Sandicidio en el Forum Express - Cuento de Navidad
jangel, eres la leche!!! qué bueno! pero cómo se te ocurren estas cosas??? venga, va, va,va, sigue, no????? estoy impaciente!!
Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias. Eduardo Galeano
Recuento 2024
Recuento 2024
IV
Todos se quedaron observando al recién llegado, cuyo disfraz llamaba enormemente la atención. El silencio se había hecho en la biblioteca. Por un momento, sólo se oyó el rumor del viento que chocaba contra la afilada quilla del Forum Express, que tenía forma de tajo de sandía, mientras seguía desplazándose hacia la próxima estación.
Por fin, Margarig, que tiraba de la camisa a Takeo, dijo:
-¿Es un crítico?
-¿Es un autor? -inquirió Naomi.
-¿Es un editor? -siguió Conchi.
-¿Es Alatriste? -agregó RatonB en tono burlón, sorprendido por la indumentaria de aquel personaje.
-¿Es el Peregrino Gris? -dijo Slave, poco convencido.
-¿Es el Capitán Nadie? -apuntó Ginebra.
-¡No! -replicó Sedna, nerviosa-. Ahora sé quién es.
-¡Es Jangelman! -aseguró Alicia dándole un codazo a Pick.
-Qué va, qué va -negó aquel individuo de facha inverosímil, abriéndose paso entre Blinder y Hahn, a través de la gente que abarrotaba la biblioteca, para acercarse al cadáver-. No os habéis fijado bien. Soy Monsieur Legnaj, alias Mr. Sandía.
Y diciendo esto se colocó bien la extraña máscara, sonrió y puso los brazos en jarras, tratando de demostrar la popularidad de la que alardeaba. Pero, en seguida, quienes le habían prestado toda su atención perdieron el interés en él.
-Está bien -prosiguió, apoyando una mano amistosamente en el hombro de Misántropo-. ¿Qué ha pasado aquí exactamente?
-Han matado a HAL -explicó Jane escuetamente.
-De manera fulminante -quiso añadir Meisje, rascándose la coronilla.
Monsieur Legnaj examinó el cuerpo del delito, una enorme sandía estrellada en el suelo, entre rastros de líquido rojo y pepitas negras. Era repugnante, un crimen realmente repugnante.
-¿Están seguros de que se trata de HAL?
-Sin duda, tío -corroboró Phibs, a punto de sacar un pitillo, cuando recordó la señal de prohibido fumar, prohibido encender una cerilla y prohibido pensar en fuego que se repetía en todos los pilares de la biblioteca.
-Lo conocemos desde hace tiempo -dijo Merxe con disgusto.
-¿Alquien piensa que desde hace demasiado? -preguntó Legnaj, tratando de provocar a los presentes para que confesaran su culpabilidad y todo resultara más fácil. Pero no cayeron en la trampa.
-Yo puedo enseñarle un retrato de HAL, para verificar su identidad -comentó Felipe, mostrándose colaborador-. Lo pinté recientemente.
Legnaj cogió una pepita del suelo y se la llevó a la punta de la lengua.
-¡Hmm! Ha ocurrido hace muy poco...
-Eso ya lo sabemos -dijo Naj the Ripper indignada-. Estábamos todos aquí cuando sucedió...
-¿Todos? -quiso saber Legnac, extrañado-. Qué situación más rara.
-Todos -dijo Mustadio tímidamente-, pero Hermann se marchó.
-Quizás sufrió una descomposición de... -aventuró Legnac-... o recordó su cita con el dentista. ¡Hum! ¿Y qué hay de ustedes, señores? -y señaló a Escorpy, Fenix y Sparrow-, yo diría que tienen un aspecto sospechoso. Por no hablar de su talante señor...
-Librio, Eki Librio. No se preocupe por ellos. Delibrum Tremens los mantiene a raya.
-Así es, a raya, pero de las buenas, ¿eh? -matizó Escorpión.
-Vaya, por sus nombres creo que son todos bibloadictos. Eso explicaría muchas cosas.
-¿Por qué?
-Ah, tú descalzo siempre vas, Tom Sawyer -respondió Legnaj, contemplando con avidez el cuadro que tenía delante, un auténtico Sandía Gogh-. No se hagan los ingenuos. La sangre de sandía es especialmente ácida y corroe el papel de los libros, borrando toda letra impresa. Si tanto aman los libros como para protegerlos a toda costa, ¡todos son sospechosos!
-Menudo descubrimiento -suspiró Irene Adler, como quien no quiere la cosa.
Todos se quedaron observando al recién llegado, cuyo disfraz llamaba enormemente la atención. El silencio se había hecho en la biblioteca. Por un momento, sólo se oyó el rumor del viento que chocaba contra la afilada quilla del Forum Express, que tenía forma de tajo de sandía, mientras seguía desplazándose hacia la próxima estación.
Por fin, Margarig, que tiraba de la camisa a Takeo, dijo:
-¿Es un crítico?
-¿Es un autor? -inquirió Naomi.
-¿Es un editor? -siguió Conchi.
-¿Es Alatriste? -agregó RatonB en tono burlón, sorprendido por la indumentaria de aquel personaje.
-¿Es el Peregrino Gris? -dijo Slave, poco convencido.
-¿Es el Capitán Nadie? -apuntó Ginebra.
-¡No! -replicó Sedna, nerviosa-. Ahora sé quién es.
-¡Es Jangelman! -aseguró Alicia dándole un codazo a Pick.
-Qué va, qué va -negó aquel individuo de facha inverosímil, abriéndose paso entre Blinder y Hahn, a través de la gente que abarrotaba la biblioteca, para acercarse al cadáver-. No os habéis fijado bien. Soy Monsieur Legnaj, alias Mr. Sandía.
Y diciendo esto se colocó bien la extraña máscara, sonrió y puso los brazos en jarras, tratando de demostrar la popularidad de la que alardeaba. Pero, en seguida, quienes le habían prestado toda su atención perdieron el interés en él.
-Está bien -prosiguió, apoyando una mano amistosamente en el hombro de Misántropo-. ¿Qué ha pasado aquí exactamente?
-Han matado a HAL -explicó Jane escuetamente.
-De manera fulminante -quiso añadir Meisje, rascándose la coronilla.
Monsieur Legnaj examinó el cuerpo del delito, una enorme sandía estrellada en el suelo, entre rastros de líquido rojo y pepitas negras. Era repugnante, un crimen realmente repugnante.
-¿Están seguros de que se trata de HAL?
-Sin duda, tío -corroboró Phibs, a punto de sacar un pitillo, cuando recordó la señal de prohibido fumar, prohibido encender una cerilla y prohibido pensar en fuego que se repetía en todos los pilares de la biblioteca.
-Lo conocemos desde hace tiempo -dijo Merxe con disgusto.
-¿Alquien piensa que desde hace demasiado? -preguntó Legnaj, tratando de provocar a los presentes para que confesaran su culpabilidad y todo resultara más fácil. Pero no cayeron en la trampa.
-Yo puedo enseñarle un retrato de HAL, para verificar su identidad -comentó Felipe, mostrándose colaborador-. Lo pinté recientemente.
Legnaj cogió una pepita del suelo y se la llevó a la punta de la lengua.
-¡Hmm! Ha ocurrido hace muy poco...
-Eso ya lo sabemos -dijo Naj the Ripper indignada-. Estábamos todos aquí cuando sucedió...
-¿Todos? -quiso saber Legnac, extrañado-. Qué situación más rara.
-Todos -dijo Mustadio tímidamente-, pero Hermann se marchó.
-Quizás sufrió una descomposición de... -aventuró Legnac-... o recordó su cita con el dentista. ¡Hum! ¿Y qué hay de ustedes, señores? -y señaló a Escorpy, Fenix y Sparrow-, yo diría que tienen un aspecto sospechoso. Por no hablar de su talante señor...
-Librio, Eki Librio. No se preocupe por ellos. Delibrum Tremens los mantiene a raya.
-Así es, a raya, pero de las buenas, ¿eh? -matizó Escorpión.
-Vaya, por sus nombres creo que son todos bibloadictos. Eso explicaría muchas cosas.
-¿Por qué?
-Ah, tú descalzo siempre vas, Tom Sawyer -respondió Legnaj, contemplando con avidez el cuadro que tenía delante, un auténtico Sandía Gogh-. No se hagan los ingenuos. La sangre de sandía es especialmente ácida y corroe el papel de los libros, borrando toda letra impresa. Si tanto aman los libros como para protegerlos a toda costa, ¡todos son sospechosos!
-Menudo descubrimiento -suspiró Irene Adler, como quien no quiere la cosa.
Última edición por JANGEL el 18 Dic 2006 18:04, editado 3 veces en total.
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¡Bravo, Jangel! Se está poniendo interesantísimo, la verdad es que yo ya estoy sospechando de todos...
¡Ay lo que me estoy riendo! la verdad, ese trio... Fénix, Skorpy, Sparrow, pintan un poco mafiosos, ¿eh?.
También sospecho de Minerva; esa devoción por las sandías en su sombrero... hacer los honores al cadaver la primera...
No sé, no sé... mucha gente rara veo yo. ¡Veremos, veremos!
P.D. Pon en negrita a Alicia.
Saludos.
¡Ay lo que me estoy riendo! la verdad, ese trio... Fénix, Skorpy, Sparrow, pintan un poco mafiosos, ¿eh?.
También sospecho de Minerva; esa devoción por las sandías en su sombrero... hacer los honores al cadaver la primera...
No sé, no sé... mucha gente rara veo yo. ¡Veremos, veremos!
P.D. Pon en negrita a Alicia.
Saludos.
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