Músicas con historia

La música amansa a las fieras.

Moderador: Emilio6

Orquesta Pelota

Músicas con historia

Mensaje por Orquesta Pelota »

De cualquier estilo, de cualquier época, desde el pianísimo Claro de Luna al incendio de bar del Smoke in the water, toda música que les guste y que tenga una historia detrás que deseen contar.

Historia en el más amplio sentido de la palabra. Gran Historia, la de la música o Historia mínima, la personal relacionada con ella.

Empiezo colgando la de una canción de Billie Holiday...
Orquesta Pelota

Lady Cosecha Amarga

Mensaje por Orquesta Pelota »

LADY COSECHA AMARGA

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Billie siempre había sufrido en carne propia la brutalidad del racismo. A pesar de ser una cantante que ya vivía de sus ventas holgadamente, había pasado por situaciones muy duras. El color de su piel mestiza le ocasionaba problemas en los bares de blancos, en los que no le dejaron cantar durante mucho tiempo (hasta que se la vio con Benny Goodman) y en los de negros tampoco era mejor, allí sufría una especie de racismo reactivo... No era negra sino mulata, así que la despreciaban e insultaban. Por su color y por tocar clubes de blancos.

Para actuar en estos bares, llegó a pintarse con tizne para parecer más negra. Y la obligaron en otros lugares a subir en montacargas en vez de en el ascensor. Y le robaron un vestido porque una negra no podía vestir cierto tipo de ropa elegante. Y tuvo que huir literalmente de más de una ciudad del sur por intentar cantar alguna canción con mensaje antirracista.

La historia no era nueva. Su padre murió por una hemorragia que nadie quiso atender.

En este contexto, el poeta y compositor Abel Meeropol se desenvolvía malamente. Era judío, descendiente de una familia rusa, de ideología de izquierdas y, por si faltaba algo en aquella américa ultraconservadora, afiliado al partido comunista. En cierta ocasión vio las fotos de los linchamientos y ahorcamientos de dos jóvenes negros y le impresionaron profundamente... Compuso un poema llamado <em>Bitter Fruit </em>que publicó con seudónimo y al que más tarde puso música para que lo cantara su mujer (ya como <em>Strange Fruit</em>).

El encargado de uno de los locales con más renombre del momento, el Café International, se quedó impresionado al escuchar aquella música tan elocuentemente certera y puso en contacto a Billie con Meeropol.

Billie tuvo muchísimas dudas. Después de lo que le había costado llegar a los escenarios, era un riesgo grande que le privaba de una parte importante de su público, que aceptaba que una negra cantara bien pero no que les diera "<em>clases de moralidad</em>". Finalmente se decidió y habló con su discográfica. Ésta, se negó en rotundo. Un rotundo muy rotundo. De los de "no la grabes o te meterás en líos muy serios". Billie, que era muy cabezona, se fue a grabarlo a un sello independiente con técnicos de sonido negros que no le pusieran problemas.

Y, desde aquel momento, allá donde tocaba la cantaba con el último bis. No esperaba al aplauso porque no sabía cómo iban a reaccionar las gentes del público. La cantaba con los ojos cerrados, o mirando al infinito para no distraerse con las caras de aprobación o desagrado de los que tuviera enfrente y antes de que la aplaudieran (o no), desaparecía del escenario. Su técnico de luces, habitual en sus giras, ya estaba al tanto y encendía los focos en cuanto pronunciaba sus últimas dos palabras, Bitter Crop, cosecha amarga, expresión que Billie siempre quiso como nombre para su biografía y que los editores nunca permitieron.

Y así, Lady Cosecha Amarga hacía de sus actuaciones y de su vida en general, una huída perpetua ...

Traducción de Strange Fruit

Los árboles sureños brotan una fruta extraña,
sangre en las hojas y sangre en la raíz,
cuerpos negros que se balancean en la brisa meridional,
fruta extraña que cuelga de los árboles del álamo.

Escena pastoral del sur galante,
las cuencas de los ojos vacías y la boca torcida,
olor a magnolias, dulce y fresco,
y, repentino, el olor de la carne ardiendo.

Aquí está la fruta para que los cuervos desplumen,
para la lluvia arrugue,
para que el viento aspire,
para que el sol descomponga,
para que los árboles caigan,
aquí crece una extraño y amarga cosecha...

Aquí está la fruta para que los cuervos desplumen,
para la lluvia que arruga, para que el viento la aspire,
para que el sol descomponga, para que de los árboles goteen,
Aquí se da una cosecha extraña y amarga.
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Merridew
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Mensaje por Merridew »

Gran tema, gran canción y gran historia. Gracias, Orquesta Pelota (me gusta ese nick :lol: ). Espero poder contribuir con alguna historia musical, deja que lo piense...
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baketto
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Mensaje por baketto »

¿Historia que hay detrás de la canción, o historia de la que habla la canción?
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Alicia
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Mensaje por Alicia »

Creo que es realidad es lo mismo, baketto ;)

Puede haber un sentido literal de la historia y uno que subyace al lenguaje de la canción. Pero en esencia es la misma cosa, como un comentario de textos, vamos ;)


Por cierto, me encanta este tema. Voy a pensar en canciones con historia de fondo, a ver si me inspiro ...
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Megan
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Mensaje por Megan »

Hey Jude fue escrita por Paul McCartney aunque en los créditos aparece Lennon/McCartney.

Se puede denominar como una balada rock, tiene una duración inusitadamente larga de 7 minutos para una canción pop pero, a pesar de esto, tuvo un gran éxito en todo el mundo.

La escribió Paul McCartney para consolar a Julian, el hijo de John Lennon, del divorcio de sus padres (John Lennon y su primer esposa Cynthia Powell). El título de la canción era inicialmente Hey Jules pero Paul McCartney la cambió a Jude porque sonaba mejor.

En su niñez, Julian Lennon frecuentaba más a Paul McCartney que a su propio padre.
Julian Lennon solo supo que la canción estaba escrita para él casi veinte años más tarde. Mucha gente, incluido John Lennon, pensaba que la canción era sobre John Lennon y su relación con Yoko.

La canción llega a ser un himno, una canción referente de los Beatles y una muestra más del talento compositivo y para la construcción melódica de Paul :lol: . La canción concluye con un crescendo inolvidable, en el que participa una orquesta de más de 30 músicos.

( No pego el clip, pues ya lo hice en el hilo The Beatles. )

La letra.

Hey Jude.

Hey Jude, don't make it bad
Take a sad song and make it better
Remember to let her into your heart
Then you can start to make it better
Hey Jude, don't be afraid
You were made to go out and get her
The minute you let her under your skin
Then you begin to make it better
And anytime you feel the pain
Hey Jude, refrain
Don't carry the world upon your shoulders
For well you know that it's a fool
Who plays it cool
By making his world a little colder
Hey Jude, don't let me down
You have found her, now go and get her
Remember to let her into your heart
Then you can start to make it better
So let it out and let it in
Hey Jude, begin
You're waiting for someone to perform with
And don't you know that it's just you
Hey Jude, you'll do
The movement you need is on your shoulder
Hey Jude, don't make it bad
Take a sad song and make it better
Remember to let her under your skin
Then you'll begin to make it better.

Traducción.

Oye Jude.

Oye, Jude, no lo estropees
Coge una canción triste y mejórala
Recuerda que has de hacerle un sitio en tu corazón
Sólo así podrán irte mejor las cosas
Oye, Jude, no tengas miedo
Naciste para hacerla tuya
En cuanto la metas en tu piel
Podrán empezar a irte mejor las cosas
Y cada vez que sientas dolor
Oye, Jude, déjalo
No cargues con el mundo a tus espaldas
Porque sabes muy bien que es de idiotas
Ir de chulo
Haciendo tu mundo un poco más frío
Oye, Jude, no me falles
Ahora que la has encontrado, hazla tuya
Recuerda, oye, Jude, que has de hacerle un sitio en tu corazón
Sólo así podrán irte mejor las cosas
Así pues, déjala a su aire
Oye, Jude, empieza ya
Estás buscando a alguien con quien tocar
¿Y no sabes que eres precisamente tú?
Oye, Jude, lo harás
El movimiento que necesitas está en tus hombros
Oye, Jude, no lo estropees
Coge una canción triste y mejórala
Recuerda que has de meterla en tu piel
Sólo así podrán irte mejor las cosas.
Orquesta Pelota

Mensaje por Orquesta Pelota »

Genial, Megan, gracias por contarnos la historia... Va otra:

LOS DOS AMORES DE CLARA (o la música de las Pérdidas)

Imaginen ustedes una niña de 11 años.
Una niña muy inteligente. Fuera de lo común. Hermosa. Una niña prodigio. Esa niña es, además, pianista. Y para que desarrolle sus facultades como merece, su papá le contrata a un profesor particular y que así la niña mejore.
La niña se llama Clara.
El profesor, Roberto.

E, imaginen, que Roberto, a pesar de tener casi diez años más, se enamora. Ella no es como las demás. A pesar de sus poquitos años, es fascinante. Y cuando Clara tiene 14 años ya tiene, además, el corazón de Roberto en la mano. Cuando cumple 16, ambos no aguantan más y Roberto le pide permiso al papá formalmente para el matrimonio.

Pero el papá, claro está, se enfada mucho y remucho y les dice que no, que ni en sueños, que lo olviden, que ella es rica, inteligente, prometedora y él pobre, justito y músico. Que no albergue esperanza alguna. Como en “El amor en los tiempos del cólera”, el papá se lleva a Clara que ya tiene 16 años de gira por Europa para que dé conciertos y se olvide de su Roberto. Como en “El amor en los tiempos del cólera”, ellos perpetúan su amor a base de cartas y más cartas, como si el lenguaje de la música entre músicos y compositores estuviera vedado. Se escriben se escriben se escriben.

Pero el padre que no.

Así que deciden llevarlo todo a los tribunales. Y después de tiempo y tiempo, la justicia da la razón a Clara y Roberto. Pueden casarse a pesar de no tener el consentimiento del padre. Eso sucede un día antes de que Clara cumpla los 21, que es la fecha en la que ya no necesitaría la autorización paterna. Pero están enamorados, y llegar un día antes a el resto de la vida con el ser amado es un mundo.

Y se casan,

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...y lo celebran, y se arriman mucho tanto que van teniendo nenes, hasta ocho. Clara es feliz. Ayuda a Roberto a abrir su mente, sus miras, hacia nuevos paisajes que él nunca había soñado. Compone. Compone mucho. Y ella, magnífica pianista, muestra al mundo su trabajo.

Pero.

Pero Roberto no está bien de la cabeza. De verdad. No está nada bien. Muertes familiares le habían hecho cometer alguna tontería de joven. Se ponía depresivo, gris, agreste algunas veces. Oía voces. Los médicos de hoy le dirían transtorno bipolar, episodios paranoides y depresión. Los de aquel entonces, efectos secundarios de su sífilis. Y le alimentaron a base de mercurio para cuidarle.

Aún así, cuando Roberto estaba bien, eran todos muy felices y se volcaban en componer, escuchar, escribir, amar.

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Imaginen que un soleado día de 1853, cuando ya llevaban casados Clara y Roberto muchos años, aparece un tal Juan. Algo feuchillo para los cánones de la época pero brillante. Algo oscuro. Con un mundo interior tan basto que no había forma de abarcarlo. Y resultó que también componía. ¡Y de qué manera!

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Ese luminoso día de 1853 ocurrieron dos cosas reseñables.

1.- Clara se enamoró perdidamente de la música de Juan
2.- Juan se enamoró perdidamente de la personita que era Clara.

Y eso fue un problema. Juan y Roberto se hicieron muy amigos, se admiraban mucho mutuamente, se escribían, se influían en sus músicas, se seguían a nuevos caminos.
Y los dos amaban a Clara.
Pero Clara amaba a sus hijos, a Roberto y a la música de Juan.
Pero no a Juan.

Pasó el tiempo.
Roberto, recayó. Bueno. Recayó, cayó y calló. Recayó una fría tarde de febrero de 1854 y, en una de sus crisis, se tiró al Rin en flagrante intento de suicidio. Le sacaron, pero ya no se recuperó, se quedó ido y ausente. Ingresado en una institución para gente frontera, gente fuera de lo común. Lo que casi todos llaman Gente loca. Allí se quedó, ya. Juan fue a ayudar a Clara con sus hijos, con su marido, con sus cosas. Se comió las ganas de besarla y a cambio le compuso adagios no muy troppos para trompa. Ejerció de amigo fiel de la pareja. Estuvo donde le correspondía.

Y Roberto murió.
1856.
Comido por la locura, las alucinaciones, la sífilis.

Y, claro, Juan lo pasó fatal. Lo pasó así de mal porque, por un lado, se le había muerto un querido amigo. Y un gran compositor. De los mejores. Y Clara estaba tan triste. Y los niños. Y él. Todo era infelicidad.

Pero por el otro, no sé. Tal vez. Ahora. Aunque estuviera mal pensarlo. Aunque le diera vergüenza. No sé. Imaginen que pensó que a lo mejor, ahora, Clara tendría ojos para él. Poco a poco. Sin prisa. Cuando todos se fuesen recuperando de la huída al otro mundo de Roberto. Tal vez, en un tiempo, encontraría los recovecos donde cultivar su pequeño huerto de alegrías.

Pero todo a su tiempo. Primeramente quería componer una bella música para su amigo muerto. Un réquiem. Pero no especialmente triste, ni dramático. Sin Confutatis, ni latín, ni alusiones al más allá. Un réquiem mundano. Poco a poco.

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Y pasó que Clara estaba enamorada de la música de Juan, pero no de él. Y que aunque no estaba Roberto, dedicó su vida a dar a conocer la obra de su amor muerto, y también la de Juan, que componía maravillosamente.

Y pasó que Juan se quedó tan herido que no quiso volver a revolcarse en el fango del amor nunca más. Y estaba lleno de vergüenza por desear a la mujer de su mejor amigo. Y hastiado de decepción de acariciarla sólo con las notas de sus músicas. Esos eran sus besos. Ahí sí que se dejaba llevar Clara. Cerraba sus ojos y era suya. Pero en cuanto sonaban los últimos sonidos del concierto, Clara volvía a ser de Roberto. O de la memoria de éste.

Y esa música de réquiem que quería componerle a su amigo, comenzó a agostarse y empeñarse en no salir.

Pasó el tiempo. Mucho tiempo. Y Juan se oscureció.

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Un triste día de 1865, la madre de Juan pasó a mejor vida. O a una vida distinta, quién sabe. El caso es que Juan, desbordado por la pena de la pérdida de Roberto, de la pérdida de su madre, de la pérdida de Clara, acabó por fin esa música que empezó tantos años antes.

La música de las pérdidas

Y así nació este Réquiem alemán, preñado de dolor, de ausencia, de presencias, de amores desgranados, de vergüenza, de aceptación… en resumen, de mansa melancolía. Una música que, lejos de entristecer, conforta.

Por cierto, en la historia grande, la de los libros, no se llamaban Clara, Roberto y Juan.
Eran Clara Wieck, Robert Schumann y Johannes Brahms.
Pero eso qué mas da…

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Como datos de esos que dan los historiadores, cuentan que el preestreno fue un fracaso, porque un partidario de Wagner (existía cierta rivalidad entre ellos) se hizo con el puesto de timbalista y reventó el concierto a base de tamborazos a destiempo.

El estreno real, un éxito clamoroso.

Una celebración del desamor.
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Merridew
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Mensaje por Merridew »

Oye, muy bueno, sigue así que esperamos tu próximo post :wink:
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azucena
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Mensaje por azucena »

Que bonito, orquesta Pelota, me he emocionado leyendo la historia de los dos amores de Clara. Me has emocionado como me emocionaba con el programa de la radio de clásicos populares.
Esperamos con ganas tu siguiente historia, bueno, la de todos las que nos quieran contar. :D :D :D

Ah, y no tiene nada que ver con el hilo, muy curiosa la placa que llevas en la firma.
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Megan
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Mensaje por Megan »

Otro tema con historia es " Lucy in the sky with diamods " de Los Beatles, cuyo origen según Lennon fue así "... un día de 1967, mi hijo Julian, llegó de la escuela con un dibujo que dijo era de su compañera de clase, una niña de cuatro años llamada Lucy. Cuando me enseñó el dibujo, el pequeño Julian lo describió como «Lucy - in the sky with diamonds".

Julian recuerda: «No sé por qué lo llamé así ni porqué estaba separado de mis otros dibujos, pero obviamente a esa edad sentía afecto hacia Lucy. Solía enseñarle a papá todo lo que hacía en la escuela y de este surgió la idea de hacer una canción sobre Lucy in the sky with diamonds.»

En una entrevista de 2004, Paul McCartney comentó que "Lucy in the Sky with Diamonds" había surgido del dibujo de Julian, pero que era "bastante obvio" que la canción era sobre una alucinación, pero que lo de las iniciales del tema LSD fue pura coincidencia.

Letra

Picture yourself in a boat on a river
With tangerine trees and marmalade skies
Somebody calls you, you answer quite slowly
A girl with kaleidoscope eyes
Cellophane flowers of yellow and green
Towering over your head
Look for the girl with the sun in her eyes
And she's gone
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds
Follow her down to a bridge by a fountain
Where rocking horse people eat marshmellow pies
Everyone smiles as you drift past the flowers
That grow so incredibly high
Newpaper taxis appear on the shore
Waiting to take you away
Climb in the back with your head in the clouds
And you're gone
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds
Picture yourself on a train in a station
With plasticine porters with looking glass ties
Suddenly someone is there at the turnstyle
The girl with the kaleidoscope eyes
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds
Lucy in the sky with diamonds.

Letra Traducida

Imagínate en una barca en un río
Con árboles de mandarinas y cielos de mermelada
Alguien te llama, tú respondes lentamente
Una chica con ojos de calidoscopio
Flores de celofán amarillas y verdes
Se elevan sobre tu cabeza
Buscas a la chica con el sol en los ojos
Y se ha ido
Lucy en el cielo con diamantes
Lucy en el cielo con diamantes
Lucy en el cielo con diamantes
La sigues hasta un puente junto a una fuente
Donde gente en caballitos come pasteles de malvavisco
Todos sonríen mientras pasas frente a las flores
Que crecen increíblemente altas
Taxis de periódico aparecen en la orilla
Esperando para llevarte
Subes al asiento trasero con la cabeza en las nubes
Y te has ido
Lucy en el cielo con diamantes
Lucy en el cielo con diamantes
Lucy en el cielo con diamantes
Imagínate en un tren en una estación
Con mozos de plastilina con corbatas de espejo
De pronto hay alguien en el torniquete
La chica con los ojos de calidoscopio
Lucy en el cielo con diamantes
Lucy en el cielo con diamantes
Lucy en el cielo con diamantes.

Aquí les dejo el sicodélico tema:


Enlace
Imagen

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Megan
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Mensaje por Megan »

Hablar de A Day in the Life no es hablar de cualquier canción, es una obra maestra de Lennon y McCartney, que da el toque final al archi famoso Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band.

John cuenta: "Un día estaba leyendo el diario y me fijé en dos noticias. Una era sobre el heredero de los Guinness que se había matado en un coche. Esa era la noticia de titulares. Murió en Londres en un accidente de coche. En la página siguiente estaba la noticia de que en las calles de Blackburn, Lancashire, había cuatro mil agujeros que había que llenar. La contribución de Paul fue la preciosa apostilla de la canción, " I'd love to turn you on " --Me encantaría excitarte -- que le había estado rondando por la cabeza y no sabía dónde ponerla. Me pareció un trabajo realmente muy bueno".

El disco salió a la venta en Gran Bretaña el 1° de junio de 1967 y un día después en Estados Unidos. Fue recibido con sorpresa y admiración. Se ha dicho que al igual que con los grandes acontecimientos del siglo (la muerte de Kennedy, la llegada del hombre a la luna) toda aquella persona contemporánea al álbum recuerda la primera vez que escuchó a la banda del Sargento Pepper.

La crítica fue unánime en sus elogios. Pero el disco también tuvo que soportar embates de la sociedad conservadora. "A day in the life" fue prohibido en la BBC ante todo por la frase 'I'd love to turn you on' (Me encantaría excitarte) la que se creía hacía oscuras referencias a las drogas y al sexo. Las explicaciones dadas por los John y Paul a la emisora no fueron convincentes, la censura como siempre, no entendía de sutiliezas en las composiciones.

Letra

I read the news today oh boy
About a lucky man who made the grade
And though the news was rather sad
Well I just had to laugh
I saw the photograph
He blew his mind out in a car
He didn't notice that the lights had changed
A crowd of people stood and stared
They'd seen his face before
Nobody was really sure if he was from the House of Lords.
I saw a film today oh boy
The English Army had just won the war
A crowd of people turned away
But I just had to look
Having read the book.
I'd love to turn you on
Woke up
Got out of bed,
Dragged a comb across my head
Found my way downstairs and drank a cup
And looking up I noticed I was late
Found my coat and grabbed my hat
Made the bus in seconds flat
Found my way upstairs and had a smoke
And somebody spoke
And I went into a dream
I read the news today oh boy
Four thousand holes in Blackburn, Lancashire
And though the holes were rather small
They had to count them all
Now they know how many holes it takes to fill the Albert Hall.
I'd love to turn you on.

Letra Traducida

Hoy leí la noticia, oh chico
De un hombre afortunado que batió un récord
Y aunque la noticia era bastante triste
No pude evitar reírme
Vi la fotografía
Se voló la cabeza en un coche
No se dio cuenta de que el semáforo había cambiado
Una muchedumbre se detuvo a mirar
Habían visto su cara antes
Nadie estaba seguro si era de la Cámara de los Lores
Hoy vi una película, oh chico
El ejército inglés acababa de ganar la guerra
Un montón e gente apartó la vista
Pero yo no pude evitar mirarla
Había leído el libro
Me gustaría excitarte
Me desperté
Salí de la cama
Me pasé el peine por la cabeza
Baje la escalera y me tomé un té
Y levantando la vista vi que era tarde
Cogí el abrigo y agarré el sombrero
Llegué al autobús en unos dos
Subí la escalera y pegué unas caladas
Alguien habló
Y caí en un sueño
Hoy leí la noticia, oh chico
Cuatro mil agujeros en Blackburn, Lancashire
Y aunque los agujeros eran bastante pequeños
Tuvieron que contarlos todos
Ahora ya saben cuántos agujeros hacen falta para llenar el Albert Hall
Me gustaría excitarte.

El video:

[youtube]http://youtube.com/watch?v=bBJj10rYmdg[/youtube]
Imagen

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Orquesta Pelota

Mensaje por Orquesta Pelota »

Muchísimas gracias por los halagos, Merridew y azucena, y por las beat-historias, Megan. Pongo yo la siguiente:



Las siete maletas o la maldición de Layla

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Eric paseaba nervioso de un lado a otro de la habitación. Si le hubieran contado los pasos que llevaba andados, seguro que llevaba ya la mitad del viaje al mundo en ochenta días a base de zancadas cortas. Se podía apreciar un ligero descoloramiento en las baldosas del suelo que pisaba, a poco que uno fuera algo observador.

Una vuelta. Otra más. Otra.

Patty estalla.

- ¿Te quieres estar quieto de una vez? Me estás poniendo nerviosa
- No puedo evitarlo – respondió Eric al cuello de su camisa.

Otra vuelta. Sigue. Gira. Suspiro.

- Seguro que vieeeene…
- Qué optimista.


Vuelta. Giro. Resoplido.

- No es para tanto, yo creo.
- Cariño. ¿REALMENTE crees que no es para tanto?
- ...
- ...
- Pero aceptó la invitación, ¿no?


Paseo. Cambio de lado. Paseo.

El zoom se va alejando de la escena y en la parte inferior de la pantalla aparece un cartel que reza: “Diez años antes…”



Lo malo de ser alguien a quien la gente idolatra es que hay que estar siempre a la altura del héroe con el que te confunden. Siempre has de ser épico en lo que haces, inolvidable en lo que dices, incontestable en lo que piensas.

Algo parecido a eso debía pensar Eric Clapton (aunque tal vez con unas palabras algo más turbias por culpa de ciertas sustancias) cuando, con apenas 20 años, empezaron a aparecer las primeras pintadas de “Clapton es Dios” por las paredes de medio mundo. Había tenido una infancia extraña. Su mamá le tuvo muy joven. Tanto que para evitar la vergüenza en el vecindario le dijeron que su mamá era su hermana, y así los abuelos pasaron a ser padres, y el nieto un hijo.

Tardó mucho en enterarse y, cuando lo hizo, no quiso que fuera así. Renunció al afecto hacia su hermana como quien tira a la basura un boleto de lotería no premiado. Dejó los estudios poco después de que sus padres (perdón, sus abuelos) le regalaran una guitarra. Participó en un par de grupos históricos, Yardbirds, Cream, se hizo famoso, se acercó a la mala vida y desde entonces la llevó con él.

Pero el hecho que hizo que su vida cambiara vino de donde no se esperaba.

Participó en una grabación de los Beatles con su guitarra Fender a cuestas e hizo muy buenas migas con George Harrison. Compartían gustos, delicias, sensaciones. Se hicieron inseparables. George le enseño a Eric una canción que le había escrito a su esposa, Patty Boyd llamada Something.

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A Eric le encantó. Era una de esas noches en las que el tiempo se dilata y desaparece debajo de las láminas de una persiana. Ya fuera comenzaba a amanecer con cruda ironía para todos aquellos que trabajaban, cuando George le contó cómo conoció a Patty haciendo la película “A hard day’s night”. Ella era modelo, inteligente y guapa a rabiar. La vió. Se acercó. Dijo “Hola”. Ella sonrió. A él se le acabó el mundo al ver su boca de falsa quimera. Y le dijo: “¿Te quieres casar conmigo?”. Ella dijo “Vale”. Y se casaron.

Eric estaba desconcertado. A George se le empezaba a llamar ya “el hombre tranquilo” ¿Enamorarse así? ¿George? Imposible. Quiso conocerla. Hizo mal. Vino. Vio. Y le venció. Se enamoró de ella hasta los huesitos. En la fiesta en la que se vieron por primera vez, Eric aprovechó que estaba a solas con ella en la cocina y cruzó sus primeras palabras. Le dijo: ¿Te casarías conmigo? Ella: Ahora no. Fin de la conversación.

Y Eric se emborrachó y se fue a por la hermana de Patty, que era clavadita en todo menos en lo esencial.

Esto planteaba muchos problemas. Primero, el obvio, estar con una mujer para olvidar a otra. Esa manía que tienen los corazones supervivientes a un naufragio de creer que el recoveco en el que cabe una persona sirve para otra. Pero no. No sirve. Ese amor es un juguete roto. Ocupa el espacio pero no se ilumina con sus lucecitas ni hace sonreír.

El segundo problema es que Eric ya tenía otra novia.
Ésta, obviamente, le mandó a paseo con un lenguaje que, con el permiso de ustedes, no voy a reproducir. Pero los testigos dan fe de que la maleta de Eric voló por la ventana y casi aplasta a un pobre transeúnte que lo más cerca que había estado de alguien famoso fue el dia que vio firmar libros en unos grandes almacenes a Paul Simon.

Primera maleta rota.

Bueno, pues Eric se enamoró a lo loco (¿hay alguna otra manera?). Ni que decir tiene que no le dijo una palabra a George. La pareja seguía felizmente su vida prefecta.

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Y, buscando el olvido, como decía el poeta, se dio a la bebida y a recopilar consuelos entre las amapolas de su jardín y las páginas de Keats. Se pasaba el día suspirando por las leves huellas de Pattie mientras desnudaba a su hermana y la besaba con la rabia de quien no debería poseer lo que posee. Con la palabra estafa clavada en el fondo de la retina.

Él nunca quiso entender que no hacía el amor con ella, sino contra ella.

En este estado de las cosas, un buen amigo de Eric, Ian Dallas, le dejó un libro con algunas leyendas y poemas persas. Y ustedes ya saben que cuando uno anda enamorado, la forma de las señales de tráfico te recuerda a la geometría sin aristas de tu amada. El olor a tierra mojada te subleva el cuerpo y te revela aromas de su piel. Y el frenazo de una moto en un paso de cebra te anuncia el vértigo de mirarla.
Todo acto tiene que ver con el ser al que se ama. Hasta el más nimio.

Así que leyó el poema de Nezami Ganjavi titulado “Layla y Majnun” o “La locura de Majnun” o cualquiera de los nombres con los que ha sido traducida...

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Según cuenta el poema, Majnún se enamora de Layla que, por tradiciones ancestrales, no puede casarse con él estando prometida a otro por no deshonrar a su padre, que es quien ha organizado el casamiento. Majnún huye al desierto y se pasa media vida escribiéndole poemas de amor en la arena con la punta de un palito. Hasta morir de locura tras el fallecimiento de ella.

"Cuando preguntaron a Majnún donde vivía Layla,
desgarrándose el pecho les mostró su corazón en ruinas.
Cuando Layla murió le dijeron:
Layla ha muerto.
Pero Majnum respondió:
¡No! ¡Layla no ha muerto!
Vive en mi corazón. ¡Ved, yo soy Layla!"



Y Eric pensó en Pattie. Cogió su guitarra y compuso en poco más de media hora la música de “Layla”, con su asombrada novia escuchando atónita. La pobre chica comprendió en ese momento que no la quería a ella, sino a su hermana. Un relámpago doloroso en mitad del rostro. Una bofetada impensable. Paula (que así se llamaba la hermana de Patty) puso las cuatro camisas sin bolsillos que tenía Eric en una maleta y la tiró por la ventana, acompañada de un par de guitarras, un shitar y el puñetero libro de Majnún. Por suerte en este caso, bajo la ventana había un jardín particular y no se lamentaron víctimas.

Excepto la segunda maleta rota.

Y fue pasando tiempo, maniático él en no detenerse nunca.
Mientras tanto, Eric formó un nuevo grupo, Dereck and The Dominos, y graba un disco con varias canciones dedicadas a Patty, Layla incluída, claro. Ese disco se llama Layla and other assorted lovesongs.

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¿Adivinan quién es la que aparece en el cuadro de la portada? En efecto. Para el disco, la canción se amplía con un solo de piano maravilloso que Eric escuchó al batería Jim Gordon una tarde que estaba ensayando sólo en el estudio. Además, llaman a Duane Allman para que haga de segundo guitarrista y les sale una grabación histórica.

Y aquí se acaba lo bueno.

Eric regala a Patty una maletita con el disco, el libro de leyendas persas, unos poemas que le ha ido escribiendo y un par de cosas más que le recuerdan a ella. Pattie le pide que pare ya con la obsesión y para cerciorarse de que se ha entendido meridianamente claro su mensaje, tira por la ventana todas las cosas que le ha dado Eric.

Tercera maleta rota.

La relación entre el trío, comienza a hacerse insostenible. Eric y George, se distancian.

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Eric comienza a desmoronarse. El disco es un fracaso. No ha entrado ni en listas. Su padre-abuelo acaba de morir. Layla-Pattie no le quiere. No puede mirar a la cara a su mejor amigo. Y Duane Allman, el guitarrista que le ayudara a grabar la canción en su día, se mata en un accidente de moto poco después de la grabación.

La maldición de Layla

Y con ese sabor amargo pero cálido de la derrota, Eric se deja caer a los abismos de la heroína, donde se le multiplican los monstruos, y se le desgastan los dedos con los que toca, y se hacina en la ruina y pierde el mundo de vista y cae cae cae. Durante un tiempo se teme por la muerte de Eric. Se ha convertido en una abominación que no reconoce ni a los antiguos amores ni a las viejas certezas. Le ingresan medio muerto, le tratan, le limpian por dentro como si quemarle los desechos de dentro le hiciera ser menos desecho por fuera. Y sale adelante. Con una herida en mitad del pecho, pero sale.

Y cuando ya parece estar recuperado, justo entonces, vuelve Pattie. Que discute con George. Que decubre que éste se pasa las giras inaugurando con sus manos pedazos de la piel de la esposa de Ringo. Sí. En esas giras en las que ella no va por no desconcentrarle. En las mismas.

Cuarta maleta. Ésta de George.

Y se refugia en Eric, tanto, tan bien, con tanta leña en su chimenea que acaba por empezar a arder cierta llama en la mirada de ella. Y los besos comienzan a ser en la comisura de los labios y no en las mejillas. Y los labios tardan en separarse y están levemente abiertos. Y él renace de sus miserias y se hace grande para cobijarla. Y aunque Pattie y George se reconcilian...

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...el hecho es que un molesto viento sigue avivando el deseo prohibido de Eric & Layla.

Y claro, acaba pasando. Eric coge de la mano a Layla y se fugan juntos, dejando a George con su rabia entre los dedos y un puñado de "te lo dije" en sus oídos. George reúne todas las pertenencias de Pattie y las tira al mar guardadas en una maleta.

La quinta.

Y los regalos de Eric van en otra.

La sexta.

Y podría parecer que esto es todo, pero no. Revisando George los papeles de Pattie, descubre que la chica ha sabido atrapar los labios de otras gentes. Como de John Lennon. Como de Mick Yagger. Como de algunos otros varios. Y en una séptima maleta guarda todas las cosas que él, el hombre tranquilo, le ha escrito al amor de su vida y la tira al contenedor más alejado de la ciudad.

Con el aliento a estafa rondándole la boca, vuelve, llora y, discretamente, rehace su vida.

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Fundido en negro.


Llegamos al lugar del principio de la historia.
Eric está nervioso. Es el día de su boda. Se va a casar, por fin, con Pattie, casi diez años después de su enamoramiento y de que le regalara en secreto la canción de Layla.
El último invitado en confirmar su asistencia es George Harrison.
A pesar de todo, tal vez, haya conseguido perdonarles.

Se acercan al lugar de la boda.
Antes de entrar en el recinto, Eric cree escuchar una música familiar.
Al reconocerlo, no puede evitar ponerse a llorar.
En el centro del pasillo que les lleva al altar está George Harrison. Con su guitarra.
Tocando, sonriente, Layla.
Y entre risas, con las miradas cómplices de toda la concurrencia, Eric se casó, por fin, con su Pattie, al calor de las notas de Layla tocadas por el hombre al que le había robado la mujer…


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FIN
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Dr. Schön
Me estoy empezando a viciar
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Mensaje por Dr. Schön »

¡Enhorabuena, Orquesta Pelota! Me ha gustado especialmente el tema
dedicado a Schumann ( no podía ser de otra forma, ¿no? :lol:).
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Megan
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Mensaje por Megan »

Excelente el relato de George, Eric y Patty. :D
Se dice que Eric le dijo a alguien " es increíble logré sacarle la esposa a un Beatle ! " :roll:
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🌷🌷🌷Give Peace a Chance, John Lennon🌷🌷🌷

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Megan
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Mensaje por Megan »

Otra historia cortita pero no por ello increíble. ( es de Los Beatles porque soy " algo " fanática de ellos ) :wink:

En 1962 el director de la rama británica del sello Decca rechazó la oportunidad de grabar a The Beatles, para grabar a un conjunto local llamado The Tremeloes. Dick Rowe, jefe de la división de música popular, dijo de The Beatles que “no nos gusta su sonido y esa música de guitarra está en decadencia”. Visto años después, se trata de un error histórico. Notables rechazos posteriores incluyen a The Yardbirds y Manfred Mann.

P.D. No olvidar que tras rechazar a The Beatles el camino los llevó a contratar a The Rolling Stones.

De todas formas se ha dicho que al señor Rowe nunca lo dejaron olvidarse de aquel rechazo y de su fatídica frase :wink:

Adjunto " Love me Do " como ilustración de lo que Rowe denominó decadencia :roll:


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🌷🌷🌷Give Peace a Chance, John Lennon🌷🌷🌷

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