Siempre en mi memoria

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Petshopguy

Siempre en mi memoria

Mensaje por Petshopguy »

Siempre en Mi Memoria


- Tu… ¿Que haces acá? – Pregunto el niño que estaba sentado en el columpio balanceándose de atrás para adelante lentamente.
- Como que ¿hago aquí?, este es mi sueño, ¿tu, que haces acá?
- No lo se, estoy perdido, no encuentro el camino a casa, pero eh encontrado este, es lindo, ¿no crees?.

Esteban se le quedo mirando al niño extrañadamente. Sabia que estaba soñando y sus sueños por lo general no eran agradables, llenos de flores y animales, solían ser tenebrosos, con criaturas tenebrosas y sentimientos de angustia cada noche. Pero el niño parecía no notar esto, a pesar de estar rodeado de una terrible niebla, olor a azufre y frío. Miraba el lugar de un lado a otro con una tierna sonrisa en la cara, como si estuviera rodeado de grandes árboles y pastos verdes, animales y mariposas que revoloteaban alrededor de él.

- ¿no lo notas? – pregunto Estaban arrodillándose frente a él.
- ¿Qué?, ¿Qué no noto?
- El ambiente. – dijo este mirando por todos lados. – esta todo oscuro, oxidado y esta neblina… ¿no te asusta?
- De que estas hablando?, yo no veo nada, acá esta todo verde y hay animales …¿se encuentra bien?
- ¡Como no lo ves mocoso!, Todo a tu alrededor se esta desmoronando es que… ahaha!- Esteban agarro de los hombros al niño y comenzó a zamarrearlo de atrás para delante.
- ¡Ah!, no señor, me asusta, me asusta… -

Poco a poco el niño comenzó a desaparecer levemente y luego no quedo nada de él. Esteban se quedo solo sumido en su oscuridad, rodeado de sus monstruos y con aquella neblina que todo lo cubría y nada dejaba ver. Se sentó en el columpio que estaba sentado el niño, cerró los ojos y espero el momento para despertar.

En ese mismo memento en otro parte del mundo un niño despertaba llorando y gritando de lo que seguramente fue un mal sueño. Se sentó en la cama, miro a su alrededor y luego de verificar de que se encontraba en su habitación se dejo caer como un saco de plomo en la almohada. Su madre, una mujer rubia, adicta a los antidepresivos entro asustada en la habitación del niño. Al prender la luz y ver su cara pálida, acostada en la almohada pensó que se había muerto de algo. Pero el niño pestaño y giro la cabeza hacia la puerta.

- ¿Qué tienes, que pasa? – le pregunto la madre arrodillándose a su lado.
- Tuve un mal sueño… digo… no fue un mal sueño, pero algo ocurrió que lo izo malo. – la madre pestaño confundida, no había entendido lo que había querido decir su hijo.
- ¡Bah!, pero no te preocupes, son solo sueños. ¿Qué soñaste? –
- Estaba en un parque, habían animales, y muchas flores. estaba sentado en un columpio y luego se acerco alguien… pero no recuerdo quien, pero malo…- el niño bajo la cabeza y unas lagrimas recorrieron sus mejillas que él las secó rápidamente con el brazo.
- Bueno, pero como vez no fue nada horrible, nada de monstruos ni demonios… - la madre hizo un gesto de monstruos arrugando el labio superior y poniendo sus dedos como garras, luego se lanzo a hacerle cosquillas en el estomago al niño. – vuelve a dormir, mañana tienes escuela. Buenas noches. – lo beso en la mejilla y apago la luz. El niño volvió a su mundo de fantasías.


2
‘’ El Miedo a la sangre tiende a crear miedo por la carne’’

La frase estaba escrita en un gran muro frente a la escuela de un lugar imaginado por la mente de Esteban. Seguía soñado, nunca antes había recordado haber soñando tanto tiempo y tan vividamente, desde que murió su esposa, lo único que hacia para olvidar era dormir. Ahí su mente se apagaba y descansaba de todo pensamiento. Pero comenzó a tener estos sueños vividos, en el que cada vez despertaba en el mismo lugar.

- ¿que significa esto?, no entiendo… -

Se quedo un buen rato mirando la frase tratando de descubrir algo pero no lo logro. Sintió una leve frisa de aire frío en su espalda, se giro rápidamente, lo encontró raro, en su mente no existía el frío, estaba constantemente caluroso, como si estuviera viviendo en el mismo infierno. ‘’ El miedo a la sangre tiende a crear miedo por la carne’’, la frase seguía revoloteando en su cabeza. Había decidido entrar a la escuela, quizás podía pasar el tiempo mientras despertara.

Se llamaba ‘’ Escuela San Salvador’’, estaba en una esquina de la calle X en la mente de Esteban. Estaba (como toda las cosas que pasaban en la mente de Esteban) destruido, oxidado, las paredes parecían echas de carne humana, al caminar se podían encontrar sillas de ruedas, camillas, como si de pronto la escuela se hubiese trasformado en un hospital, de ese momento Esteban descubrió que algo o alguien quería decirle algo. Cuando se aburrió y había decidido salir de aquel lugar una risa femenina lo interrumpió e izo que retrocediera.

- ¡Vaya!, que gusto verte Esteban. – una mujer rubia sentada en una silla de ruedas, miraba a Esteban con ojos de cariño y como quien mira a un amigo de muchos años.
- ¿Rose?, ¿eres tu, Rose?-
- ¿Rose?, quien es Rose, Rose esta muerta Esteban, Soy Maria…
- ¿Maria?, pero… eres idéntica a Rose… y…
- Posiblemente hallas olvidado el día en que nos vimos en un hotel… y me dijiste que me amabas… pero eres un cobarde Esteban, un maldito cobarde, mira a tu alrededor, mira lo que as echo con tu cobardía, miedoso. – Esteban, mirándola más de cerca se dio cuenta que tenia varios moretones oscuros en la cara.
- No entiendo… ¿Por qué dices esto?.... yo…

Cuando Esteban quiso mirar nuevamente a Maria se encontró con una criatura bizarra de color oxido, parecía un humanoide, pero su caminar parecía el de una persona salido de un accidente automovilístico, de echo era una mujer, pero con la mayor parte de su cuerpo quemada, el pelo rubio se le caía cada vez que avanzaba y al parecer quería agarrar a Esteban.
Esteban arranco pero estaba rodeado, rodeado de estas criaturas, lo tenían acorralado. De pronto todo estuvo normal. Su mente lo llevo a una calle del pueblo de maullin, en una casa pequeña. Un hombre golpeaba brutalmente a una mujer por no hacerle caso en algo. La cara del sujeto estaba roja de odio, y la mujer, rubia, lloraba silenciosamente en el suelo esperando que todo eso acabara. Como algo filudo que se clava en su corazón se dio cuneta que era él, y su quería Rose.

- Rose… - intento tocar la escena pero le fue imposible.

Nuevamente cambio todo en su mente, esta vez fue a una sala de hospital. Algo brillaba en un mueble. Era una nota y decía lo siguiente:

Querido Esteban:

Seguramente estés esperando despertar de esta ‘’pesadilla’’ en la que as estado viviendo. Bueno déjame decirte que ahora me toco el turno de jugar a mi. Claro que no te acuerdas de nada antes de que pasara esto y es obvio. Tu siempre as estado muerto, tu alcoholismo, drogadicción te han mantenido como un muerto viviente. Ahora, cree este infierno para que pagues por lo que me hiciste. OK, se que es malo sentir odio o rencor hacia una persona pero, ¿no es divertido jugar con alguien asustándolo con lo que mas teme?, bien ahora déjame decirte que no esperes despertar, porque no podrás. A mediado que camines por tu mente te darás cuenta de lo que te sucedió, claro si es que tus amigos (que son creación tuya) te dejan avanzar, en todo caso si mueres vuelves al punto de partida, esas son las reglas del juego.

PD: ¿no te as preguntado que todo esto también sea un sueño y que todo lo que te dije y esta pasando ahora sea parte de su inconciente?, quien sabe, la mente nos puede pasar malas jugadas.

Con Amor

Maria Rose.


Esteban despertó en el departamento 404 de santiago. Estaba sudando y sentía que le faltaba el aire. - ¿así que todo fue un sueño? – pensó aliviado. Se levanto y abrió la ventana. Se quedo paralizado al ver que lo que estaba afuera no era más que vacío en donde pasaban imágenes de momentos de la niñez de Esteban, hasta el encuentro del niño que había encontrado en los columpios. El vacío se trasformo en un muro y este muro traía un mensaje. ‘’ ¿No es hermoso recordar?, Cariños Rose.



FIN
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lucia
Cruela de vil
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Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Re: Siempre en mi memoria

Mensaje por lucia »

Ganaría más si cuidases las faltas de ortografía.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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