Tiempos de barro y cal (Recuerdos, memoria, onírico)

[Pipeline]

Buenas, os quería enseñar un relato que tengo pensado incluir en una colección que trata el tema de la memoria, las raíces, etc., desde un punto de vista mágico-poético. A ver que os parece:

Me contabas que hubo un tiempo que queda allá, a lo lejos, cuando las tapias eran de barro y se enlucían con cal. Entre el blanco mantecoso que disfrazaba las paredes crecían higueras en los patios, se uncían los animales en las cuadras y el mosto aguardaba en las cuevas su metamorfosis. Me contabas, que mirabais a la tierra desde la aurora hasta el ocaso y crujían los cuerpos al enderezarse.

Desmenucé un terrón entre mis manos y dejé que el aire esparciera el polvo. El sol se alzaba tembloroso entre los olivos. Luego cogía fuerza, se comprimía y aumentaba su fulgor, incendiando el cielo. Hay días en La Mancha en los que el cielo es de fuego. El azul se quema en la línea que dibuja el horizonte y perfila la silueta de los montes. Con el cielo en llamas, que parece aplastar la tierra como un martillo, las hierbas se secan y los ríos se agostan.

Bajo ese cielo enjuagaste lustros: tu infancia te la robó el campo y la marchitó el sol. Esos primeros años fueron como el rasguño que apenas sangra y desaparece de la piel sin dejar cicatriz. Luego la zarpa del odio te abrió gruesas heridas que te ennegrecieron por dentro y por fuera.

En tu memoria, para siempre, el mes de julio del 36. Entonces las hoces se alzaron y el sudor dejó de regar los campos. Tres años después cesó la tormenta, pero la sangre siguió borboteando. Me contabas que las miserias salieron con furia, como si se hubiera destapado otra vez la caja de Pandora y se depositaron sobre el pueblo sepultándolo como la ceniza de un volcán. Acusaciones anónimas que condenaron a muchos, inocentes o no, al presidio. Entre ellos tu padre.

Se lo llevaron. Por eso caminabais expuestas bajo la lluvia, manoseando su última carta escrita por algún compañero de infortunio. Tu hermana y tú hicisteis el camino paso a paso entre las lindes que serpenteaban, con la música de las chicharras, hasta la cárcel donde no os permitieron hablar con él.

Vuestro padre fue quebrantado por una bala, aunque como causa de muerte la burocracia, con su espantosa rúbrica, decretó fallo cardíaco.

Mientras, los remordimientos zumbaban como avispas sobre el alma del denunciante.

Aquel hombre quiso reparar una antigua afrenta. Un puñetazo en una disputa que desmoronó su hombría. En aquel momento claudicó pero durante años estuvo rumiando la venganza y al acabar la guerra, aprovechando que todavía estaban abiertos los postigos del odio, condujo a tu padre a la tapia del cementerio. A una fosa común de la que solo sería removido cuarenta años después, cuando el osario fue sellado con una placa que dejó descanso y puso las bases de una verdadera concordia. No pudo verlo y depositar unas flores para aplacar su conciencia, porque hacía mucho que había muerto.

Fue durante una noche de niebla. El hombre velaba en una alquería, moldeada con barro en pleno monte. De esa alquería, hoy, apenas se yergue una ruina de adobe desmoronada como un viejo castillo. Allí se apareció tu padre, regresando de entre los muertos. Dicen que tocó con los nudillos en la ventana, pero nadie oyó ruido alguno, excepto el denunciador, que asfixiado por la zarpa de un mal sueño salió a tomar el aire. Se sentó en el poyo y comenzó a fumar abrumado por el recuerdo, que pesaba como el aire neblinoso que le iba envolvía.

Tu padre se sentó junto a él y se puso a liar un cigarro. Lo hizo como acostumbraba, con poco tabaco hasta dejarlo fino como un palillo y luego se lo acomodó en el margen de los labios y con los ojos fulgurando, porque ya eran piezas soterradas y comidas por los hongos le pidió que le acercara la mecha.

Al amanecer, la niebla se deshizo. Los compañeros lo encontraron a la intemperie sentado sobre el poyo, vivo pero estático, como si fuera un pájaro disecado. Al poco pestañeó, abriendo el párpado derecho y ese ojo quedó velado hasta que lo llevaron de vuelta al pueblo donde el médico diagnosticó una apoplejía que derivó en muerte.

El espectro de tu padre no volvió a pasearse por el mundo de los vivos y de su funesta visita la gente tan solo hacía elucubraciones, puesto que el delator apenas pudo decir palabra. Tampoco supuso un alivio para los tuyos, si acaso la certeza de que existe una justicia divina que a veces se impone en esta vida sin esperar al día del juicio.

En el mundo terreno, el sol continuaba calcinando en verano, dando vida y arrebatándola. El viento batía en otoño con afiladas intenciones y el hielo se aposentaba en la tierra durante el invierno, quebrada por el arado y la azada. Allí estabais vosotras, acarreando pesados cubos, pintadas de negro. Imagino la tierra roja, el cielo de fuego y vosotras entre el polvo. Me contabas que os empujaban, que escupían su saliva en vuestras heridas, que el sol perdonaba más que el amo.

[Nínive]

Está fenomenal, me ha gustado mucho. Me gusta la forma y la cadencia, y cómo se van desgranando las imágenes. Aunque esta parte me parece un poco confusa (la forma de enlazar las dos partes):

Aquel hombre quiso reparar una antigua afrenta. Un puñetazo en una disputa, que desmoronó su hombría. En aquel momento claudicó, pero durante años estuvo rumiando la venganza y al acabar la guerra, aprovechando que todavía estaban abiertos los postigos del odio, condujo a tu padre a la tapia del cementerio. A una fosa común de la que solo sería removido cuarenta años después, cuando el osario fue sellado con una placa que dejó descanso y puso las bases de una verdadera concordia.

Pero ya hacía mucho que había muerto.

Fue durante una noche de niebla. El hombre velaba en una alquería, moldeada con barro en pleno monte. De esa alquería, hoy, apenas se yergue una ruina de adobe, desmoronada como un viejo castillo. Allí se apareció tu padre, regresando de entre los muertos. Dicen que tocó con los nudillos en la ventana, pero nadie oyó ruido alguno, excepto el denunciador, que asfixiado por la zarpa de un mal sueño, salió a tomar el aire. Se sentó en el pollo y comenzó a fumar, abrumado por el recuerdo, que pesaba como el aire neblinoso que le iba envolviendo.

¿Quién? ¿Su padre o el informador?

Puliendo un poco eso, que creo que es confuso, estaría genial.

[Pipeline]

Sabía yo que por aquí me podríais echar una mano... Totalmente de acuerdo. Se refiere al informador, pero es confuso. Te debo un café Nínive , gracias por leerlo y comentar.

[lucia]

Hay muchas comas mal colocadas y ese pollo debe ser gigante (el de sentarse es un poyo).

En cuanto a la historia, empiezas bien y en el momento en que entras en la infancia burlada se me desmorona y lo rematas a continuación citando a tu padre en la Guerra Civil porque es como si hubieses cambiado de golpe toda la cronología.

[Pipeline]

Gracias por las precisiones, las tendré en cuenta. Quería darle al texto un ritmo poético y me he pasado con las comas. De todos modos en un borrador.

Esta parte de tu comentario es la que no entiendo:

"En cuanto a la historia, empiezas bien y en el momento en que entras en la infancia burlada se me desmorona y lo rematas a continuación citando a tu padre en la Guerra Civil porque es como si hubieses cambiado de golpe toda la cronología."

No es un relato en primera persona. Hablo de mi abuela, su efímera infancia interrumpida por la guerra civil y la muerte de su padre después. El relato habla de esa muerte y la manera sobrenatural en la que fue vengada.

De todos modos, si no se entiende bien es que tengo que revisarlo a fondo. Gracias por leerlo y comentar.

[lucia]

La forma en que está narrada da a entender a alguien que era niño mas o menos en los 40, pero al introducir esa figura que se llevan en la Guerra Civil parece que lo hagas como si fuese ese mismo niño que no podía con la vida del campo en los 40 en vez de tratarse de un adulto. De ahí lo del choque cronológico al que aludía.

[Mister_Sogad]

Pipeline volveré para leerlo con más tiempo, me da la impresión de que me gustará.

[Mister_Sogad]

Ya estoy aquí.

Coincido con Nínive y Lucía en sus apreciaciones, desde luego lo de clarificar es importante, porque aunque no he llegado a perderme como Lucía (si lo he entendido bien), sí que he tenido que releer en medio de la lectura, y eso siempre es un error, sobre todo por la prosa usada, que anima a imaginar vivamente, y que, obviamente, me ha gustado.

Una cosilla, ya dices que es un borrador, pero mira a ver si esto que señalo más abajo ya lo has arreglado en una versión posterior:

"Fue durante una noche de niebla. El hombre velaba en una alquería, moldeada con barro en pleno monte. De esa alquería, hoy, apenas se yergue una ruina de adobe desmoronada como un viejo castillo. Allí se apareció tu padre, regresando de entre los muertos. Dicen que tocó con los nudillos en la ventana, pero nadie oyó ruido alguno, excepto el denunciador, que asfixiado por la zarpa de un mal sueño salió a tomar el aire. Se sentó en el poyo y comenzó a fumar abrumado por el recuerdo, que pesaba como el aire neblinoso que le iba envolvía."

Por lo demás, vuelvo a repetir que me ha gustado la prosa, logras plasmar muy bien escenarios y sensaciones. Soluciona lo de la confusión y la narración será redonda.

[Pipeline]

Gracias Mister_Sogad por dedicarme un ratillo. En la versión final he eliminado aquellos fragmentos que llevaban a confusión y he corregido erratas como la que señalas.

Así que con vuestra inestimable ayuda el relato ha ganado enteros, siempre considerando que soy un amateur , claro está. Escribiendo trato de ser honesto y hacerlo con el corazón, por eso valoro vuestros comentarios y este foro en general, donde no intervengo tanto como quisiera.

Saludos!!