"... colección de kiosko, vaya, pero que creo que servirá porque incluso el traductor, Víctor Andresco, colocó un pequeño prólogo al inicio. La obra viene acompañada de otra novelita de Chéjov, La estepa.

Bueno. El primer capítulo es muy atrayente. Se presentan los personajes, Misael, Cleopatra ( ) y el padre

pegón

, arquitecto, de no muy

buenas construcciones

.

Bien, bien... la novela promete... Ya hay hasta lágrimas...

Sigo

klatubaradaniktó

[triste]

Yo leí los primeros tres y un poquito del cuarto, y me está gustando muchísimo.

Desde el principio podemos ver el tipo de humor que, al menos en el primer cuarto de la obra, predomina y me parece genial:

—A no ser por lo mucho que estimo a su honorable padre, le habría hecho a usted emprender el vuelo hace tiempo.
Y yo le contesté:
—Me lisonjea en extremo su excelencia al atribuirme la facultad de volar.

klatubaradaniktó, a mí Cleopatra me parece más chocante que el padre , porque

yo prefiero que me griten si están enojados conmigo a que se hagan los sufridos y lloreeeeen y lloreeeen .

El personaje de Misail me encanta. Puede ser un poco tonto en algún momento, o más bien cansino, porque aunque rechace su clase social no puede evitar tener actitudes propias de éste en él. Me gusta el ímpetu que siente por cambiar su vida, pero al mismo tiempo tiene muchísima pereza, aunque claro que no lo dice. Es que me identifico muchísimo con él. Al menos en la búsqueda. En el ir y venir, no terminar de llegar a un lugar para ya estar despidiéndote.

Su sensibilidad por el cosmos también me gusta y me conmueve. Hasta donde he leído apenas empieza a

trabajar para su vecino ingeniero.

Espero que la historia termine bien, pero sospecho que, por mucho que quiera

vivir como la gente común, terminará volviendo a esos trabajos "intelectuales" que tanto detesta al no ser capaz de aguantar el trabajo físico.

La crítica a la clase alta me gusta porque, aunque hasta donde he leído solo se describen

las condiciones en que ésta vive (a excepción de cuando Misail menciona cómo fuera de la calle Noble todo es horrible), y no es necesario describir o contraponer las condiciones de la vida de la clase baja, sí queda clara la enorme diferencia y las injusticias de cómo se vivía en la época (queda clarísimo desde el momento en que el padre le da a Misail su discurso sobre cómo el trabajo intelectual es algo elevadísimo y el físico una cosa de animales).

[triste]

Había escrito un mensaje laaargo largo y bonito hace días, pero justo cuando le di enviar fue que el foro falló y no se publicó (y no lo pude recuperar). Qué lástima porque ahora ya me da pereza escribir todo de nuevo , el punto es que me encantó y aprendí mucho, y escribí sobre él en la columna que escribo (aún no se publica, pero cuando esté pongo por acá un link o algo).

Esto es algo de lo que subrayé:

Antes, cuando yo era más joven, mis deudos y mis conocidos sabían lo que se podía hacer conmigo: unos me aconsejaban que ingresara en el ejército; otros, que me colocase en una farmacia; otros, que me colocase en telégrafos. Pero a la sazón, cuando yo ya tenía veinticinco años cumplidos y algunos cabellos grises en las sienes, lo que se podía hacer conmigo era un misterio para todos.


Mi servicio en tales oficinas no exigía de mí ni esfuerzos de ingenio, ni talento, ni capacidad personal, ni inspiración. Mi trabajo no difería en nada del de una máquina, y era, en mi sentir, más despreciable que cualquier trabajo físico. Me parecía imperdonable la vida ociosa, inútil, de la mayoría de los pretendidos trabajadores intelectuales, verdadera vida de parásitos.


—¡Mira! —le decía, señalando al cielo con el paraguas con que me había pegado horas antes—. ¡Mira el cielo! Todas las estrellas que ves, hasta las más pequeñas, son mundos. El hombre, comparado con la inmensidad del Universo, es como un granito de arena. Afirmaba esto con el tono de quien está muy orgulloso y muy contento de ser tan poca cosa.


Yo estaba triste y sentía en el alma tener que dejar la ciudad. La amaba mucho y me parecía bella y cómoda. Me placían el verdor de sus calles, sus dulces mañanas soleadas, el campaneo de sus iglesias. Sólo la gente que vivía en ella me era extraña, desagradable, odiosa a veces. Ni la amaba ni la comprendía.


¡Ah, si fuera posible no estar sujeto al hambre! Entonces podría uno ser libre como un pájaro. El hambre era mi más terrible enemigo. Cuando tenía hambre, el deseo impetuoso de llenar la barriga turbaba mis mejores pensamientos.


—¿Pero no cree usted que si todos, incluso los más grandes pensadores y sabios, tomaran parte en la lucha por la existencia, como usted la concibe, es decir, picando piedra y cavando, entregándose al trabajo físico, se vería el progreso seriamente amenazado?
—No. El progreso no se hallaría, en manera alguna, en peligro. El progreso se basa en el amor al prójimo, en el cumplimiento de las leyes morales. Si nadie vive a expensas de los demás ni los oprime, ¿qué más progreso? ¿Existe acaso otro progreso?


En la espera de que resuelva esas cuestiones no podemos permanecer con los brazos cruzados, no podemos limitarnos a ser espectadores pasivos de todas las injusticias. Cada uno de nosotros debe resolver por sí mismo la cuestión del bien y del mal. Por otra parte, nada nos indica que la humanidad evolucione con rumbo al bien. Junto al desarrollo de las ideas humanitarias contemplamos el de ideas de muy distinto género. La servidumbre ha sido abolida; pero en su lugar yergue la cabeza el capitalismo. Y en plena floración de las ideas emancipadoras, la explotación del hombre por el hombre sigue su curso: exactamente igual que en la Edad Media, la minoría continúa alimentándose, vistiéndose, y haciéndose defender por la mayoría, que continúa hambrienta, desnuda y sin defensa.


Las injusticias más atroces subsisten al lado de las más nobles corrientes de ideas y del desenvolvimiento de la ciencia y del arte. El arte de explotar al prójimo se desenvuelve al unísono de las demás artes.


El origen de la riqueza es casi siempre poco honrado: es imposible hacerse rico honradamente.


Desde mi niñez les había tenido un miedo irresistible a los gendarmes, a los policías, a los jueces, en fin, a toda la gente para quien es un derecho, casi un deber, hacer daño a los demás.


No podía comprender cuál era la base moral de la vida de aquellos sesenta mil habitantes; me preguntaba para qué leerían el Evangelio, rezaban, frecuentaban la iglesia, leían periódicos y libros. ¿Qué influencia había tenido en ellos todo lo que había producido la cultura? ¡Ninguna! Vivían en la misma obscuridad de alma, de la misma manera casi bárbara que hace cien o trescientos años. De generación en generación se les hablaba de la verdad, de la misericordia, de la libertad; pero esto no les impedía mentir hasta la muerte, desde la mañana a la noche, martirizarse los unos a los otros y odiar la libertad con tanta furia como si fuese su peor enemigo.


El rey David tenía un anillo con la inscripción: «Todo pasa.» Cuando se está triste, estas palabras consuelan; cuando se está alegre, producen melancolía. Yo también me he mandado hacer una sortija parecida, con una inscripción judaica, y ella no me permite extralimitarme ni en las alegrías ni en las tristezas. Sí, todo pasará; la vida misma acabará, ¿por qué entonces atribuir tanta importancia a nuestras pequeñas alegrías y dolores?


Si yo hubiese tenido el deseo de mandarme hacer una sortija, le habría hecho grabar esta inscripción: «Nada pasa.» Sí; estoy convencido que nada pasa sin dejar una huella tras nosotros, y que cada acto nuestro, incluso el más insignificante, ejerce determinada influencia en nuestra vida presente y futura.

[klatubaradaniktó]

He llegado al capítulo catorce. La novela es de estilo ágil, y un sí es no es tragicómica... alterna ambos estados de humor sin acabar de decantarse por ninguno...

Yo leí los primeros tres y un poquito del cuarto, y me está gustando muchísimo.

Desde el principio podemos ver el tipo de humor que, al menos en el primer cuarto de la obra, predomina y me parece genial.
klatubaradaniktó, a mí Cleopatra me parece más chocante que el padre , porqueyo prefiero que me griten si están enojados conmigo a que se hagan los sufridos y lloreeeeen y lloreeeen .

Los dos son personajes muy curiosos, y detonantes en la evolución de Misael, el personaje principal. Es por ellos que este toma las decisiones que toma.

El personaje de Misail me encanta. Puede ser un poco tonto en algún momento, o más bien cansino, porque aunque rechace su clase social no puede evitar tener actitudes propias de éste en él. Me gusta el ímpetu que siente por cambiar su vida, pero al mismo tiempo tiene muchísima pereza, aunque claro que no lo dice. Es que me identifico muchísimo con él. Al menos en la búsqueda. En el ir y venir, no terminar de llegar a un lugar para ya estar despidiéndote.

Su sensibilidad por el cosmos también me gusta y me conmueve. Hasta donde he leído apenas empieza a trabajar para su vecino ingeniero. Espero que la historia termine bien, pero sospecho que, por mucho que quiera

vivir como la gente común, terminará volviendo a esos trabajos "intelectuales" que tanto detesta al no ser capaz de aguantar el trabajo físico.

La crítica a la clase alta me gusta porque, aunque hasta donde he leído solo se describen las condiciones en que ésta vive (a excepción de cuando Misail menciona cómo fuera de la calle Noble todo es horrible), y no es necesario describir o contraponer las condiciones de la vida de la clase baja, sí queda clara la enorme diferencia y las injusticias de cómo se vivía en la época (queda clarísimo desde el momento en que el padre le da a Misail su discurso sobre cómo el trabajo intelectual es algo elevadísimo y el físico una cosa de animales).

Es encantadora la relación que se establece entre Misail y María... ¿quién iba a decir al principio que surgiría un amor tan puro... No sé en qué acabará, pero me parece deliciosa la descripción del trabajo en el que ambos se empeñan... a pesar del entorno tan desfavorable, con los obreros alrededor suyo, emborrachándose y alborotando...
El ingeniero también requiere que se le dé de comer aparte... ¡Menudo papaíto...!

Voy a seguir leyendo...

klatubaradaniktó

[klatubaradaniktó]

Ya está. he acabado esta deliciosa obrita.

¡Desolación! Es la impresión final. La hermana

ha fallecido y Misail se ha quedado con el sobrinito recién nacido

, el padre del cual está pero como

un autista

... ni se responsabiliza ni da la cara.

Las relaciones con el padre se han agravado. Este repudia a ambos hermanos, aun en el lecho de muerte de Cleopatra. "María vive en el extranjero" - nos explica Misail, y

pide el divorcio cuanto antes

, eso sí, de manera muy educada.

El protagonista sigue trabajando de forma manual. Y es feliz, razonablemente feliz. Entiende a los obreros. Y reconoce el gusto por el trabajo en sus múltiples facetas...

Me ha quedado la duda porque no he investigado. Esta historia... ¿tiene realmente toques autobiográficos? ¿Alguien sabe si podemos rastrear acaso una actitud de Chejov en Misail?

Por cierto, me quedo con un dicho que se le atribuye al médico Chejov:

"A la medicina la trato como a mi esposa legítima. A la literatura, como mi amante".

¿Planeamos alguna otra lectura de Chejov para el futuro inmediato lo abandonamos por ahora? Ya me dirás, triste...

Un abrazo

klatubaradaniktó

[Gerlof]

Precio: 11,50 €
ISBN: 9788415458494
Nº Páginas: 185
Dimensiones: 13 x 21

¡Escúcheme usted, padre, se lo ruego! Eso que llama usted posición social no es sino el privilegio del capital y de la instrucción. Los que no tienen ni una ni otra cosa se ganan el pan con un trabajo físico, y no sé en virtud de qué razones no me lo he de ganar yo así.

Historia de mi vida es una magistral novela en la que se dan cita el joven idealista Misail, la decadencia de la burguesía acomodada y la irrupción de una nueva clase social, el proletariado. Una ficción transgresora, crítica y profundamente entretenida, en la que Chéjov nos deleita con una intensa trama y unos personajes inolvidables, que hacen de esta obra el hogar de algunas de sus mejores páginas.

Acabo de empezarlo (y precisamente en esa versión que muestras de la editorial Eneida) y me está gustando mucho, hacía tiempo que no me reía tanto.

[Aben Razín]

Sé que algún día tendré que leer a este autor, ¡es imperdonable!,

Aunque no está en el catálogo de la biblioteca, he encontrado otras obras de él y ediciones de sus cuentos,

Sigo tus comentarios, Gerlof

[Gerlof]

¡Hay que ver!, casi dos siglos después y seguimos con muchos de esos mismos prejuicios de clase... y que tanto daño nos han hecho. Aunque eso sí, este es un caso menos común (y más divertido ), pues normalmente es el proletariado quien olvida su condición de partida.

[Gerlof]

Aben, quizá no lo has visto, Lucia dejó este enlace:

http://www.cervantesvirtual.com/obra-vi ... .html#I_1_

[Aben Razín]

Aben, quizá no lo has visto, Lucia dejó este enlace:

http://www.cervantesvirtual.com/obra-vi ... .html#I_1_

¡Lo siento, Gerlof!

He pasado de largo los anteriores mensajes del hilo, incluido el de presentación de la obra -el primero- donde efectivamente aparecía este enlace.

¡Lo he comprobado y se lee perfectamente!,

[Gerlof]

Me alegro. No es lo mismo, bien lo sé, pero menos da una piedra como dice mi madre.

[Aben Razín]

Me alegro. No es lo mismo, bien lo sé, pero menos da una piedra como dice mi madre.

¡Una piedra, depende quién la coja, pueda dar pedradas, Gerlof!

De nuevo, gracias por el vínculo,

[Gerlof]

Ya está. he acabado esta deliciosa obrita.

¡Desolación! Es la impresión final. La hermana

ha fallecido y Misail se ha quedado con el sobrinito recién nacido

, el padre del cual está pero como

un autista

... ni se responsabiliza ni da la cara.

¡Qué curioso!, en la versión que yo manejo (Eneida)

es una sobrinita. Indica expresamente que su hermana esperaba un niño, pero fue una niña lo que nació.

Pero mi impresión final es otra muy distinta.

Veo a su sobrina con amor y esperanza: Misail representó la ruptura del eslabón familiar, de ese tradicionalismo absurdo, del dolor, los prejuicios... y la pequeña, con la ayuda de su tío, será libre y quizás feliz como nunca antes lo había sido nadie en esa familia.

Su deliciosa narración, su fino sentido del humor, la manifiesta bonhomía del personaje... todo el conjunto encandila sobremanera. Me parece una obra inconmensurable, es asombroso que se pueda decir tanto y tan bien en tan pocas páginas... y con amor, exento siempre del menor atisbo de rencor. Casi me parece increíble que alguien aquejado gravemente de tuberculosis pudiera escribir algo tan sumamente bello.

[Gerlof]

Aunque se trata exactamente de la misma obra, observo que según la editorial el título varía. Por ejemplo...

"Historia de mi vida" (Eneida)
"Mi vida: Relato de un hombre de provincias" (Alianza)