Laiser Park (Novela)

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Dasher17
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Laiser Park (Novela)

Mensaje por Dasher17 »

Hola, esta es una nueva historia que he empezado a escribir hace un tiempo, un saludo.
Sinopsis:
La vida de Florencia Santander, una niña de diez años cambia cuando es llevada a vivir a la mansión mas importante de Bristol, en donde conocera los secretos mas importante de una poderosisima y superficial familia inglesa, al mismo tiempo que descubrira el origen de su nacimiento y debera elegir su destino sin duda alguna.
Última edición por Dasher17 el 20 Mar 2017 02:42, editado 2 veces en total.
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kassiopea
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Re: Laiser Park

Mensaje por kassiopea »

Hola, Dasher :D

Si solo nos dejas una sinopsis de dos líneas poco podremos leer y opinar, ¿no te parece? A ver si nos pegas a continuación algún capítulo de la historia :60:
De tus decisiones dependerá tu destino.


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Dasher17
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Re: Laiser Park

Mensaje por Dasher17 »

Capitulo I
La historia que vamos a contarles empieza en 1817 en una villa cerca de Bristol, en una época en la que el verano había sido reemplazado por el invierno durante por lo menos unos siete meses, aquella villa que no tenia mas que ciento cincuenta habitantes, recibia el nombre de “La Villa” una comunidad española que llevaba ya instalada ya varios años en el lugar.
Todos los habitantes de “La Villa” eran gente que se dedicaba las mujeres a la costura, y todos los deberes de la casa, mientras que los hombres eran quienes se ocupaban de las cosas del campo, de la pesca y también de jugarse unas buenas y malas partidas en las cartas, y llevarse todas las veces una buena cantidad de vino que siempre podían disfrutar en la taberna.
La iglesia de “La Villa” era demasiado buena si tenemos en cuenta que el pueblo era demasiado pequeño, para una capilla que no tenia que envidiarle nada a las hermosas de todo el reino, en aquella capilla el monaguillo dentro de uno de los cajones de la habitación de los sacerdotes, encontró varios documentos importantes y por supuesto lo que solamente le prendió las luces a su atención, fue una carta escrita hace mas de cinco años.
El chiquillo dejo los documentos en un pequeño mostrador, y de inmediato se puso a leer la carta, aquí tenemos su contenido.
_ “Despues de haber estado indecisa durante las ultimas semanas sin saber que hacer con mi hija, que ahora esta muy enferma, he decidido dejarla en el hospicio, porque no tengo dinero con que poder mantenerla, la quiero demasiado y por eso es que no puedo quedármela, porque si lo hago nos moriríamos las dos y no quiero, mi niña es tan sonriente y tan bondadosa, siempre me dice que soy la mejor madre del mundo, y yo no se si eso pueda ser del todo cierto, padre Anselmo, se que usted la enviara el hospicio mas importante de toda la comarca, y estoy segura que cuando tenga diez años su abuela que es el ama de llaves de aquella mansión, podrá llevársela consigo, no puede hacerlo ahora, porque una niña pequeña es muy difícil de cuidar, le pido que siempre mantenga mi niña las flores en sus cabellos, y le deseo todas mis bendiciones, porque que las tiene merecidas, no espero mas que su felicidad y por eso me alejo”
_ ¿Qué estas haciendo con esa carta? Le pregunto el padre Anselmo, quien sorpresivamente había llegado a la habitación.
Lucas se dio la vuelta y pudo ver ante sus ojos a un hombre de mediana estatura, de cabellos blancos y que se apoyaba en un baston, era el padre Anselmo que había llegado y lo había sorprendido leyendo aquella carta, se le ruborizaron las mejillas.
_ ¿Me puedes decir que hacias leyendo aquella carta?
_ No tenia la menor intención de hacerlo, solo que la encontré de casualidad mientras revisaba sus documentos, como me lo había pedido usted. ¿Lo recuerda? Espero que pueda comprenderlo.
_ Florencia ahora esta pasando sus ultimas semanas en el hospicio, y siempre me pregunta por su madre, pero yo no se que decirle, Amalia abandono “La Villa” casi al mismo tiempo en que la dejo en el hospicio, y solo se que dentro de poco tiempo, su abuela se la va a llevar a vivir con ella, a aquella mansión.
_ ¿Laiser Park?
_ Si muchacho, una mansión como cualquiera pudiera desearlo.
_ ¿Por qué nadie de esa propiedad viene a la iglesia?
_ Es gente especial, aunque Sofia Blake envía todas las semanas unas dos mil libras esterlinas para hacer las obras de caridad.
_ ¿Quiere que le de la carta, padre Anselmo?
_ Si, y también te quiero pedir otro favor.
_ Por supuesto.
_ La próxima vez no tomes cosas que no te pertenezcan.
_ De acuerdo.
_ Y ahora anda terminando de alistad los cirios.
_ Claro que si.
El padre Anselmo se quedo solo en la habitación, con aquella mirada que era tan natural y bondadosa en su persona, le tenia demasiado afecto a Amalia y por supuesto a la pequeña Florencia, a quien había visto nacer y había bautizado y comulgado hacia tres meses, único dia que estuvo en “La Villa”
_ ¿Por qué el destino tuvo que separar a madre de hija, cuando las cosas podían haber sido diferentes? Florencia debió haber crecido como una niña rica, su padre debió de haberse ocupado.
Tenemos grandes deseos de saber quien es el padre de Florencia, pero de momento solo podemos esperar un tiempo.
La misa que se realizo en el pueblo aquella tarde como todas las misas que se realizaban en “La Villa” es decir la gente estuvo de rodillas durante toda la ceremonia y se realizaron varios rituales santos que eran los encargados en poder purificar las almas.
_ Pueden ir en paz _ Dijo el padre Anselmo, terminada la misa.
Todos los feligreses salieron entre ellos podemos encontrar a don Hilario y su esposa Divina, si ese es su nombre son los dueños del colmado, y por supuesto son las personas mas importantes en cuanto se trata de poder tener todas las novedades, no tenían hijos y vivian dedicados solo a su negocio.
Los Solari eran la familia mas importante de toda la comarca, los únicos ricos de “La Villa” y se decía que también tenían buenas relaciones con los dueños de Laiser Park, aunque realmente no podemos estar seguros de que eso pueda ser del todo cierto.
Gustavo Solari había sido durante su primera juventud capitán de fragata en la marina inglesa y ahora se dedicaba a los negocios de su familia que consistían en el vino, su esposa Renata, era una mujer vanidosa y que despreciaba a los pobres, la única persona que amaba aparte de su marido era a su hija Antonia, a quien tuvo que aferrarse para no abandonarla al nacer, y por supuesto que era la mas preciosa luz de sus ojos.
Antonia era una niña rubia de poco mas de diez años, que había sido enviada al internado mas importante de Europa, en donde la estaban convirtiendo en toda una señorita fina y bien elegante.
Y ahora es tiempo de que podamos conocer a la pequeña Florencia, es una niña de cabellos castaños y que siempre los lleva trenzados, además de que lleva las flores en sus cabellos y por supuesto una cruz puesta sobre su pecho, ahora se encuentra en el hospicio, sentada con sus demás compañeras.
_ Florencia. ¿Me puedes pasar la mermelada?
_ Claro que si, Leonora.
Cuando Leonora, recibió la mermelada, la unto sobre su pan y después la metió dentro de su boca y de inmediato se lo comio.
_ No tienes la menor idea de lo que me encanta el pan con mermelada, daría cualquier cosa con tal de tenerlos siempre.
_ Si no te controlas, se te van a caer los dientes.
_ Hermana Daria no tiene de que preocuparse.
La hermana Daria era la que se ocupaba de la alimentación de las niñas, y por supuesto era un alma dulce que estaba demasiado preocupada por la salud de todas las chiquillas, y de todas las niñas Florencia era su consentida y la quería demasiado, porque la había conocido llorando mientras su madre la dejaba en el hospicio, aquellas lagrimitas eran capaces de conmover el corazón de cualquiera y entonces Daria se tomo la buena libertad de consolar a la niña, mientras que gritaba a su madre que no la abandonara, la misma que no podía verla a la cara, y que por supuesto se había ido llorando con desconsuelo.
Todas las niñas lavaron sus tazas y sus platos después de haber tomado el desayuno, y fueron a su clase de música, en donde recibían las clases del joven clérigo Álvaro de La Riva.
Leonora sentía un especial afecto por el joven clérigo, un sentimiento que ella aun no podía saber si era algo relacionado al amor, pero que le gustaba sentarse cerca de el, era cierto.
Álvaro era un joven de unos dieciocho años, que a pesar de su juventud se había ganado la confianza y después del sacerdote principal y el jardinero, era el único hombre del hospicio, su madre era una mujer fría y demasiado indiferente que le daba lo mismo cualquier ocupación que tuviera su hijo.
Leonora era la ultima de las niñas que se retiraba del salón de música, porque siempre se quedaba leyendo aquellos libros.
_ ¿Te gusta la música, Leonora?
_ Es lo mas bonito del mundo.
_ ¿Quieres sentarte conmigo y tocar el piano?
_ ¿Puedo?
_ Claro que si, preciosa.
En las afueras del hospicio, podemos ver a un hombre con demasiada barba, que apenas puede mantenerse en pie debido a su borrachera y que sin decir palabra, con nada en los bolsillos, con la mirada perdida, mientras esta fumando una buena bocanada de cigarro, se esta dirigiendo al hospicio.
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lucia
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Re: Laiser Park

Mensaje por lucia »

Necesita una buena revisión a fondo para arreglar la puntuación. Por lo demás, a alguien parece que le gustan las novelas victorianas clásicas :cunao:
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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Dasher17
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Re: Laiser Park

Mensaje por Dasher17 »

Capitulo II
Laiser Park era una de las propiedades más ricas de todo Inglaterra, una preciosa mansión que de haber sido descrita con todo el tiempo del mundo, posiblemente no hubiera alcanzado.
Sir Andrew Blake había comprado aquella propiedad hacia unos veinticinco años, después de casarse con la bella y misteriosa Sofia Gautier, sobrina de su preceptor, que lo había educado.
Andrew tuvo tres hijos de su esposa, dos varones y una niña, los varones eran James y Patrick, mientras que la niña recibió el nombre de Lidia, quien además había nacido sin tener la vista.
Sofia culpa a Lidia por la muerte de su esposo, porque tuvo que dejar su trabajo y venir corriendo al enterarse de su nacimiento, ahora la niña tiene trece años y recibe la ayuda de su lazarillo.
James estudia en la universidad con diecisiete años, mientras que Patrick tres años menor que el, al parecer no tiene futuro.
Bernarda el ama de llaves de Laiser Park y abuela de Florencia había sido llamada por la señora, porque quería hablar con ella.
_ Aquí me tiene mi señora.
_ Quiero que traigas a vivir aquí, a Florencia.
_ Crei que seria para finales de Febrero.
_ Bernarda necesito que traigas aquí a tu nieta, para que sea la compañera de mi hija Lidia, ya sabes que la quiero demasiado.
El ama de llaves lanzo la mas bondadosa de todas las sonrisas, y de inmediato le dio las gracias a su señora por todas las bondades que estaba teniendo para con su nieta, algunos momentos después entro el mayordomo entregando una carta.
_ Aquí hay una carta para la señora Bernarda.
_ De acuerdo, te puedes retirar.
_ Te puedes quedar sola para leer la carta.
_ Gracias.
Cuando Bernarda se quedo sola, se puso a leer la carta, en realidad no eran más que unas pocas líneas llenas de tristeza.
_ “Mi querida madre, apenas si tengo fuerzas para escribirte esta carta, la mano me esta temblando, esta enfermedad se esta desquitando conmigo todo lo que le esta dando la gana, quiero que antes de ir a Laiser Park, traigas aquí a mi hija, porque quiero despedirme de ella, quiero darle un beso y un abrazo”
Una semana después, Bernarda salía de la mansión para dirigirse al hospicio de “La Villa”, era un fin de semana en donde todas las niñas estaban esperando la visita de sus familiares.
La única que no esperaba aquellas visitas era Florencia, durante los últimos cinco años, se había acostumbrado a que nadie viniera a verla, y aunque siempre se ponía triste, por lo que pasaba todos aquellos días en el jardín, mirando las flores, estudiándolas y sobre todo dibujándolas en una hoja de papel.
Bernarda llego hacia las tres de la tarde, cuando vio a su nieta, le dio un fuerte abrazo, la chiquilla también hizo lo mismo.
_ He venido a llevarte a ver a tu madre.
_ ¿Lo dices en serio?
_ Claro que si, veras lo feliz que se va a poner de verte.
La madre superiora les dio el permiso necesario y tanto madre como nieta, fueron al hospicio de los enfermos, era de aquellos lugares en donde los ricos jamás darían siquiera el menor de los pasos, los colchones estaban tendidos sobre el suelo, y los enfermos estaban siendo atendidos por las hermanas de la caridad, en una de los colchones, había una mujer, relativamente joven y demasiado hermosa, aunque su aspecto no era del todo mejorable, cuando sus ojos levantaron la mirada, y de inmediato en medio de todos los visitantes, pudo ver a su hija, exclamo:
_ ¡Mi niña! ¡Florencia de mi alma!
_ ¡Madrecita querida! Exclamo la niña con entusiasmo.
Amalia derramo abundantes lagrimas, al mismo tiempo que abrazada tanto a su madre como a su hija, algunos momentos después la toz se estaba haciendo cada vez mas fuerte, fue necesario que una de las hermanas de la caridad se acercara.
_ No es nada, estoy bien.
_ La señora Sofia me ha pedido que le lleve a la niña.
_ Gracias bendito sea el cielo.
_ ¡No quiero separarme de ti, madre!
Amalia y Florencia estuvieron abrazadas durante una hora, hasta que algo inesperado y nada deseado sucedió, Amalia cerro sus ojos para siempre, al mismo tiempo que recibia las lagrimas de su madre y de su hija, ambas se quedaron abrazadas a la enferma durante todo el tiempo que duro la visita, y hasta ahora no sabemos la menor noticia del padre de Florencia, Bernarda hablo con la madre superiora, mientras que la niña no dejaba de llorar, y hasta sus flores estaban mojadas.
James Blake era el mejor estudiante de derecho de la universidad de Londres, sus notas destacaban muy por encima de los demás estudiantes, lo que por supuesto lo había llenado de orgullo y presunción, sintiéndose muy por encima de los demás, y frecuentando las amistades menos convenientes que el heredero de la mansión mas importante de Bristol pudiera tener, cosa que por supuesto no le preocupaba de ninguna manera.
La cafetería quedaba a veinte pasos de la universidad, James entro y tomo asiento, pidiendo que le dieran un periódico, después de haber pedido una taza de café con crema de leche, las noticias relacionadas con la caída y subida de la bolsa, era lo que mas le interesaba, amaba el dinero tanto como a si mismo, no tenia aprecio hacia su madre, porque la consideraba una dama de porcelana, que solo sabia darle las sonrisas a sus amistades, toleraba a su hermana Lidia por lastima, mientras que a Patrick no podía verlo ni en pintura, eran incompatibles.
_ Aquí esta su café con crema de leche.
_ Puede retirarse.
_ Con su permiso.
_ ¿Ha venido el lunarejo?
_ No, joven, ese tipo tiene orden de captura.
_ Es lo mas conveniente.
Cuando el mozo se había retirado, James ya había terminado con su bebida, y no estaba haciendo meritos con su prometida.
Bernarda y Florencia se habían despedido de todo el pueblo de “La Villa”, el padre Anselmo le dio su bendición con las más tiernas palabras, mientras que Lucas, le regalo una jaula con dos canarios amarillos, Florencia sentía tristeza y guardaba silencio.
_ Bernarda protege a tu nieta, ahora que se iran del pueblo.
_ Claro que si, adoro a mi niña, con toda mi alma.
_ ¿Y tu me prometes que te portaras bien?
_ Lo prometo.
Florencia se abrazo al padre Anselmo, mientras el cochero le ayudaba a subir la jaula con los dos canarios amarillos a la calesa, su abuela subió después, y estuvo cerca de tropezar, cuando se recupero, estaban viajando a su nuevo destino, Florencia se había quedado en silencio, con las lagrimas resbalándole por las mejillas con el crucifijo en su pecho, con las flores en sus cabellos, demostrando toda la tristeza que sentía en aquellos momentos por la muerte de su madre, si buscásemos en todo el mundo, una niña tan dulce y amorosa como Florencia, no podríamos encontrar siquiera alguien que pudiera estar un poco cerca siquiera, Bernarda también estaba llevando su angustia y su dolor de la misma manera, aunque mas pausada, ahora tenia que ser mas fuerte para proteger a su nieta, a quien quería mas que a nadie en el mundo, era su vida.
La calesa estaba avanzando tranquilamente, el camino en aquellos tiempos podía ser presumido ante cualquier visitante, y el tiempo no era demasiado angustiante, como para que alguien tuviera que quedarse encerrado en su casa, sin tener la bendita oportunidad de poder dar algún paseo, contemplando la naturaleza, los arboles, los valles, los olmos, las hierbas, el mar.
Florencia amaba el mar, aunque jamás lo había visto en su vida, bueno en realidad, si lo había visto varias veces, pero solo en los retratos y en las clases de Ciencias Naturales y Geografía aunque eso por supuesto no puede contarse, al menos un poco.
Tuvieron que descender por un camino abajo, las ruedas del coche se estaban deslizando de lo mas tranquilo y el viejo Fermín, que ese era el nombre del cochero, se sentía en la gloria de los cocheros, como siempre suele decirse, sobre todo cuando se trata de viajes realmente cortos, como era posible.
_ Mi querida niña, estoy segura que te gustara Laiser Park.
_ ¿Se parece al hospicio?
_ No, de ninguna manera, Laiser Park es el palacio más bonito de toda Inglaterra, después del palacio real, por supuesto, tesoro.
_ Mientras pueda encontrar a alguien tan buena como la hermana Daria, entonces debo decir que estaré muy contenta.
_ Estas en lo cierto.
_ Abuela. ¿Me puedes hablar un poco de esa mansión?
_ La mansión tiene comprada unos veinticinco años, después de haberse casado por supuesto con la señorita Sofia Gautier.
_ No te hablo de la propiedad, si no de la gente.
_ La señora Sofia es viuda, y tiene tres hijos, dos varones y una mujercita, James y Patrick, cada quien con una personalidad diferente, James es el orgullo de la familia, mientras que no se tienen demasiadas esperanzas en Patrick, por ser el segundo.
_ ¿Y la hija? ¿Cuál es su nombre?
_ Lidia, es una chiquilla tan bonita, y tan rubia como jamás nadie hubiera visto en todo Bristol, solo que tiene un problema.
_ ¿Cuál es el problema de la señorita Lidia?
_ Mi querida niña, la señorita Lidia es ciega.
_ No es posible.
_ Claro que si, y su mal es de nacimiento.
_ ¡Pobrecita!
_ Y ese es el motivo por el que estas viniendo conmigo.
_ ¿Qué?
_ La idea original era llevarte en Febrero y ocuparme de ti, yo misma, sin tener que decirle nada a la señora, pero algo sucedió.
_ Quisiera saberlo.
_ Teodoro el lazarillo de la señorita Lidia, tuvo que abandonar el trabajo por motivos de salud hace una semana, y fue entonces cuando la señora, me sugirió la idea de que tú pudieras venir.
La idea de ser un lazarillo era nueva para Florencia, pero también muy interesante, la niña se entusiasmo tanto con aquella posibilidad, que desbarato por completo todos los temores de Bernarda, quien ya estaba imaginando algún que otro pretexto con que poder intentar convencer a su nieta, sin embargo aquellos intentos no habían sido para nada necesarios.
_ ¿Cuánto falta para llegar a la mansión?
_ Una hora y algunos minutos, aunque me temo que el tiempo puede aumentar aunque fuera un poco, empieza a llover.
_ Abuela. ¿No me habías asegurado que teníamos buen tiempo?
_ Querida, el tiempo siempre hace lo que mejor le parece.
_ Ya lo comprendo, aunque esperaba algo mas adecuado.
_ No siempre tienes que tener toda la confianza en el clima.
_ ¿Y siempre puedo confiar en los seres humanos?
_ Los seres humanos no son perfectos, no puedes exigirles mas de lo debido, porque tu mi querida niña, tienes defectos.
Florencia que siempre había sido una niña entusiasmada y dulce, sintió aquellas palabras como espadas que la estaban atacando, no le gustaba para nada la idea de no ser perfecta, era terrible.
Mientras se esta realizando el viaje a Bristol, y precisamente a Laiser Park, es mas adecuado que nos dirijamos de nuevo a Londres, y para ser mas precisos a la cafetería que esta cerca de la universidad, James había terminado de tomar su café con crema de leche, como siempre estaba haciendo todas las semanas, estaba con los brazos cruzados, cuando un hombre que le estaba doblando la edad, y con bastantes lunares, se presento ante el joven, y sin permiso alguno, tomo un asiento rápidamente, y sin que le dieran el saludo empezó el dialogo.
_ No sabes cuanto esperaba poder encontrarte aquí en la cafetería, sin la necesidad de esperar a que me mandaras a buscar, ya sabes que soy un tipo que no se da con menudencias, y si estas interesado en el negocio, pues aquí me puedes tener.
_ Antes que nada lunarejo, no puedes hablarme como si fuera tu igual, porque sabes muy bien que no es cierto, y después de esta leve y siempre importante aclaración, quiero que sepas que dentro de dos semanas regresare a Bristol, y que lo hare de mano de tu hija, la bella Emilia, quien será mi esposa.
James estaba más que enamorado de Emilia Fuentes, y estaba dispuesto a todo por el amor de aquella señorita, hasta poder convertirla en la nueva señora de la bella mansión de Bristol.
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