Catamarán (Relato corto)

[magali]

—Siéntate aquí —le dije—. Y no te muevas hasta que te lo indique.

Ella obedeció sin reparos. Nunca había navegado, ni siquiera en un bote, nada. Sus quince años de secano eran para ella una gran vergüenza que sobrellevar. A mí no me importaba. La tomé de la mano y se sentó cerca de un cable, al que se agarró. Su mano sangró cuando el cable se movió sin que ella se percatara. Hice como que no me daba cuenta

—Quiero que veas la costa desde el mar. No se parece a nada que hayas visto antes. Te va a encantar.

Le hablé casi al oído. No había notado que me acercaba; miraba embelesada la mar, el paisaje, el pueblecito que quedaba atrás, la lenta tarde de verano que moría, el murmullo de las olas rompiendo contra el catamarán. Su mirada me sobrecogió.

No pude quedarme a su lado, volví a las velas, al foque… y a prestar atención a lo que hacía. De vez en cuando la miraba, sentada muy recta disimulando su temor. Nunca antes había visto el mar; era una chica de interior. Su cabello rojizo y su piel pecosa me hacían mirarla una y otra vez.

Detuve el catamarán en un punto en medio de la nada, quería que me admirara; que supiera de mi pericia con las velas. Dejó caer su mano ensangrentada en el agua.

—Está muy fría. ¿Hay mucha profundidad aquí? —No me miró mientras hablaba.

—Unos tres metros o más. ¿No estarás pensando en darte un chapuzón? No sé si podría ayudarte a subir.

—No creo que vaya a hacer falta.

Se puso de pie. Me sonrió; era una sonrisa bella y extraña.

Se giró hasta quedar frente al mar. Dio un paso hacia delante y cayó al agua antes de que yo pudiera reaccionar.

Encontraron su cuerpo al día siguiente. Incluso muerta era la chica más bonita que había conocido.

[lucia]

¿Un cable que se mueve? El único cable que se me ocurre en un catamarán a vela es el del obenque, pero no suele moverse. Salvo que sea un catamarán grande y no de vela ligera. Podía haberse hecho daño sentándose en una mordaza mal cerrada o algo así.

Y a pesar de esos detallitos y que el chico me ha caído fatal, me ha gustado cómo llegas al final.

[magali]

¿Un cable que se mueve? El único cable que se me ocurre en un catamarán a vela es el del obenque, pero no suele moverse. Salvo que sea un catamarán grande y no de vela ligera. Podía haberse hecho daño sentándose en una mordaza mal cerrada o algo así.

Y a pesar de esos detallitos y que el chico me ha caído fatal, me ha gustado cómo llegas al final.

Gracias, Lucía

[Edgardo Benitez]

Pero que triste final. Me dejas pensado de qué va la historia, puedo suponer tres o cuatro argumentos y en todos él resulta ser un déspota de esos que andan por allí.

[magali]

Pero que triste final. Me dejas pensado de qué va la historia, puedo suponer tres o cuatro argumentos y en todos él resulta ser un déspota de esos que andan por allí.

Él será lo que sea, pero la que hace la faena final es ella. Hay algunas pistas, quizá demasiado sutiles, de la intención que ella tiene cuando sube al catamarán. Pero de eso se trata, de que él no las perciba.

Sobre los argumentos... Bueno, dejo la puerta abierta a ver qué se os ocurre a vosotros

Gracias, Edgardo

Me encantan tus comentarios

[bouvila]

Hola magali:

Me ha encantado tu relato. Está muy bien escrito y la historia tiene mucha fuerza. Los detalles ayudan mucho a crear el ambiente necesario para ese final.

Por ponerle alguna pega, me da la impresión que puede resultar algo previsible. Cuando dices al principio lo de secano, me vino la idea de que ella se suicidaba o al menos moría ahogada. No me eches mucha cuenta, creo que tengo una mente demasiado retorcida

Enhorabuena! El relato es francamente bueno.

[magali]

Gracias, bouvila, por leer y por comentar

A eso me refería cuando dije que iba dejando pistas: a lo mejor, no tan sutiles, pero sí: ella iba a lo que iba.

[Megan]

Muy bueno querida Magali, me encantan los micros que terminan así, sin que uno se lo imagine

[magali]

Muy bueno querida Magali, me encantan los micros que terminan así, sin que uno se lo imagine

Gracias por leer y comentar, Megan.

No fue mi primera idea, pero cuando alguien que lo leyó antes de subirlo me sugirió que le faltaba algo, se me ocurrió ese final. Quizá yo no lo veía y necesité que esa persona me hiciera pensar .