La historia de Carmucha (Relato)

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transcribiendo
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La historia de Carmucha (Relato)

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LA HISTORIA DE CARMUCHA


Para llegar a entender en profundidad la historia de Carmucha y su valor hay que empezar por un principio, remontándonos a 1946. Fue en Septiembre de 1946 cuando nació Carmucha, en un pueblo de la provincia gallega de Coruña llamado Pontevea, al Sur de ésta, lindando con la provincia de Pontevedra. Y pocos años después Carmucha emigró a Extremadura, a Cáceres, a trabajar en el campo, en varios trabajos domésticos, hasta que, finalmente, consiguió un gran puesto de trabajo. Como camarera de eventos en una Finca de la Hacienda llamada “Las Golondrinas” en la Meseta Trujillano-Cacereña, cerca de Plasenzuela (Cáceres).
Claro que, antes de seguir voy a explicar un pequeño detalle; en esta sociedad desde hace años, décadas en realidad, se presta un servicio llamado Teleasistencia Domiciliaria (TAD) en España, aprovechando los avances de las T.I.C. y en la mayoría del territorio español se implanta a través de la red de Asambleas Locales y Centros de Coordinación Autonómicos y Provinciales de Cruz Roja Española. Para acceder a ser teleoperadora de Teleasistencia hay dos fórmulas, en la actualidad, una es hacerse voluntaria de Cruz Roja y participar en el programa durante al menos unas 800 horas de voluntariado, para obtener así una acreditación interna para poder ser teleoperadora profesional. La otra fórmula actual de acceso al puesto profesional de teleoperadora de Teleasistencia es cursar el Ciclo de Grado Medio de Formación Profesional de TAPSD (Técnic@ de Atención a Personas en Situación de Dependencia) en el que se incluye un módulo (forma moderna de llamar a las asignaturas) de Teleasistencia, de unas 160 horas, aproximadamente.
Yo soy voluntaria de Cruz roja desde la adolescencia, prefiero no decir el año, porque sonaría como si fuera más vieja y yo no me siento (ni de lejos) de la edad que marca mi DNI. No reniego de mi edad, ni de cada año vivido, pero la verdad es que suelo “jugar” mucho a que la gente me eche años y desde hace tres años nadie me ha echado ni una sola vez más de 33 años y muchas veces me han echado 28, con lo cual me gusta callarme mi edad, porque para qué estropear un momento tan bonito (y tal espléndido para el ego). Los últimos dos años y pico he sido voluntaria del departamento de Teleasistencia, y considero que tengo una amplia experiencia en ese campo. Pero además este último curso académico he asistido a las casi 160 horas del módulo de Teleasistencia. Carmucha ha surgido de ahí... Carmucha es un personaje ficticio de una historia de vida, pues dentro del módulo de Teleasistencia hemos tenido que realizar en varias ocasiones una tarea consistente en inventar los datos ficticios de un usuario/a de Teleasistencia para desarrollar los diferentes trabajos y funciones que corresponden al puesto de Teleoperador/a de Teleasistencia. Y yo he creado una usuaria ficticia llamada Montaña Benquerencia Ruanes-Ibaernando de 74 años.

Mi usuaria ficticia surgió entre Septiembre y Octubre de 2016, al principio a duras penas sabía algo de su vida, ella era florista, regentaba una floristería en Truijillo (Cáceres), vivía en La Cumbre, otro pueblo cercano, a medio camino de Trujillo y Plasenzuela, de modo que le quedaba cerca la Finca de la Hacienda “Las Golondrinas” y a menudo la llamaban para que hiciera arreglos florales cuando se celebraba alguna boda, o evento similar en dicha finca. Montaña Benquerencia nació el Día del Libro de 1942 en Casar de Cáceres, se crió en Alcuéscar, donde su madre y su hermana fueron enfermeras del Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física (CAMF) de Alcuéscar perteneciente a la Red Pública del IMSERSO, ambas eran funcionarias. En 1992 la hermana de Montaña fallece al dar a luz a su hija primogénita, el padre se había ido (dado a la fuga) unos seis meses antes, diciendo que no quería saber nada. Era un pobre joven valenciano al que le gustaba demasiado la fiesta y en apariencia se había enamorado de Puerto, la hermana de Montaña, cuando ésta fue de vacaciones a vivir la experiencia turística de unas Fallas, un año antes.
Poco a poco, a medida que la profesora de Telasistencia pedía que hiciéramos trabajos más complejos de la materia yo iba ampliando la historia de vida de Montaña, iba creando más trama y complicando las cosas, también. Así que, de pronto el resto de la clase supo que...
La madre de Montaña era también enfermera, una gran persona, trabajaba su jornada de 8 horas en el CAMF y luego hacía horas extra como voluntaria de la “Casa De La Misericordia” como se conocía al centro de atención a discapacitados que tenían los Hermanos de María y de los Pobres. Ella estaba muy mayor para hacerse cargo de una recién nacida, así que la Administración buscó a Montaña Benquerencia Ruanes-Ibaernando como única familiar, tía-abuela de la pequeña también llamada Puerto Ruanes, en honor a su madre.
Pero antes remontémonos unos pocos años más... para saber por qué Montaña acaba siendo usuaria de Teleasistencia de Cruz Vermella en Galicia, ya que esto del nacimiento de Puerto Ruanes y el fallecimiento de Puerto Benquerencia ocurrió en el verano de 1992 y hay que saber qué pasó en Marzo de 1976. O, mejor dicho, qué pasó en Enero de 1974, cuando Montaña fue llamada para hacer un arreglo floral en la Hacienda de “Las Golondrinas” y fue contratada como jardinera jefa. Entonces conoció a Carmucha Villar Lodeiro, la supervisora de camareras. Ese primero de año las dos se cruzaron varias veces durante la jornada y al acabar la fiesta de los Príncipes de Mónaco se juntaron para una cena (con las sobras no servidas) todas las personas que habían trabajado juntas para que todo fuera un éxito. Montaña y Carmucha se enamoraron mutuamente. La dictadura las hubiera llevado a la cárcel directamente si alguien se enterase, de modo que lo escondieron. La Ley de Vagos y Maleantes era muy severa y cruel con algo tan natural como la homosexualidad, y ellas dos lo sabían, era necesario ser muy cuidadosas.
Pero en Marzo de 1976 con la Dictadura de Franco finiquitada y en fase de instauración de la Democracia se sintieron más libres y en un descuido las cazaron juntas en un abrazo. No fue siquiera un hecho indecoroso lo que motivó aquel despido, pero las dos fueron despedidas inmediatamente de la Finca de “Las Golonrinas” y se dispusieron a dejarlo pasar, cada una seguiría una vida independiente. Pero Carmucha propuso a Montaña una “aventura” de amor verdadero. Si Montaña traspasaba la floristería de Trujillo se podrían instalar las dos en Pontevea, su pueblo natal, y vivir disimuladamente pero libres de ataduras a la vez. Y así fue, que para Septiembre de 1976 Montaña y Carmucha ya vivían en Pontevea, en la vivienda que hay en la Calle Ignacio Varela, 20, 1º. Y en el bajo de la vivienda montaron la floristería que tanto le gustaba a Montaña.

En uno de los trabajos de clase yo leí esta carta que Montaña le quería enviar a su sobrina y consultaba con la teleoperadora de Teleasistencia.
Carta a mi sobrina; Puerto. jueves, 16 de febrero de 2017
Hace dos semanas que Carmucha nos ha dejado y me siento muy sola, te echo mucho de menos, pero no quiero que vengas a hacerme compañía, quiero estar sola y llorar su ausencia, es lo que me corresponde. No sabes cuánto la echo de menos aunque ya hiciera mucho que se había ido.
Como iba diciendo, estoy a punto de cumplir 75 años, pero como soy autónoma no me he querido jubilar todavía, además es que la floristería va bien y acabo de tener una buena campaña de San Valentín, pero no sabes lo mal que lo he pasado toda esta semana. Si yo te contase, pero de estas cosas no se hablan, una se calla porque hay que guardar la apariencia y ser decente, pero hija mía, que ya sé que no eres mi hija, pero como si lo fueras, porque tu madre murió en el parto y tu padre hacía lo menos seis meses que se había dado a la fuga diciendo que no quería saber nada de ti. Siento ser tan dura, pero ya hemos hablado tantas veces de esto que ya me sale casi sin pensarlo, sin querer, cuando lo digo es cuando me doy cuenta de que quizá esté siendo cruel contigo.
Tu abuela era la única familia que te quedaba, a parte de mí, claro, pues tu abuelo ya había fallecido en la guerra y tu madre era mi única hermana. Tu abuela era enfermera, una gran persona, trabajaba su jornada de 8 horas en el Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física (CAMF) de Alcuéscar perteneciente a la Red Pública del IMSERSO, era funcionaria, de ahí la pensión que cobras y las becas a las que has tenido y tienes derecho. Si hubieras dependido económicamente de mí mal íbamos, porque yo no habría podido pagarte dos carreras universitarias y un máster. Entiendo que eres joven y que tienes estudios, que una floristería en este pueblo perdido de Dios no es el futuro en el que habías pensado jamás y que siempre has preferido estar en Cáceres, bien lo he notado cuando hemos ido de viaje y de visita, que venir a Galicia conmigo. Pero yo ya me había venido aquí mucho antes de que nacieras, cuando me echaron de mi puesto de jardinera en la Finca de “Las Golondrinas” por ya sabes qué... sí esa finca donde Su Majestad Juan Carlos iba a veces de caza, o de retiro, o recibía a la monarquía europea, hasta la Carolina de Mónaco estuvo allí varias veces antes y después de que me echasen a mí.
Yo querría que fueras libre, Puerto, no quiero anclarte, pero me siento tan sola cuando no estás, que mi vida carece casi de sentido, sólo hablarle a las flores me calma y me devuelve la sonrisa. ¿Te acuerdas cúanto y cómo os reíais de mí Carmucha y tú, cuando tú eras pequeña, porque les hablaba a las plantas. Pues sí, Puerto, querida, las plantas sienten y yo también, y siento mucho la ausencia de Carmucha, ella fue en secreto el gran amor de mi vida, nunca nos pudimos casar porque la ley no lo permitía y aunque lo haya permitido, que desde 2005 lo permite, ya éramos muy mayores para dar ese paso y ella empezaba a estar muy enferma. Carmucha y yo fuimos dos personas, dos mujeres felices, que nos amamos con gran pasión y candor, pero nunca dimos ni una sola muestra de indecencia delante del resto del pueblo. Ni me acuerdo ya cómo nos pillaron un día, trabajando, y nos echaron a las dos. Fue Carmucha la que me dijo que para evitar habladurías nos viniéramos a su pueblo, a Galicia, aquí donde vivimos creció ella y de aquí la mandaron a donde había trabajo hace mucho, como tantas personas gallegas emigraron, dejaron su tierra y se embriagaron de morriña, algo que no se puede explicar con palabras. O se siente, o no. Me siento muy sola, Puerto, pero no te culpo por querer ir a Santiago, o a Coruña, incluso más lejos, pero tú sabes que desde Pontevea no puedo ir sola al médico, tengo que ir a Teo, desde aquí he de ir a Padrón en caso de urgencias leves y a Santiago en caso de emergencia. Todo es complicado a este lado del Río Ulla, Puerto.
¡Ay! Volviendo a lo de tu abuela, ella solía ser además voluntaria en la “Casa De la Misericordia” de los Esclavos De María y De Los Pobres. Tú has estudiado medicina, y dos especialidades, eres voluntaria de Cruz Vermella y sabes que hay mucha necesidad en el mundo de gente como tú, pero por más que quieras echarme una mano con las flores, éstas no son lo tuyo, hija mía. Lo tuyo es tratar con las personas, ayudar y auxiliar, seguro que acabarás dedicándote a eso, porque es lo que realmente amas. Yo no puedo más que asumir que queda poco ya para verte partir y que no he de apegarme a ti, porque eso no hace más que retenerte. Quiero que seas libre, de verdad, de corazón, aunque tenga que acabar contratando a alguien, malo será, alguien del pueblo me echará una mano, alguna chica más joven que tú, no lo sé. Pero créeme, Puerto, que si crees en un sueño, ya has empezado a hacerlo realidad, pero tienes que creer, porque creer es crear y no te lo digo sólo yo. La semana pasada vinieron a la Casa De La Cultura a dar una charla un padre y un hijo de Ribadeo, Juan Luís y Guillermo Amor, nos hablaron de la capacidad de la mente, del poder de las emociones y me han cambiado mucho la forma de ver las cosas, por todo ello, hija mía, es por lo que hoy me dirijo a ti en estos términos.
No te echo, nunca lo haré, pero no quiero retenerte, debes volar del nido, debes alzar las alas, como las cigüeñas de AMUS o de Los Hornos, ya me entiendes. Una vez están listas para volar, vuelan... Te lo dice una vieja sabia, no por saber mucho, pero sí por haber vivido demasiado. Aunque todavía me queda mucho por vivir, porque quiero verte llegar lejos, mi pequeña.
Tu tía.

Montaña Benquerencia Ruanes-Hibaernando.


La tarde del 2 de Febrero de 2017 Carmucha fallecía a los 71 años, tras pasarse los tres últimos años combatiendo un cáncer, que acabó en metástasis, y que por todas era sabido que sólo le quedaban cuidados paliativos y esperar. La sobrina de Montaña quiso aplicar una eutanasia pasiva, Carmucha y Montaña estaban de acuerdo, pero en el último momento Montaña no quiso que Puerto arruinase su carrera y su potencial como médico. Era una grandísima estudiante, su tesina de carrera la destinó a la eutanasia como alternativa a los cuidados paliativos. Le valió su Cum Laude, pero en casa no le dejaron aplicarla.
A lo largo de todo el curso escolar 2016/17 he usado a Montaña Benquerencia como usuaria de Teleasistencia en ese módulo, pero también como ejemplo de llamada en el módulo de Teleemergencias, en Anatomofisiología Patológica y en Primeros Auxilios, todo mi instituto llegó a conocer la historia ficticia de Montaña Benquerencia, de Carmucha y su cáncer, etc. Lo mejor fue cuando llegó Mayo y la profesora de Teleasistencia me pidió que preparase un “roleplaying” para la última clase del módulo. Entonces pedí ayuda a la profesora de Planes de Emergencia y Planes de Riesgo Previsibles y entre una y otra hicimos una gran representación dramática. Con la que espero que no lo pases mal.

Montaña Benquerencia cumplió 75 años el 23 de Abril de 2017 y en la madrugada del Lunes 22 de Mayo pulsó el UCR de la Teleasistencia para conversar con la Teleoperadora. Durante el turno nocturno sólo suele haber dos teleoperadoras, ningún supervisor, pero esa noche, la del 22 de mayo, una de las dos teleoperadoras tuvo un problema y fue sustituida por la supervisora jefe del departamento. (Rol que desempeñó Alba, la profesora de Teleasistencia).
A continuación voy a reproducir la conversación que preparé para ese día;

T. Buenas noches, Montaña, ha llamado a Cruz Roja, al Servicio de Teleasistencia, ¿en qué puedo ayudarla?
U. ¡Buenas noches!
Siento molestar a estas horas, hija, pero no podía dormir... y como he recordado que ahí siempre estáis...
T. Así es, Montaña, estamos las 24 horas del día, par atenderla si le hace falta algo, dígame, ¿qué le pasa?
U. Tengo un dolor muy fuerte en un dedo.
Me corté hace tres días con una tijera de podar, preparando un centro para un funeral y no le di importancia hasta que terminé el trabajo y me lo vino a buscar la chica del Tanatorio de Montouto. Pero, claro, tú ya me entiendes... aquí en Pontevea no tenemos nada, estamos dejados de la mano de Dios. Para una cita con el Médico de Atención Primaria hay que ir al Consultorio de Teo, estamos a Lunes, el Miércoles es festivo, hasta el Jueves no me lo van a poder mirar.
T. Entiendo, Montaña, no se preocupe, ya que podemos enviarle a alguien para que le vea el dedo en su domicilio, o para que la traslade al Centro de Salud, al PAC, de Padrón. Porque no es conveniente que siga avanzando esa infección.
U. Yo no quiero molestar a nadie, ir al PAC de Padrón es un suplicio, aunque allí al menos tengo una amiga María Victoria Cajaraville, pero no está entre mis contactos, no vas a saber quién es... es la mujer del Señor Lareu de Padrón, ¿los conoces de algo, neniña?
T. No, Montaña, lamentándolo, no tengo ese placer, no conozco a la familia Lareu, ni a María Victoria Cajaraville.
U. Pues deberías, son una familia estupenda, mi sobrina los ha conocido a través de una de sus hijas, y en una de estas que fuimos al aeropuerto a buscar unas flores de Holanda nos pasamos por Padrón a verles y conocerles, mira lo que son las cosas, desde entonces María Victoria y yo somos como amigas. Creo que mi sobrina lo que ha querido es darme una lección, no soy tan tonta, ni tan vieja, me doy cuenta de las cosas. Su hija ha estado buscando ser profesora desde Melilla y Aragón a Asturias y varios pueblos de Galicia, no para nunca de moverse. Ahora anda de profesora por Coruña.
(Hagamos un inciso, para que entiendas ciertos datos que salen en la conversación; te diré que Alba Lareu Cajaraville es la profesora de Teleasistencia que se nos incorporó en Febrero de 2017 para sustituir a la profesora que tuvimos el primer trimestre, de modo que la fecha del fallecimiento de Carmucha representa la marcha de la profesora anterior. Ella es de Padrón, de verdad, su madre se llama María Victoria, también de verdad, y es cierto que en internet se puede encontrar que ha buscado trabajo en todos esos sitios que se mencionan y, obviamente si ha sido mi profesora de Teleasistencia, anda de profesora en Coruña. Todo era un guiño para que la profesora se viera implicada e identificada, y algo más... pero el resto de la clase ni se enteró de estos detalles. En el diálogo se pone T. para indicar que habla la teleoperadora y U. para indicar que habla la usuaria, Montaña).
T. ¿Montaña, me aguarda un instante mientras hablo con la Central de Coordinación de urgencias Sanitarias de Galicia-061?
U. Estamos en la fase final del curso y mi sobrina lleva dos semanas en Santiago y estará allí hasta final de mes, haciendo los exámenes finales de la USC. Yo no tengo fuerzas para conducir la furgoneta, es muy vieja, la tenemos más como un reclamo publicitario que por su utilidad.
T. Por eso, Montaña, voy a avisar a la A-SVB de Padrón.
U. Creo que necesitaría que me envíes a alguien a verme el dedo, porque si me sigue doliendo de esta forma, es que me duele mucho, ¿sabes? Es como si unas larvas de gusano me mordieran el dedo por dentro y me estuvieran comiendo viva.
T. Entonces es que la infección se está expandiendo más allá de la herida del corte, como las tijeras seguro que estaban sucias de tierra de las flores, ¿eh, Montaña?
U. Mira, neniña, ahora tengo 75 años recién cumplidos y empiezo a pensar más en irme con Carmucha que en quedarme aquí.
Si ella me lo hubiera permitido, pero era tan testaruda que me insistió hasta que se lo prometí, me hubiera ido con ella cuando llegó su hora. Sufrimos tanto, fue tan injusto, que teníamos que haber hecho algo.
T. No se preocupe, Montaña, la ambulancia ya está alertada y van de camino.
U. Mejor déjalo, ¿sabes? No quiero molestar a nadie a estas horas, voy a ver si me duermo y si acaso al despertar, ojalá no lo hiciera, vuelvo a avisar y me buscas a alguien para ir al médico. Pero a estas horas me parece una tontería.
Piiiiiii... (Montaña cuelga al terminar la frase. La tecnología está pensada para que la persona usuaria no pueda colgar las llamadas del Terminal Fijo de Teleasistencia, pero siempre cabe la posibilidad de que lo desenchufen de la línea telefónica, y eso fue lo que hizo la usuaria).



Ring Ring (suena el teléfono fijo de casa)
U. ¿Dígame?
T. Buenas noches, doña Montaña, le llamo de Cruz Roja, del Servicio de Teleasistencia. Se nos ha interrumpido la conexión que teníamos por medio del Terminal Fijo. ¿Qué tal está?
U. Sí, he sido yo, buenas noches...
Piiiiiii....



Ring Ring (suena el teléfono fijo de casa)
U. ¿Dígame?
T. Buenas noches, doña Montaña, le llamo de Cruz Roja, del Servicio de Teleasistencia. Se nos ha interrumpido la conexión que teníamos por medio del teléfono... ¿Montaña, se encuentra bien?
U. No, filliña, no me encuentro nada bien. Mira una pregunta, sólo una cosa sin importancia, ¿la benzodiacepina esta, que me la ha dado el médico este de Atención Primaria para dormir, puede hacerme dormir bien, me refiero a dormirme y no volver a despertarme? Porque tengo varias cajas que me receta el médico y se supone que son para dormir, para tomar una al día, pero hace varios meses que no la tomo y tengo como dos cajas o tres, más o menos.
T. Montaña, no debería tomarse esa medicación, va una ambulancia para su domicilio.
U. Mira... echo de menos a Carmucha y estoy segura de que ella me está esperando y se alegraría de verme. En la caja pone 30 comprimidos de 30mg. y he tomado casi unos 90 comprimidos. ¡Malo será!

Quiero que mi sobrina vuele, que se libere de esta carga y pueda hacer las maletas, aquí en Pontevea ya no le queda nada si yo me voy y puede irse allá donde el mundo la necesite. Seguro que ella lo entenderá, hace poco vimos juntas una película, sobre Will Trynor, un joven que con 37 años se iba a Suiza, a Dignitas, y allí recibe la ayuda que necesita para una ida digna. Este pobre muchacho era tetrapléjico, él no podía hacerlo por sí mismo y fuera de aquel lugar a cualquiera que le ayudase se le podría acusar de homicidio. Mi querida Puerto siempre ha defendido la eutanasia, cuando Carmucha estaba en sus últimos meses no le permitimos arruinar su carrera pero ella estaba dispuesta a ayudarla a irse. Ahora soy yo la que me quiero ir, no quiero seguir atando a mi sobrina. Sólo de este modo ella va a poder volar libre.

Pero no puedes llamar a nadie, niña, ¿vale, me lo prometes?

Yo sólo quiero que me hables mientras me duermo. ¿Vale? Y te recomiendo la lectura del libro de Jojo Moyes, se titula “Yo antes de ti” y es una lectura fantástica. No pienses en mí como una pobre vieja que por una herida en la mano te llama para pedir ayuda y acaba decidiendo irse, piensa en mí como una mujer joven, enamorada, amante de la libertad y deseosa de darle alas a su sobrina, a quien amo con toda mi alma, pues ha sido siempre como una hija.

Y al fin voy a reunirme con mi amada Carmucha, no voy a ningún lugar malo, voy a un lugar bueno. ¿Vale?
Aunque tu labor sea animarme, no lo hagas, sólo dame compañía, háblame de lo que quieras mientras yo me duermo.



Y ahora la resolución que se daría a esta situación si fuese una situación real en el Centro de Coordinación Autonómico de Cruz Vermella. La función del Teleasistente es en un caso así NO ABANDONAR A LA VÍCTIMA NUNCA y tratar de hacerle preguntas, para que hable... si cuelga, volver a llamar una y otra vez.

Mientras pasa una nota a la supervisora y que ésta movilice el recurso médico-sanitario más adecuado, solicitando que se envíe una dotación de la Guardia Civil para tirar la puerta abajo, o bien una dotación de Protección Civil o Bomberos, pero debido a la zona geográfica y a la distribución de recursos, la más rauda en acudir será la G.C. de A Estrada, debido al tipo de carretera y distancia que hay entre ambas poblaciones (pero A Estrada pertenece a otra provincia).

La supervisora solicitará cancelar el envío de la A-SVB de Padrón para que se envíe una A-SVA remitida desde Santiago de Compostela, la base más próxima que dispone de este tipo de ambulancias, valorando conjuntamente con la CCUSG-061 (Central de Coordinación de Urgencias Santiarias de Galicia) si podría ser viable, ya que es necesario, que fuese el Helicóptero Medicalizado del 061 con base en Santiago de Compostela, obteniendo permiso del ATC (Centro de Control de Tráfico Aéreo) para un vuelo nocturno. Cosa que sabemos que nunca se autorízaría, pues estas aeronaves y su tripulación sólo posee autorización de vuelo del alba al ocaso, pero uno de los helicópteros llamados “Pesca” de Salvamento Marítimo sí tiene capacidad de vuelo nocturno y tendría que ser movilizado desde la sala de Gestión y Coordinación de Emergencias de AXEGA (1-1-2) situada en A Estrada.

Las AA-SVB más próximas son las de Padrón y A Estrada, pudiendo ser que llegase antes la segunda por tener una vía de comunicación de mejor calidad y que le permitiría un menor tiempo de desplazamiento. La siguiente más próxima es de Santiago de Compostela, de donde no la enviaríamos para no dejar a esta localidad sin dos recursos importantes.

Otra posibilidad que debe barajar el CCUSG-061 es el empleo de una A-SVB de la RTSUG-061 “medicalizada” mediante la inclusión de personal médico del Ambulatorio de Salud de A Estrada. Algo inviable a esas horas de la madrugada.

A veces las movilizaciónes que implican salirse de la provincia suponen una traba burocrática por lo que nos cercioraremos de que la A-SVB de A Estrada no va a tener un problema de esta índole. Que como sí lo tendríamos, desistimos de esa alternativa.

En la Localidad de Pontevea no existe Policía Local, ni ningún otro recurso público que nos pueda ser útil. De modo que la movilización del helicóptero medicalizado es la opción más idónea, pero el efecto de las 90 pastillas de 30mg de Benzodiacepina empieza a partir de los 12 minutos, siendo reversible hasta los 21 minutos, más o menos, produciendo el paro cardíaco en el minuto 24, aproximadamente.



Montaña murió antes de que llegasen los recursos movilizados y la clase entera lloró en un mar de lágrimas tras la debida explicación de cómo el PLATERGA (Plan Territorial de Emergencias de Galicia) es ineficiente cuando se juntan ciertos factores. No habría hecho falta que Montaña superase los 42 comprimidos de 30mg. Para que ya fuera mortal, por cierto. Así que suponemos que se reunió con Carmucha tal como deseaba. La mitad del alumnado de los dos ciclos me aplaudió por haber construido una historia de vida tan completa y tan coherente, añadiendo una visión llena de diversidad afectiva que el temario no incluye y que (obviamente, por si no lo habías pensado) hubo alumnado que criticó. Haciendo un gran incapié en la innecesidad de complicar la historia de la usuaria con una homosexualidad cuando lo habitual es que las personas mayores sean todas heterosexuales.
Tanto Montaña, como Carmucha, fueron mártires de la invisibilidad lésbica.
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lucia
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Re: La historia de Carmucha (Relato)

Mensaje por lucia »

El título debería ser La historia de Montaña, no de Carmucha, dado que ella es la protagonista.

Y aunque imagino que la parte de la teleasistencia es un poco el enlace de las distintas partes, sobra por completo, sobre todo cuando empiezas a detallar los recursos y a listar organismos.

Si le quitas eso, toda la parte de Montaña tiene fuerza y ternura a la vez. Lo mejor que te he leído.

Por cierto, ¿a qué te refieres con eutanasia pasiva ya que dices que no son cuidados paliativos? Hasta donde yo sé, en cuidados paliativos tratan de evitarle el dolor al paciente, cosa que se supone que no alarga la vida y que, quizá, sí la acorte algo.
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Re: La historia de Carmucha (Relato)

Mensaje por transcribiendo »

lucia escribió:Por cierto, ¿a qué te refieres con eutanasia pasiva ya que dices que no son cuidados paliativos?
La eutanasia pasiva es dejar de mantener a alguien con vida, ni quitársela, ni dejar que dure más.
Se distingue de la eutanasia activa en que se induce la muerte, el fin de la vida.
Los cuidados paliativos no interfieren en la duración de la vida.
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Re: La historia de Carmucha (Relato)

Mensaje por transcribiendo »

Carmucha es quien hace posible la historia, Montaña hubiera seguido su camino cuando las despiden... es Carmucha la protagonista, la que pone su pueblo y la vivienda donde se había criado para crear de nuevo, para acoger a Montaña, que es la acompañante de viaje de la protagonista.

Para mí la protagonista es Carmucha.
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Re: La historia de Carmucha (Relato)

Mensaje por lucia »

transcribiendo escribió:
lucia escribió:Por cierto, ¿a qué te refieres con eutanasia pasiva ya que dices que no son cuidados paliativos?
La eutanasia pasiva es dejar de mantener a alguien con vida, ni quitársela, ni dejar que dure más.
Se distingue de la eutanasia activa en que se induce la muerte, el fin de la vida.
Los cuidados paliativos no interfieren en la duración de la vida.
La pregunta era por la diferencia entre eutanasia pasiva y cuidados paliativos que haces en el relato. Con tu explicación de ahora, casi parece que la diferencia es que ni siquiera se aplicarían sedantes. Y cuando esos sedantes están bajo prescripción facultativa por sus contraindicaciones para los dolores normales, permíteme que dude acerca de que no acorten la vida. Lo que en alguien en cuidados paliativos no tiene porqué ser malo.
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