La onírica
La onírica
Hola.
Soy yo. La onírica, la dulce… la que abrazas cuando apagas la luz, la que imaginas, la que te acompaña por las noches y durante gran parte de los días, la que camina a tu lado, la que sueñas, la que desnudas, la que te desea, la que te ama…
Te sorprenderá que te escriba, y que por una vez sea yo, y no tú, quien tome la iniciativa, pero necesitaba hablar contigo. Y es que, ¿sabes? Estoy celosa. De la otra. Porque sales corriendo cada vez que ella te dice “ven”, porque aunque sé que me buscas en ella, que quieres reunirnos en una, desaparezco en cuanto la miras… porque cuando vas a verla se te pone esa sonrisa que me gusta tanto, y que ya no es para mí… y yo me muero de celos…
No aparezco en tus sueños tanto como ambos quisiéramos, sabes que eso no depende tampoco de mí. Pero, ay! qué bien cuando aparezco! es todo tan fácil, tan natural, no hay sombras, ni dudas, solos tú y yo… y aún me quedo a tu lado cuando te despiertas, y me sonríes, cierras los ojos y te beso, y nos miramos, y nos amamos… y me intentas atrapar de nuevo, pero en vano… y ese día lo paso contigo, te acompaño… hasta que llega ella y nos separa, y yo me quedo esperando a que se vaya…
Vuelvo aún antes de que me termines de evocar, y es conmigo con quien haces el amor, a quien besas, (siempre pensando en ella...) Y yo soy la que te corresponde, la que te sonríe sin remordimientos, la que nunca te dirá basta… pero aun así la prefieres a ella, que se deja querer… que te mira. Que te hace sufrir… que se calla. Que en vez de decirte que le gustas, se ríe, y a ti te encanta…
Me parece que se acerca alguien (¿será la otra…?) Tengo que dejarte, mi amor…
Soy yo. La onírica, la dulce… la que abrazas cuando apagas la luz, la que imaginas, la que te acompaña por las noches y durante gran parte de los días, la que camina a tu lado, la que sueñas, la que desnudas, la que te desea, la que te ama…
Te sorprenderá que te escriba, y que por una vez sea yo, y no tú, quien tome la iniciativa, pero necesitaba hablar contigo. Y es que, ¿sabes? Estoy celosa. De la otra. Porque sales corriendo cada vez que ella te dice “ven”, porque aunque sé que me buscas en ella, que quieres reunirnos en una, desaparezco en cuanto la miras… porque cuando vas a verla se te pone esa sonrisa que me gusta tanto, y que ya no es para mí… y yo me muero de celos…
No aparezco en tus sueños tanto como ambos quisiéramos, sabes que eso no depende tampoco de mí. Pero, ay! qué bien cuando aparezco! es todo tan fácil, tan natural, no hay sombras, ni dudas, solos tú y yo… y aún me quedo a tu lado cuando te despiertas, y me sonríes, cierras los ojos y te beso, y nos miramos, y nos amamos… y me intentas atrapar de nuevo, pero en vano… y ese día lo paso contigo, te acompaño… hasta que llega ella y nos separa, y yo me quedo esperando a que se vaya…
Vuelvo aún antes de que me termines de evocar, y es conmigo con quien haces el amor, a quien besas, (siempre pensando en ella...) Y yo soy la que te corresponde, la que te sonríe sin remordimientos, la que nunca te dirá basta… pero aun así la prefieres a ella, que se deja querer… que te mira. Que te hace sufrir… que se calla. Que en vez de decirte que le gustas, se ríe, y a ti te encanta…
Me parece que se acerca alguien (¿será la otra…?) Tengo que dejarte, mi amor…
- Brian Bennington
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- Registrado: 29 Jun 2006 14:22
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- Supermicio
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Guau. No está nada mal. Comienza hablando la onírica, pero por momentos parece que la sintonía es tanta que pudiera estarlo pensando él. Un "él" con remordimientos, pero incapaz de dar un paso. En todo caso, la onírica que habla es muy resignada (seguramente porque si no lo fuera dejaría de ser "onírica" y se volvería bastante real).
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Pues sinceramente, me ha encantado el escrito. Es de esas veces que caben las "muchas y variadas interpretaciones". Yo prefiero verlo como "la musa" que acompaña al autor al escribir, la que compite con su amor verdadero. La musa y su pareja, dos amores compartidos y a los que el corazón divide el tiempo cuando puede y necesita.
Un abrazo y enhorabuena.
Un abrazo y enhorabuena.
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