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En El gato Murr se mezclan, con incisiva ironía romántica, la biografía del maestro de capilla Kreisler y la estrechez de miras de un burgués pedante.
Opiniones del gato Murr es, sin duda, la mejor obra de Hoffmann y, en cierto modo, la suma de una vida y de una fuerza creadora dedicadas al arte. En esta novela se dan cita episodios, personajes e ideas que se remontan a la infancia y juventud de Hoffmann, así como a sus inicios en la composición musical y en la creación literaria. Una de las figuras centrales, la del maestro de capilla Johannes Kreisler, está presente en la obra de Hoffmann desde 1810, aunque sus rasgos no sean idénticos a los de relatos anteriores.
Desde una perspectiva biográfica, en Opiniones del gato Murr se refleja, de un modo más intenso que en el resto de sus obras, el gran conflicto vital de Hoffmann entre la vocación artística y los condicionamientos sociales. De ese conflicto no resuelto se deriva una dualidad de la práctica vital y de una concepción antropológica de la "duplicidad del ser" que constituyen el sustrato de la producción literaria de Hoffmann.
Autor: E. T. A. Hoffmann
Título original: Lebens-Ansichten des Katers Murr
Año de publicación: 1819-1821 (*)
Editorial: Cátedra
Colección: Letras Universales
Año de la edición: 1997
ISBN: 978-8437615042
Páginas: 528
Traducción: Carlos Fortea
Edición: Ana Pérez, Carlos Fortea
*Escrita entre 1818-1821 e inacabada debido a la muerte de Hoffmann en 1822, se publica inicialmente en 2 volúmenes en 1819 (vol. 1) y 1821 (vol. 2)
Empiezo con una de las dos novelas clásicas escritas por gatos (la otra es Soy un gato, de Sōseki), ese colectivo tan infravalorado siempre por el mercado editorial. Se sale por completo de mis coordenadas habituales, pero es que cualquier itinerario por el Romanticismo alemán pasa por este libro sí o sí. Veremos...
Pues en tu caso concreto algo me impele a desaconsejartelo. De momento ha dejado dichas cosas como esta:
Luego, hecho a todo, escribí una obra política con el título: "Sobre las trampas para ratones y su influencia en el modo de pensar y la eficiencia de la gatunidad".
Acabé. No había leído un libro a ritmo tan lento desde hace mucho. Realmente Hoffmann exhausta. Algunos alemanes me han producido sensaciones similares últimamente, como Goethe o Jean Paul, pero por el motivo que sea creo que es tras Hoffmann cuando necesito un parón lector, que no sé si durará una semana o un mes. No me apetece leer ahora mismo, con sinceridad. Cuando dentro de unos días haya procesado esta obra dejaré mi comentario, que en cualquier caso será favorable porque la novela lo merece.
Para empezar hay que decir que, según nos indica el supuesto editor (que firma como E. T. A. Hoffmann) al inicio de la obra, su intención inicial (pese a ser consciente de la audacia que supone la edición de un libro escrito por un gato) era publicar la autobiografía del gato Murr. Sucede que el susodicho se ha valido de la biografía del maestro de capilla Kreisler, amigo de su dueño, Abraham, como punto de apoyo para redactar su manuscrito, por lo que el mencionado editor se ve en las circunstancias de entregarnos así el texto, que alterna por tanto ambas biografías en forma fragmentaria.
La obra está escrita en tono de constante sátira, si bien con Hoffmann -al contrario de lo que sucede con compatriotas suyos como Jean Paul- ésta mantiene de alguna manera en todo momento el contacto con la realidad, lo que le permite tratar en una novela aparentemente humorística temas de hondo calado filosófico con completa sobriedad. Es más patente esto en la historia de Murr, parodia de la novela de formación tan en boga por entonces. A nivel estilístico la exuberancia de Opiniones del gato Murr llega a producir una dualidad en el lector, que se mueve entre una embriaguez consentida y disfrutada y la extenuación que provoca cuando a ella se suman algunos de los muchos enredos argumentales propios del Romanticismo alemán (más ligados éstos a la historia de Kreisler) y los numerosos cambios espacio-temporales con los que juega la narrativa del libro (difícil no encontrar paralelismos con autores rusos ya del siglo XX como Biely o Bulgákov).
Siguiendo con el concepto de dualidad, tal como se indica en la sinopsis de arriba podría considerarse el epicentro temático de la novela, si bien al estar inacabada hay cuestiones que al terminar de leerla sólo puede intuirse a dónde las quería llevar el escritor. A grandes rasgos, y esto es válido -pese a las muchas diferencias entre ambos personajes- tanto para Kreisler (álter ego de Hoffmann) como para Murr, se trataría de la disyuntiva del artista (y del ser humano) entre la realidad y la espiritualidad, entre la sociedad y la fantasía individual, entre un mundo burgués superficial e incapacitado para apreciar el arte y el aislamiento de ese artista incomprendido, entre el amor y la soledad. No hay respuesta a nada de esto, dado que la obra como decía finaliza de manera bastante abrupta, y, si atendemos al prólogo de Cátedra, dado que Hoffmann también carecía de ella, lo que nos llevaría a tomar como válida la necesidad del mantenimiento del equilibrio ante este dualismo permanente.
Opiniones del gato Murr es imperfecta por su inconclusión, pero magistral. También una adelantada a su tiempo a nivel formal. Muy recomendable, e incluso muy disfrutable, para lectores pacientes. En mi caso concreto creo que no la he cogido en el mejor momento vital, lo que sumado a la sobredosis de románticos alemanes que me ha dado por inyectarme en vena en los últimos meses (con la consiguiente extenuación intelectual que eso conlleva) me ha llevado a la apatía. Claro que también puede ser que esté experimentando una crisis kreisleriana como consecuencia de la lectura de este libro, caso en el cual sólo me queda, supongo, aceptar que seguiré ad eternum debatiéndome entre mi amor y mi odio hacia él.
PD: Creo que estas últimas palabras pueden ser el comienzo de la integración tras la disociación. Espero ir en la dirección adecuada, Hoffmann.
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