Conexión: Cap. 1, 2, 3 y final (Metaliteratura)
Publicado: 29 Ene 2012 16:43
Las cuatro campanadas marcaron la hora, la madrugada estaba madura y mis ánimos de cumpleaños se resistían a dar por terminado el día.
Los amigos ya se habían marchado y... no lo sé, creo que simplemente sentí el deseo de escribir.
Bajo el amable influjo de Baco, y cuando ya todos dormían, un cosquilleo de ultra realidad me hizo respirar tinta y exhalar volutas de nicotina. Fue entonces que, en aquellas altas horas de la existencia, me puse a imaginar...
CONFUSO INCIDENTE:
Cuando nadie colma mi soledad, cuando la privacidad se escribe y se vive, puedo reír y me puedo mofar, puedo morir, renacer y volver a vivir. Que me importa el sentir, si lo voy a escribir.
¿Escribir? Y porqué no ¿Vivir?
¡Saldré! Pero lo haré sobre mi imaginación, poderosa cual es, maleable carroza cenicente que de seguro nos llevará a destino, nos transportará sobre el oleaje del infinito... todo, todo será surreal, al menos hasta las doce; o quizás un poco más... Sí… <<nos llevará>>.
Dado que ahora eres tú quien me lee, creo que más bien es nuestro destino. Sí... ya no es sólo mío, ahora tu también irás conmigo.
Bien, bueno… también va Baco... y juntos viviremos lo que sigue:
La acción transcurre en un bar imaginario que rápidamente comienza a tomar forma en mi mente, y en la tuya, la temperatura es perfecta, huele a canela o a lo que te guste... estamos cerca de un mar, cualquiera, imagina el levante Español, más bien... Valencia... un pub a orillas del mar mediterráneo... es tarde, tarde para la tía Julieta, para el abuelo José... pero temprano, temprano para nosotros...
Y fue entonces que la vimos, me empujasteis y entonces tuve que volar, me tuve que acercar…
Estaba sentada en la barra con la pintura corrida. Le ofrecí un trago y ella me devolvió una sonrisa a medias, de esas que la abuela no entendería.
Se veía triste pero con el orgullo intacto. Cruzó unas pantorrillas curvas que al seguirlas hacia arriba...
Hacia arriba casi se llegaba al edén (y mi alma casi llegaba al infierno).
Me acerqué un poco más, no pude evitarlo y le pregunté qué es lo que hace una chica tan bella llorando las penas que un servidor podría ahogar.
Me miró fijo y me hundí en sus pupilas y una lágrima pintó su mejilla. Mientras caía, ésta latía, se expandía y burbujeaba como si fuera de noble Mercurio, caía lento y a su paso abría en su pecho un espacio oscuro sobre el cual construí un puente de anhelos que hacía blanco justo en su corazón, el que también lloraba, escondido tras sus virtudes.
—Ha sido él, que por joven piensa que le sobro, o él me sobra a mí… estoy confundida, en realidad no lo sé ¡Porqué ha de ser tan ingenuo! Me he de marchar y no podré llevarlo, no podrá ir conmigo… —Me contestó entre susurros, y apuró otro tequila con los ojos cerrados.
—No te preocupes por él —le contesté muy de cerca. Mi mano alcanzó su espalda y la abracé de mentira… por unos segundos, mi cuerpo rozó sus encantos y su alma me guiñó un ojo. Sus labios por fin probaban los míos.
No hace falta decir, lo que mi imaginación le hizo a la suya, justo al frente del sorprendido barman, que tras sus gruesos anteojos, soñaba ser yo.
Jamás podría tampoco confesar lo que su mano buscó, ni lo que su alma encontró.
Son las 5:00 AM y le invito otro irreal, sí irreal, lo que sea que la transporte a los dominios de Baco, del deseo, de la entrega…al final de la noche nos tendremos.
Me contó sus desdichas, y mientras extraía con alivio sus penas en formato verbal yo escuchaba y le sonreía a su hombro, por cuyo perfil mi vista se resbaló perdida hacia sus pechos, y una vez sobre ellos, a la infinita gracia de sus encantos.
Pregunté con la mirada y, mientras le robaba un suspiro, nos alejamos y nos perdimos en sueños.
Pude sentir cómo la oscuridad se tragaba al bar, al barman y al ambiente. Se tragó también la luz del día en algún lugar, lejos, muy lejos de aquí, tanto que hasta parecía ser en otro planeta.
¿Continuará?
Emisario
Los amigos ya se habían marchado y... no lo sé, creo que simplemente sentí el deseo de escribir.
Bajo el amable influjo de Baco, y cuando ya todos dormían, un cosquilleo de ultra realidad me hizo respirar tinta y exhalar volutas de nicotina. Fue entonces que, en aquellas altas horas de la existencia, me puse a imaginar...
CONFUSO INCIDENTE:
Cuando nadie colma mi soledad, cuando la privacidad se escribe y se vive, puedo reír y me puedo mofar, puedo morir, renacer y volver a vivir. Que me importa el sentir, si lo voy a escribir.
¿Escribir? Y porqué no ¿Vivir?
¡Saldré! Pero lo haré sobre mi imaginación, poderosa cual es, maleable carroza cenicente que de seguro nos llevará a destino, nos transportará sobre el oleaje del infinito... todo, todo será surreal, al menos hasta las doce; o quizás un poco más... Sí… <<nos llevará>>.
Dado que ahora eres tú quien me lee, creo que más bien es nuestro destino. Sí... ya no es sólo mío, ahora tu también irás conmigo.
Bien, bueno… también va Baco... y juntos viviremos lo que sigue:
La acción transcurre en un bar imaginario que rápidamente comienza a tomar forma en mi mente, y en la tuya, la temperatura es perfecta, huele a canela o a lo que te guste... estamos cerca de un mar, cualquiera, imagina el levante Español, más bien... Valencia... un pub a orillas del mar mediterráneo... es tarde, tarde para la tía Julieta, para el abuelo José... pero temprano, temprano para nosotros...
Y fue entonces que la vimos, me empujasteis y entonces tuve que volar, me tuve que acercar…
Estaba sentada en la barra con la pintura corrida. Le ofrecí un trago y ella me devolvió una sonrisa a medias, de esas que la abuela no entendería.
Se veía triste pero con el orgullo intacto. Cruzó unas pantorrillas curvas que al seguirlas hacia arriba...
Hacia arriba casi se llegaba al edén (y mi alma casi llegaba al infierno).
Me acerqué un poco más, no pude evitarlo y le pregunté qué es lo que hace una chica tan bella llorando las penas que un servidor podría ahogar.
Me miró fijo y me hundí en sus pupilas y una lágrima pintó su mejilla. Mientras caía, ésta latía, se expandía y burbujeaba como si fuera de noble Mercurio, caía lento y a su paso abría en su pecho un espacio oscuro sobre el cual construí un puente de anhelos que hacía blanco justo en su corazón, el que también lloraba, escondido tras sus virtudes.
—Ha sido él, que por joven piensa que le sobro, o él me sobra a mí… estoy confundida, en realidad no lo sé ¡Porqué ha de ser tan ingenuo! Me he de marchar y no podré llevarlo, no podrá ir conmigo… —Me contestó entre susurros, y apuró otro tequila con los ojos cerrados.
—No te preocupes por él —le contesté muy de cerca. Mi mano alcanzó su espalda y la abracé de mentira… por unos segundos, mi cuerpo rozó sus encantos y su alma me guiñó un ojo. Sus labios por fin probaban los míos.
No hace falta decir, lo que mi imaginación le hizo a la suya, justo al frente del sorprendido barman, que tras sus gruesos anteojos, soñaba ser yo.
Jamás podría tampoco confesar lo que su mano buscó, ni lo que su alma encontró.
Son las 5:00 AM y le invito otro irreal, sí irreal, lo que sea que la transporte a los dominios de Baco, del deseo, de la entrega…al final de la noche nos tendremos.
Me contó sus desdichas, y mientras extraía con alivio sus penas en formato verbal yo escuchaba y le sonreía a su hombro, por cuyo perfil mi vista se resbaló perdida hacia sus pechos, y una vez sobre ellos, a la infinita gracia de sus encantos.
Pregunté con la mirada y, mientras le robaba un suspiro, nos alejamos y nos perdimos en sueños.
Pude sentir cómo la oscuridad se tragaba al bar, al barman y al ambiente. Se tragó también la luz del día en algún lugar, lejos, muy lejos de aquí, tanto que hasta parecía ser en otro planeta.
¿Continuará?
Emisario