Demasiado tarde para rectificar (relato)

[Slayer]

Un hombre de campo de un pueblo sórdido y despoblado de Castilla La-Mancha realizaba su monótono trabajo de cultivar la tierra. Para romper la monotonía de su vida decidió arriesgarse a comerciar en otras localidades. No, no estaba falto de dinero o de recursos, tan solo pensó que sería buena idea abrirse al mercado.

La suerte le sonrió y poco a poco su situación cambió de ser la de un agricultor cualquiera vendiendo sus productos a un pequeño empresario con cierta presencia en el sector. Su productos gustaron mucho y pronto creció, firmando contratos diversos y colaborando con otros del sector. Él pensaba que todo lo que ha obtenido no era suficiente y que necesitaba mayor proyección y presencia en su sector.

Pasaban rápido los meses y ya tenía a ciertos enemigos tras sus pasos. No era por envidia sino más bien por competencia desleal, por compras y ventas fraudulentas que dejaron a varios empleados en la calle, y por ser en general un pequeño empresario despiadado.

Su mujer no estaba de acuerdo en lo que hacía y cómo se comportaba. Trató de persuadirle porque temía que alguien pudiera jugarle una mala faena. Sin embargo hacía caso omiso de su mujer y la trataba de estúpida e ignorante.

Una tarde conversando con un buen colega le habló de las penurias de aquéllos que despidió y maltrató. Aquéllos tenían el campo como único trabajo y no tenían formación de alguna clase. En algún lugar recóndito de su cabeza asomaron los remordimientos y la conciencia. Meditando bien la situación pensó que debía hacer algo para remediar el mal causado. Recordó su origen humilde y lamentó lo ocurrido. Iba a ponerse manos a la obra.

***

Una noche de verano encontraron el cadáver de un tal Marcos Piña. Tenía marcas en el cuello, como si alguien hubiera utilizado una soga o cuerda para asfixiarlo Además ni tenía la camiseta puesta, ni había sangre, ni señales de forcejeo. La muerte de este pequeño empresario despiadado estuvo motivada por la venganza, según las primeras hipótesis de la policía.

De todas formas el pequeño pueblo estaba consternado ya no solo por este asesinato, sino por otros de misma apariencia. Hubieron siete asesinatos más que respondían al mismo modus operandi: asfixia, ninguna señal de violencia, y sin camiseta en el cuerpo. Todas las víctimas, hombres y mujeres, eran personas que comenzaron a tener éxito casi de repente, gente codiciosa, ambiciosa, e inconformista; siempre tenían en común las mismas circunstancias. Se barajó de inmediato que un asesino en serie llevaba a cabo todas estas muertes.

***

Uno de los policías que trabajaba en el pueblo se mudó con su familia por seguridad a una ciudad cercana. Su mujer era una artista que poco a poco forjó un éxito basado en el esfuerzo y la constancia. Le fastidió enormemente tener que dejar el caso del Asesino de la Envidia, ya que invirtió 2 años, 11 meses y muchos esfuerzos por capturarlo. Uno de los amigos del cuerpo le regaló una camiseta que encontró en un mercadillo del pueblo. Un regalo un tanto inadecuado pero ambos se llevaban bien y se gastaban bromas.

El agente de policía encajó pronto en el nuevo ambiente llevando casi siempre la camiseta que le regalaron. Aprendió mucho y rápido y resolvió casos importantes con gran eficacia. Por otro lado su mujer seguía cosechando éxitos. Sus obras pictóricas atraparon el interés de muchos, y en parte gracias a su pequeña hija que a veces era modelo.

Después de acabar la jornada el policía entró a su casa vio a su hija llorando, desesperada. Entre sollozos contó que mamá estaba tirada en el suelo de la habitación, asfixiándose sin saber cómo. Corrió inmediatamente a la habitación y vio a su esposa forcejeando con una camiseta e intentando romper el cuello de la misma. Ambos tiraban pero era imposible porque la camiseta apretaba más y más. Desesperado el policía recordó el caso de Asesino de la Envidia; siempre desaparecía la camiseta y asfixiaba a sus víctimas. Sacó una pequeña navaja reglamentaria y trató de rajar la camiseta pero fue imposible. Su mujer cayó inconsciente y la camiseta seguía apretando. En un acto de desesperación cogió el mechero de su bolsillo y prendió fuego a la camiseta. La prenda se movía tratando de evadirse de las llamas soltando finalmente a la mujer inconsciente. La camiseta se erigió en llamas revelando un gran espíritu negro agonizando, gritando como un monstruo. Las llamas se consumieron, el espíritu quedó paralizado y se difuminó lentamente en el ambiente.

Los espíritus se manifiestan de numerosas formas. A algunos les gusta hablar con los vivos, a otros hacer pasar miedo a personas inocentes, y otros prefieren profundizar en la moralidad del ser humano. Estos espíritus gustan de transformarse en algo inofensivo, y les encanta que los empresarios despiadados no cambien su actitud, o que los artistas que renuncian a su principio de no retratar a determinados modelos tampoco cambien.

Mi segundo relato de terror XD.

[Verditia]

El inicio me recuerda a un chiste, pero claro, sin que el relato tenga nada de gracioso.

Casi parece un artículo de una revista de sucesos, no sé, le falta algo de emoción, es un relato muy objetivo...

Aún así, el desenlace es totalmente inesperado... ¿quizá la moraleja del chiste?

¡Un saludo!

[Slayer]

El inicio me recuerda a un chiste, pero claro, sin que el relato tenga nada de gracioso

Jejejeje, nunca lo enfoqué así. Resulta curioso que lo veas así.

Casi parece un artículo de una revista de sucesos, no sé, le falta algo de emoción, es un relato muy objetivo...

Supongo que lo que quieres decir es que le falta ese "algo" para conectar con el lector para que no le parezca precisamente un artículo de una revista de sucesos, ¿no?

Aún así, el desenlace es totalmente inesperado... ¿quizá la moraleja del chiste?

Gracias. Y no, no es una moraleja, es una explicación de lo sobrenatural .

Y gracias por leer y dar tu visión

[lucia]

Lo bueno, la idea de la camiseta asesina, lo malo, el último párrafo explicativo, que crea un contraclímax que rompe con lo que habías conseguido con la escena anterior.

Por lo demás, revisa los tiempos verbales, porque fallas bastante en ellos.