En el metro (Relato)

[cinco_lobitos2004]

Después de cierto tiempo uno nunca sabe donde va a acabar. El cerebro da paseos incontrolados e inefables.Ando por parajes de grandes dimensiones. No abarca mi imaginación espacios tan bastos.

Salí de casa con la ropa de trabajo. Iba un poco tarde y me apresuraba para no perder el metro que me llevara al taller. Un Bob Dylan en blanco y negro sonaba nítido en mis auriculares. 

La estación de metro estaba abarrotada como siempre. La chica con su ropa de colores también estaba. Desde hacía meses coincidíamos a la misma hora. Nunca nos hemos cruzado una palabra pero ambos sabemos de nuestras existencia. Y me gusta que sea así. Cualquier otro tipo de relación entre ambos podría comportar una desilusión que no estoy dispuesto a permitirme. 

Llega el metro a la estación y, tras abrir sus puertas, el rebaño accedemos a su interior. Encuentro una silla libre en la zona gris reservada para ancianos. Me doy prisa y cazo para mí el último asiento libre; dejando con un palmo de narices a un sesentón bastante gordo. Así aprenderá a hacer dieta.

Chequeo mi móvil con aire ausente. Atravieso aplicación por aplicación la pantalla de mi móvil con cierta desidia. Encuentro un hilo en twitter de los amigos de Forocoches bastante soez pero que me divierte. Me quedo en él mientras el metro avanza con su suave traqueteo. Poco a poco vamos pasando por estaciones y cada vez baja más gente del vagón. Me sorprende al levantar la vista del móvil que apenas quedamos una decena de personas en mi zona. Todas con mirada ausente y de pie, excepto mi vieja amiga de la ropa de colores que está sentada unos asientos más allá. Me fijo bien y veo que está dormida. En ese momento mi teléfono vibra por la entrada de un whatsapp. Cuando veo el remitente me quedo inquieto. Se trata de mi amigo Henry.

Henry falleció en 2016 y nunca tuve el valor de borrar su contacto de mi celular. Abro nervioso su mensaje y leo: "¡Baja del vagón YA!".
Descolocado, tengo la sensación que alguien me observa. Levanto la cabeza y veo a la chica de colores a mi lado. Sonriente, ladea la cabeza y...

[lucia]

11 m seguro que no es. Y choca un montón leer lo de la aglomeración estos días en que debe estar yendo medio vacío.

[cinco_lobitos2004]

de repente abre la boca mostrándome una fila de dientes ensangrentados y puntiagudos. Me asusto; pero su actitud pasiva - aunque desagradablemente descarada - hace que mi instinto de supervivencia se tranquilice poco a poco. 

En ese instante, el metro entra en la estación de Las Musas. En cuanto se detiene el convoy, abro la puerta alterado y salgo disparado. Me apoyo contra la pared y oigo pasos de pies arrastrándose detrás de mí. Están bajando los pocos pasajeros que quedaban y se dirigen hacia las escaleras que dan salida hacia la Avenida Niza. Se asemeja a una escena de muertos vivientes. Todos en manada, lentos... aunque rígidos y firmes como los hombres de gris de Momó. Si no fuera todo tan desconcertante y real podría ser una escena escrita por los Monty Python. 

Se cierran las puertas del metro y arranca. Mi amiga de colores es la única pasajera que resta en el interior. Tiene las palmas de las manos abiertas sobre la ventana. Observándome va lamiendo el cristal con toda la lengua fuera de la boca. Es una imagen aún más grotesca si le sumo las manchas de sangre que deja impresas en el traslúcido material.

Desconcertado, me siento en uno de los bancos del andén. Es cuando vibra de nuevo mi teléfono avisándome de la entrada de un nuevo mensaje. Pulso sobre el logotipo del Whatsapp y veo que Henry me ha vuelto a escribir. Leo su mensaje: SIGUE HUYENDO. NO TE DETENGAS. TE PILLARÁ. LLEGARÁ EN EL SIGUIENTE METRO.
¿Quién?, le grito en un mensaje de voz. Sujetando fuerte el móvil, observo de izquierda a derecha todo el andén. Ya no queda nadie. Alzo la vista hacia el rótulo luminoso y me informa que quedan apenas 2 minutos para la llegada de un nuevo metro a la estación. Respiro hondo mientras decido qué debo hacer...

[lucia]

Oye, que igual sí que es

[iOtero]

Pues sí que tarda en decidir qué hacer, un mes después aún no se ha movido del sitio...