A quien corresponda

[el vencejo]

Quiero dedicar esta carta, a todos los obreros que han sido despedidos injustamente de sus puestos de trabajo por atreverse a mirar a la cara a su patrón y decirle -¡ya está bien, hasta aquí!- por prepotentes patronos endiosados.

Igual que la careta del carnaval tengo el alma hoy, triste por dejar de traer un dinero a casa necesario para mi familia, contento por haber sido consecuente con lo que soy, HONRADO.
¿Cómo he osado yo, mirarle a la cara al patrón?
- ¡pero que se ha creído este muerto de hambre!. ¡que le den por el culo! .

Ya lo habéis dicho, ya no hay vuelta atrás. Siempre hay un roto para un descosío. En este caso me alegro de no ser yo el roto, aunque sí el descosío, y que me van a dar por el culo, quizás, pero no, “por culo”. La dignidad del pobre siempre la compra el patrón con el miedo a la incertidumbre, con el miedo a quedarte sin trabajo ¡a la puta calle!. Bien, me voy. Siento no derramar lágrimas de impotencia, mis hijos a lo peor se pondrán tristes por su padre, pero pasará, todo pasa -como dijo el maestro- y un día nos volveremos a ver por las calles paseando sin prisa, entonces no intentes darme la mano, ignórame como lo has hecho ahora, ignórame como ignorarán mis hijos a los tuyos, como lo harán mis nietos a tus nietos, mi generación a la tuya, como lo haré yo mientras me quede aliento, porque el tiempo que me ha tocado vivir, lo dedicaré a recordar a mis amigos, e intentaré olvidar a los que me han quitado el pan de la boca, la ilusión por mi trabajo o la creencia en las criaturas.
Escribiré mis tormentos y mis placeres, y podrás estar tranquilo, no estás en ninguno de los dos frentes, estás en el olvido. No puedo decir que ha sido un placer el conocerte, pues no me ha servido de mucho; lo comido por lo servido, lo ganado por lo perdido, la vida que me he dejado en tus esquinas por la soldada que me has pagado, tus risas por mis llantos, mis desvelos por tus cuartos. Cuando no me interesó me fui, cuando no te interesé, me echaste, ¡qué fácil lo has tenido con alguien como yo! Con alguien que nunca marca las cartas, con alguien que va de cara.
Nada me debes, nada te debo, que la suerte sea contigo, como yo espero sea conmigo. Tanta paz lleves...como descanso dejas.
Adiós Don.

José Antonio Ávila.

[lucia]

Mas que peleado con el patrón, parece peleado consigo mismo y el mundo.