Foro, que no blog, en el que escribir sobre todo lo que se os ocurra referente a libros que hayáis leído, o no, y sus autores. Somos afiliados de Amazon.
El pobre Bill no tiene ni idea de que ha pasado. Me gusta eso de que se considere salvaje
Me da a mi que Leonita igual le ve en plan salvaje no tardando mucho
mamaje escribió:
Jacob Cora escribió:
mamaje escribió:por cierto, yo creo que como dice Mapy, el Bill de los libros no es un facilon... demasiado nos estamos dando la razon ultimamente
Vale, facilón no era la palabra. Pero en los libros se plantea que durante su relación con Sookie buscaba otras fuentes de alimento extras... algo que la camarera aceptaba sin reparos. Por lo que considero que Bill (al igual que Eric) no le hace ascos a nada
Al día siguiente Leonita tenía intención de madrugar, pero no se despertó hasta casi la hora de comer. Había perdido toda la mañana para investigar y empezaba a ponerse nerviosa ante el miedo de hacer el ridículo durante el juicio. Comió rápidamente el extraño preparado parduzco de su secretaria y salió corriendo directo al local de la fiesta. Vicki se quedó en casa por si Bill se levantaba, pues no quería que estuviese a solas. Llegó corriendo al local y, tal y como se esperaba, lo encontró casi vacío a esas horas. Gracias a ello, el dueño no puso demasiados reparos a una ronda de preguntas.
- ¿Se acuerda de ellos? –enseñó una foto de Bill y de Lucy.
- Como para no hacerlo. En todos los periódicos hablan del asesinato después de la fiesta en mi local. Esta publicidad no deseada me está amargando la existencia.
- ¿Vinieron juntos? –negó con la cabeza- ¿Cómo se conocieron?
- El vampiro fue a la barra y Lucy se lanzó a por él.
- Entonces, ¿no fue Bill el que inició el contacto? –volvió a negar- Eso es interesante.
- No tanto. Verás, Lucy era famosa por su pasión por los no – muertos.
- Por lo que otros vampiros podrían tener acceso a su casa… -el dueño se encogió de hombros- ¿Qué clase de fiesta era?
- Una fiesta privada como otra cualquiera. Pocos invitados de hecho. Una mala noche en todos los sentidos.
- ¿Se accedía por invitación? –asintió, no era muy hablador- Eso quiere decir que había alguien interesado en que Lucy y Bill estuviesen en el mismo lugar al mismo tiempo.
- Oiga, había casi 50 personas aquella noche… -Leonita le ignoró.
- ¿Quién encargó la fiesta?
- Veamos… -consultó una PDA- Un tal MrH.
- ¿No dio su verdadero nombre? –de nuevo su cabeza oscilante- ¿Cómo era?
- Ni idea. Hizo la reserva por Internet.
- ¿Acaso no se interesa por sus clientes antes de aceptarlos?
- A mí lo único que me interesa es que paguen y éste lo hizo por adelantado. Hasta pagó un 20% más por las propinas de toda la noche. En esos casos no hago preguntas.
Leonita agradeció al dueño su tiempo y se tomó una consumición para quedar bien. Eso abría una misteriosa puerta que podría conducir a la liberación de Bill o a nada en absoluto. Lo malo es que no tenía ni idea de cómo continuar. Vicki tenía razón, era abogada no una detective. Mientras el refresco de cola pasaba por su garganta una bombilla empezó a iluminarse en su interior. No, no era detective; pero conocía a una que sí lo era.
Mamaje la había dejado en la cuneta con el caso de Eric, pero había pagado de todas maneras. Suponía que era para no crearse cargo de conciencia por haber puesto a su abogada en una situación delicada y luego echarse para atrás como si nada. Aún así, todavía podía oler el aroma de los beneficios alejándose para siempre de su bolsillo. Sin pensarlo más, cogió el móvil y marcó el teléfono de la detective.
- Soy yo, Leonita.
- ¡Ah, hola! ¿Ha habido algún problema con mi cheque?
- ¡No, no! Esto es una llamada para pedir tu enfoque profesional.
- Siendo tú, podría hacerte una tarifa reducida y…
- ¡¡Oye, guapa!! Que me debes más de una. Esto lo vas a hacer gratis o la próxima vez que hagas mosquear a un vampiro te las apañas tu solita.
- Está bien –se rió- Supongo que hiciste más por mí de lo que ese cheque que firmé simboliza. ¿Cómo puedo ayudarte?
Leonita explicó todos los detalles del caso a Mamaje, contándola sus pequeñas averiguaciones sobre el misterioso organizador de la fiesta.
- Esto se te podría dar bien –concedió la detective- Si algún día necesitas trabajo, no me vendría mal una ayudante.
- No te he llamado para que me des la coba. ¿Qué puedo hacer ahora?
- Mi olfato me dice que ese tal MrH está implicado. Deberías investigarlo más a fondo.
- No hay tiempo. El juicio es mañana –suspiró- Tengo que probar que Bill es inocente.
- Déjame pensar… ¿Has dicho que el cadáver tenía múltiples mordeduras?
- Sí, de vampiro.
- ¿Sabes que a los humanos se nos puede distinguir por la marca de nuestros mordiscos? –se oyó el sonido de papeles- Conozco a un médico forense en Little Rock que está trabajando sobre ese campo con vampiros.
- Creo que te sigo –carraspeó- Si te consigo un molde de los colmillos de Bill y unas fotos de las marcas de Lucy, ese forense podría cotejar ambas pruebas.
- Exacto.
Hablaron durante varios minutos más sobre cómo proceder en ese asunto. Mamaje prometió a su abogada ponerse en contacto con ese forense para prevenirle de un paquete urgente que le iba a llegar desde El Dorado. A Leonita le iba a tocar la peor parte: convencer a alguien del depósito de la policía que la dejaran ver el cadáver. Como no quería seguir alargando lo inevitable, se puso en camino.
El tiempo se la estaba echando encima y el sol comenzaba a ocultarse. Las marcas de los colmillos eran su única esperanza, así que no podía fallar. Entro con decisión en la comisaría y buscó al inspector, pero el único que estaba para atenderla era el vampiro llamado Jurgen.
- Eres muy madrugador.
- Vivo aquí al lado, así que nada más despertarme vengo a trabajar –cogió un paquete de seis botellas de True Blood y buscó unas llaves- Justamente ahora iba a relevar a mi compañero en la vigilancia de Bill.
- Me alegro de que lo menciones, pues necesito un favor para el caso –tragó saliva- Quiero ver el cadáver de Lucy. Creo que puedo encontrar pruebas que exoneren a mi cliente.
Leonita y Jurgen se quedaron mirando en silencio. El rostro del vampiro se mantenía inexpresivo y fue incapaz de determinar hacia qué lado caían sus simpatías. Antes de decir nada, miró a todos lados y cerró la puerta de su despacho.
- ¿Estás segura de eso?
- Completamente –mintió, estaba dando palos de ciego.
- Entonces supongo que puedo colarte en el depósito –buscó en los cajones un pase para visitas- ¡Genial! No llevo ni una semana y estoy a punto de cometer mi primera infracción.
- Es por una buena causa –sonrió y siguió al policía por los pasillos del complejo.
Una vez en el depósito, buscaron el cadáver de Lucy y Leonita hizo varias fotografías de las marcas de mordisco siguiendo las instrucciones que la había dado Mamaje. Jurgen contempló todo el proceso cambiando el peso de su cuerpo de un pie a otro, claramente nervioso por lo que estaba haciendo. Pero la humana tenía todavía una petición más para él y tuvo que coger de los laboratorios un molde para hacer improntas dentales. Dejaron el cadáver como lo encontraron y salieron de la comisaría antes de que levantaran sospechas.
- Te llevo a casa –ofreció el vampiro- Ya llego tarde…
- Gracias por todo –se subió al coche- ¿Te puedo hacer una pregunta?
- ¿Acaso puedo impedírtelo? –bromeó Jurgen con una sonrisa de oreja a oreja y arrancó el vehículo.
- Tengo buen ojo para leer a la gente y está claro que eres de los que procuran no cometer una falta nunca. ¿Por qué me has ayudado?
- Porque… -suspiró con fuerza- Porque admiré el autocontrol y la capacidad de Bill para integrarse con los humanos desde el primer momento. Hace cuatro meses fui convertido y mi creador asesinado esa misma noche. Estaba totalmente perdido, con un hambre que me corroía por dentro. Bill me encontró y me enseñó que mi vida no cambiaría tanto si así lo quería. Así que quiero creer que él no ha asesinado a Lucy y ayudaré a cualquiera que intente probar su inocencia.
- Hablas como si no hubieras querido ser vampiro.
- Nadie me dio la opción de elegir. Volvía una noche a casa tras estar estudiando en la Universidad y al día siguiente tuve que desenterrarme “vivo”.
- ¡Vaya! Lo siento.
- No lo hagas. Ya me he acostumbrado.
Leonita temió que se implantara un incómodo silencio entre ellos, pero Jurgen resultó ser todo un conversador y el camino a su casa se la pasó volando. El vampiro hizo señas al otro coche patrulla y ocupó su lugar. Se desearon buenas noches y la abogada fue corriendo a encontrarse con Bill.
--*---*--
Cuando entró en el salón, Leonita se encontró a Vicki aleccionando al vampiro sobre los últimos cotilleos de Hollywood. Para su sorpresa, Bill parecía muy interesado en todo lo que su secretaria soltaba por su boca. Dos botellas de True Blood vacías reposaban encima de la mesa y eso hizo sonreír a la abogada. Si Bill había sido capaz de aguantar los absurdos comentarios de su ayudante sin desgarrarla el cuello, eso sólo podía significar que no era un asesino.
- Creo que puedo probar tu inocencia –anunció sin rodeos.
- ¿Cómo?
- Muerde aquí –sacó el molde que habían cogido de comisaría.
Bill lo cogió para morderlo, pero Leonita le detuvo justo a tiempo.
- Con los colmillos fuera –Bill vaciló- El tamaño no me asusta, cielo.
El vampiro se espigó y sacó los colmillos. Mordió la masa y esperó varios segundos hasta que la retiró. La marca de sus mordiscos se quedó nítidamente grabada.
- Perfecto.
Leonita buscó una caja y puso el molde junto con las fotografías. Redactó a todo correr una carta para el médico forense de Little Rock y ordenó a Vicki que fuera a una agencia de envíos para que lo mandaran urgentemente. Una de las mayores ventajas de la aparición de los vampiros había sido que la mayoría de los negocios se habían vuelto 24 horas, por lo que no habría problemas para mandar el paquete.
Vicki se quejó de su tarea, pero Leonita la dio las llaves de su coche y obedeció de inmediato. Se quedó a solas con el vampiro, cuyo rostro era un espejo de su creciente preocupación.
- Pensé que te daba igual la sentencia –tanteó la abogada.
- Pero ahora que se acerca… -sonrió nerviosamente- No sé cómo agradecerte tu ayuda. Has sido como… como un ángel de la guarda. No serás uno, ¿verdad? –bromeó.
- Con lo que me vas a pagar; puedo ser un ángel, un demonio o lo que se te venga en gana.
- Cualquiera pensaría que me estás ofreciendo un juego indecente.
Bill comenzó a reírse de su propia gracia, pero tuvo que callarse de inmediato al ver que Leonita se había puesto como un tomate. No era de los que solían hacer azorarse a las mujeres, ni hombres ya puestos, y se sintió un poco incómodo ante su reacción.
- Era una estúpida broma. Lo siento.
- No, tranquilo. Es que… Bueno, últimamente me he dedicado demasiado al trabajo y hacía tiempo que un hombre no… Bueno, no… Eso –miró al suelo y comenzó a reírse de sí misma.
El vampiro se acercó a ella y la abrazó, posición en la cual ambos rompieron a carcajadas sin motivo alguno. Sin soltarla de la cintura, se echó un poco para atrás para mirarla y sus miradas se quedaron atascadas en los ojos del contrario. Bill se inclinó y la dio un casto beso en la mejilla, pero sus labios no se separaron demasiado de ella. Se quedaron congelados durante un largo minuto en el momento previo a un beso, pues ninguno de los dos parecía atreverse. Cuando por fin sus bocas se encontraron, ambos gimieron de placer.
- Veo que tú también lo echabas de menos –dijo Leonita sin apartar la vista de la boca de él.
- La última vez no me dejó un buen recuerdo.
- No soy partidaria de acostarme con mis clientes –tragó saliva- Aunque nuestra colaboración empezó de una manera poco ortodoxa, así que supongo que puede continuar estando fuera de mis principios.
Bill volvió a besar a Leonita con todo el poder de su experiencia, acariciando su corta melena y bajando la mano lentamente por su espalda hasta que la acomodó en su trasero. Usándolo como asidero, la levantó con una sola mano hasta que ella enredó las piernas en su cintura. Con unas pocas zancadas, bajó a la habitación del sótano y la sentó en la cama.
Sin dejarla levantarse, se puso detrás de ella y acarició su cuello con la punta de su fría nariz, provocándola unos placenteros escalofríos que la hicieron temblar. La nariz fue sustituida por los labios y, un tiempo después, por la lengua. Se había relajado tanto, que casi no notó cómo las manos de Bill se dedicaban a desabrochar su blusa y deslizarla lentamente por sus hombros. Cada parte de piel que descubría era adecuadamente estimulada por sus caricias y Leonita comenzó a hacer ruiditos parecidos al ronroneo de un gato. El sostén sufrió el mismo lento y meticuloso proceso y la humana terminó tumbada en la cama desnuda de cintura para arriba. Seguidamente fue el turno de los zapatos y los pies, luego el pantalón y por último la prenda que escondía toda su intimidad. El vampiro beso la última zona descubierta y ella siseó de placer. Para su alegría, Bill decidió que aquella parte merecía más atención que el resto. Labios, lengua, colmillos y dedos se repartieron el pastel, haciendo restregarse a Leonita en la cama hasta que su cuerpo se derritió de gozo.
Sin dejarla recuperar el aliento; Bill se quitó la ropa, se acercó a ella y la plantó un profundo beso que la hizo salivar de hambre. Separándose de su boca, volvió a depositar regueros de pequeños besos por el torso desnudo de ella; enviándola oleadas de placer cada vez que sus labios tocaban una zona especialmente sensible. Leonita quiso tomar las riendas del juego, pero el vampiro era de los que les gustaba llevar la batuta de director. Y un rápido vistazo a su entrepierna la dejó bien claro que la batuta tenía demasiada presencia como para ignorarla. La abogada se preparó para recibirle y Bill aceptó la invitación sin pensárselo dos veces. Fue un movimiento ágil y preciso, que denotaba lo que una larga vida podía enseñar. Durante todo el proceso, no dejó de abrazarla y sus cuerpos se restregaban el uno contra el otro aumentando el calor del acto. Sus espasmos llegaron casi simultáneamente, los cuales fueron precariamente sofocados aumentando la fuerza del abrazo que les unía. Cuando su respiración se normalizó un poco, Leonita apartó un mechón de la cara de Bill y le miró con expresión interrogativa.
- Pensaba que os gustaba morder en el proceso.
- No me diste permiso.
- No lo pediste –sonrió.
- ¿Me dejarías morderte? –el tono sensual y suave de su acento sureño apareció con fuerza.
Ella le enseñó el cuello como toda respuesta, pero Bill negó con la cabeza. En cambio, apoyó la espalda completamente en el cabecero de la cama e hizo un gesto con el dedo a su acompañante para que se acercara. Ella gateó hasta él de manera traviesa y le robó un rápido beso en los labios. Fue su turno de besarle a él por cada parte descubierta y al estar completamente desnudo la llevó un largo rato. Cuando sus labios se posaron sobre su miembro, éste regresó a la vida y reclamó a Leonita. El vampiro la cogió por las axilas y la giró hasta apoyar la espalda contra su pecho. Volvió a introducirse en su interior y comenzó a moverse, acomodando el cuello de ella para morderlo en el momento oportuno. La intensidad de sus besos en su palpitante arteria aumentaba al mismo ritmo que la velocidad en el vaivén de sus caderas. Sus manos se veían colmadas con los pechos de la abogada, los cuales estaban siendo acariciados sin piedad.
Ella se arqueó y gritó al alcanzar su clímax, acto que Bill tomó como una señal para moverse aún más rápido y alcanzar el suyo propio. Momento en el que aprovechó para hundir los colmillos en el cuello de Leonita y succionar parte de su preciada sangre. La sangre caliente le supo a gloria y por un momento temió que volvería a perder la noción del tiempo y despertarse con ella muerta al lado. Pero nada de eso pasó. La deliciosa sangre de ella hizo cosquillear su paladar de placer y revitalizó a su paso todo su sistema digestivo. La saboreó como si fuese la última vez, algo de lo que había demasiadas posibilidades. En ese momento, se dio cuenta de lo estúpido que había sido al haberse resignado en un principio. ¿Cómo alguien podría decir que no a esos placeres de la vida? Si tan sólo fuese… Decidió no pensar en ella y se centró en Leonita.
Cuando la humana pareció más relajada, la levantó en brazos y la tumbó en la cama. Parecía agotada, el placentero agotamiento de sentirse saciado. La blanca sonrisa que cubría su cara alegró el corazón de Bill.
- Aún así me vas a pagar –bromeó ella entre risas.
- Entendido –se levantó y buscó un talonario- Mejor te lo firmo ya, no vaya a ser que mañana sea ceniza.
- Piensa en positivo, Bill –bostezó y se estiró.
Terminó de firmar el cheque y lo metió dentro del pantalón de Leonita. Cogió una manta y tapó a la humana lo mejor que pudo. Depositó un tierno besó en su frente y la deseó buenas noches. Antes de que pudiese apagar la luz, la plácida respiración de ella denotaba que se había quedado dormida.
Qué bonito, Jacob Me has emocionado
Creo que es el trozo que más me ha gustado y es porque no me lo esperaba. Has estado tan bien con Bill
Cuando Jurgen le cuenta a Leonita el porqué la ha ayudado en el depósito..., que admira su autocontrol y su capacidad de integrarse con los humanos
Y ya le vale a Leonita levantarse tan tarde cuando no tiene apenas tiempo ¿No sabe lo que es un despertador?
Con los colmillos fuera –Bill vaciló- El tamaño no me asusta, cielo.
La escena erótica ha estado muy bien, qué suerte tienes, Leonita que incluso decide centrarse en ti y olvidarse de cierta rubia...
Me ha gustado que mamaje trabaje en la defensa del sureño
Lo que me extraña es que el juicio salga tan rápido. ¿Ocurre así en USA? Porque aquí la justicia no es tan rápida
Perdón por el retraso en comentar. Ayer estuve de trabajo hasta arriba
Resumen de mis impresiones sobre los dos últimos trozos:
1º) ¡¡¡Me encanto a mí misma!!! Mi personaje es tan como yo.
Con los colmillos fuera –Bill vaciló- El tamaño no me asusta, cielo.
Este comentario es taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan mío
2º) Te amo, Jacob Has escrito una de mis fantasias. Con esto te perdono los primeros comentarios de Bill. Es cierto que lo tratas mejor y no lo pones tan tonto como al principio
Me alegra que mamaje colabore conmigo aunque haya tenido que "convencerla" un poco
Bueno, pues yo no puedo hacer otra cosa más que sumarme a las alabanzas
Me ha encantado éste Bill, que me recuerda mucho más al de los libros. Me encanta Leonita. Me gusta Jurgen, y la escena calentita has sido buenísima!!!! Muy propia de Bill para mi gusto.
Por mi puedes seguir escribiendo fics con Bill. Están fenomenal.
Pero... que quiere decir esto? menuda trayectoria llevo... yo, vikinga de pro, primero intento matar a Eric, le quiero quitar el negocio, y ahora ayudo a Bill
Como nos oliamos... detras de todo esta el famoso MrH... que lista soy
Me ha gustado mucho la escena entre Leonita y Bill... muy bonita lo de la batuta me ha matado
Jefe vikingo, estas empezando a tratar demasiado bien al sureño aunque este Bill es mas el de Charlaine que el que habiamos visto hasta ahora... me ha gustado mucho
Genial esta frase - Con los colmillos fuera –Bill vaciló- El tamaño no me asusta, cielo.
Seguimos sin saber nada de Mr h, salvo qué encargo la fiesta, pero sigo desconfiando si es el cabezilla de todo esto, o un mero brazo ejecutor , me tienes intrigadisíma con esto ... y como opera por internet ni siquiera Leonita ha conseguido saber qué físico tiene . Vivo sin vivir en mi por conocer mas cosas de Mr H .
Lo qué mas me ha gustado de este trozo es todo lo de Bill con Leonita y muy divertidos los momentos de Bill con Vicky. Es verdad, aquí ha sido bueno con Bill, como dice leonita ya no ridiculizas su personaje , a Bill no le pegaba ni con cola ser así.
Lo qué menos me ha gustado de este trozo es todo lo referente a la investigación ( normalmente no me gusta cuando la historia se centra en ello, pero es algo personal, no tiene nada qué ver con el fic ), pero hay qué investigar sino no se resuelve el caso . Ha sido imaginativo tratar de demostrar la inocencia de Bill utilizando la marca de los mordiscos. A ver sí así consiguen exculparlo del crimén.
Una cosa qué me ha parecido interesante, cuando Jurgen habla de Bill con admiración por su capacidad de integración en la comunidad de humanos y comenta lo mucho qué le ayudo a él cuando estaba perdido; lo bien qué explicas el lado atormentado de Jurgen al contarle a leonita qué el no decidió ser creado. Me ha gustado
Vida mortal e inmortal de la niña de Milán - Domenico Starnone
Clarisa escribió:Tiene que ser hombre... por lo que paso con Lucy!! o no
Yo no quiero conocerlo revolver el pasado no es nada bueno
Creo recordar que habla con él a través de internet, exactamente a través de un foro, y quién te dice a ti que no sea como nuestra "Belén Esteban" del foro, puede ser una chica que se hace pasar por un chico
Pués yo necesito saber algo mas de Mr. H ...solo sabemos que es no delicatessen .
Hombre tendrá que ser por lo qué comentas mamaje...
... y lo mas seguro es qué haya sido compi tuyo en Fots ... estará relacionado con Cassandra por las pastillas
Clarisa escribió:
Creo recordar que habla con él a través de internet, exactamente a través de un foro, y quién te dice a ti que no sea como nuestra "Belén Esteban" del foro, puede ser una chica que se hace pasar por un chico
Pero entonces no tendría sentido lo de no delicatessen ... dijo que era guapo sin mas...
Vida mortal e inmortal de la niña de Milán - Domenico Starnone
Clarisa escribió:Tiene que ser hombre... por lo que paso con Lucy!! o no
Yo no quiero conocerlo revolver el pasado no es nada bueno
Creo recordar que habla con él a través de internet, exactamente a través de un foro, y quién te dice a ti que no sea como nuestra "Belén Esteban" del foro, puede ser una chica que se hace pasar por un chico
Si que se ven... aunque en ese trozo no aclara porque se se queda con la boca abierta... puede ser por mil cosas... porque este como tren, porque sea una mujer, porque le conozca...
El tiempo pasó como si nada delante de su pantalla del ordenador y su corazón se aceleró cuando MrH la informó de que estaba en la ciudad y quería verla. No se lo pensó dos veces y le dio la dirección. Menos de veinte minutos después, alguien llamó a la puerta y supuso que era su invitado. A lo que no llegaba su imaginación era a lo que apareció cuando abrió la puerta y no pudo evitar quedarse con la boca abierta.
MrH portaba una pequeña caja y una suculenta promesa a cambio de un favor. Un favor que para ella era música para sus oídos.
Blog
Entrevistas
Revista
Fotos
Me has emocionado 
Has escrito una de mis fantasias. Con esto te perdono los primeros comentarios de Bill. Es cierto que lo tratas mejor y no lo pones tan tonto como al principio 
, me tienes intrigadisíma con esto 
... y como opera por internet ni siquiera Leonita ha conseguido saber qué físico tiene 
. Ha sido imaginativo tratar de demostrar la inocencia de Bill utilizando la marca de los mordiscos. A ver sí así consiguen exculparlo del crimén.
