Armonías (Microrrelato)

[Paraná]

Hoy, la brisa caliente del mediodía ha desgranado las flores más maduras del jazmín magno. Apenas las iba depositando en el suelo, de sus aletargados pétalos emanaba un vaho entre malva y añil, que se fue esparciendo, al principio por todo mi patio y después, por los vecinos. El primero en reaccionar (porque en eso, la gente que no lee es mucho más inteligente que nosotros), fue el gallo colorado de casa. Normalmente, se conforma con las gallinas locales, y las pisa prolijito, concentrándose ceñudamente y volviendo a su lugar de la higuera en un indiferente adiós somnoliento. Pero hoy, cuando la nube de olor alcanzó sus pequeñísimas fosas nasales, en el acto enderezó el cuello, emitió un gorgorito dulcísimo y salió al tiro; pisó una por una a todas las gallinas, y cuando terminó, miró alrededor ansiosamente, como si una urgencia azorara sus sentidos hasta el grado de perplejidad. Entonces, pareció recordar algo y salió disparado otra vez, buscó el hueco entre las hortensias, entró en la casa de al lado, y procedió a atender a todas las que había en el gallinero; desde mi hamaca, yo no sabía si llamarlo o dejarlo que terminara su rally amoroso sin interrupciones (todos sabemos lo mal que hace que nos interrumpan un affaire en proceso). No terminó allí: Nabucco pasó a otro y luego a otro patio, aplicado siempre a la misma gimnasia, hasta que completó la manzana. Fue cuando volvió a empezar su recorrido...
Yo sentía como un vago oleaje en el adentro de mi cuerpo; como si algo pujara por salir de la cárcel de la piel. Advertí que no había ni las voces ni los ruidos de cacharros, habituales a esa hora. Sólo se oía un lejano acorde ronco, ondulante, envolvente... En ese instante llegó Félix de su trabajo; depositó un beso en mi frente y otro en mi grupa.
-¡Shhht! –le dije -¿Qué es esa música que viene de todos lados?
-Gemidos de amor, mi ángel. ¿Ahora no los conocés? –me respondió, extrañado y risueño.
-Pero, ¿por qué?... ¡por qué todos juntos...!
-Ah, sí. Es el jazmín –agregó con displicencia, abarcando vagamente con amplio gesto de bahía, el sombreado colchón de pétalos, y enfiló a la cocina a ver qué le había preparado de comer.
No llegó al postre: fue hasta el centro del patio, abrió los brazos en cruz, y aspiró larga, lenta, religiosamente... Después me tendió la mano en muda llamada y yo acudí, sumisa como la más devota sacerdotisa y el concierto encontró finalmente, el diapasón que faltaba. La coda devino en estallido orquestal.

[Tolomew Dewhust]

No veas el jazmín qué peligro...

[Berlín]

Paraná, te presento al poeta de la barca, también llamado Tolomew. Tolo, te presento a Paraná, la tucumana. La he raptado de otro lugar y me la he traído de los pelos. Es poeta también y es capaz de escribir ocho lineas sobre una pestaña caída y abandonada sobre un mantel amarillo.

A ti, tucumana, te recomiendo que leas a su chico de los dos corazones. Tú, poeta, puedes leer lo que quieras de ella, porque creo que todo te va a gustar.

Presentados estáis.

[Tolomew Dewhust]

Enchanté. Ya la venía leyendo aquí y en Poesía... y, la verdad, no sabía si dejar un comentario tipo "Tolo pasó por aquí" o poner directamente "Cojones con Paraná".

Esto entre tú y yo, Berlín, tu amiga escribe muy bien. Buen fichaje, . Lástima que al otro lado del charco ya tenga mi corazón secuestrado la buena de Megan, si no...

La primavera al poeta altera, está claro. El que tenga alergia que se vaya vacunando, que los meses de abril y mayo se presentan fuertecitos, .

[Berlín]

Entre tú y yo, poeta, he convencido a la tucumana para que participe en el concurso primaveral. Ya, sí, es un gran fichaje. Y le gusta mucho la mitología. Ya verás cuando se entere el pajarillo de eso.

[Tolomew Dewhust]

Doblemente enchanté. Allí la espero, .

Disfrutará entonces con las cositas de Iliria y de Isma, seguro.

[Paraná]

¡Dejad de cuchichear, pardiez!
¡Hola, Tolomew! Dichosos los ojos.
No le llevés mucho el apunte a la gata berlinesa... Es de encariñarse fácil con cualquiera que encuentra en la calle, y se los lleva para su tejado
Nos leemos por ahí, y si Megan no se enoja, te cebo unos mates.
¡Gracias!

[lucia]

Ese jazmín magno hay que cuidarlo. Primero le devolvió el amor de Félix y luego provoca a todo el vecindario Eso sí, cronológicamente parece que va antes que el otro, por eso de que en aquel tenía un amante. ¿Estoy equivocada?

[rubisco]

Paraná, no seas tramposa. La primavera ha llegado al hemisferio norte .

[Paraná]

Sí, Luz mía, éste va antes. Pero es que soy algo despelotada para escribir relatos, y aún para colgarlos. Tengo un problemita con el tiempo... Ya tengo un jazmín magno creciendo en mi patio. Great expectations

Mi querid@ Rubí, en este hemisferio tucumanés, la naturaleza es lujuriosa y no mira el almanaque Mirá, si no, cómo lucen hoy estas plantas de mi patio