La vida de Ka (Nolato)

[Gavalia]

Feliz navidad pars los dos y cuidado con eso de ir a vivir al sol sin gafas polarizadas. Sería un suicidio

[Estrella de mar]

Desde el Gran Sol Central te deseamos feliz Navidad todos los que estamos hasta los cohone, chuchete.

[Tolomew Dewhust]

¡Felices fiestas, Gava! Considero de gran importancia que sepas que ahora mismo estoy metido en la cama, vistiendo uno de mis cinco mejores pijamas de invierno y pensando en ti. De hecho, mientras escribo este mensaje he abierto otra pestaña en el navegador y me he puesto Saturno, de Pablo Alborán, que, como sabes, es nuestra canción.

Para intentar zanjar de una vez esta cuestión, que veo que te inquieta mucho (¿Que por qué te quiero? -dices), voy a intentar ser transparente: me fijé en ti, Gavaliete, me senté a tu lado, te escuché, te cogí cariño, sentí afecto, me enamoré, sentí la necesidad de hacer el amor contigo, me encantó compartir un sofá, un coche y luego una cama contigo por una única razón...

Porque eres bonito, porque eres precioso, porque me encanta tu cara, porque me gusta cómo ríes, porque sonríes conmigo, porque me gusta hacerte reír y adoro el color de tu voz, porque me gusta la manera en que piensas, porque me gusta cómo sabes y me atrapa el olor de tu cuerpo, porque me gusta ver cómo te recoges el pelo y me pierdo en el color de tus ojos, y me gusta la forma de tu nariz y el tacto de tus labios, me gusta escucharte y, desde que comencé a conocerte, sentí la necesidad de acariciarte, primero una mano, luego una mejilla, luego la boca... y luego apareció el impulso de besarte el cuello y los labios, de levantarte el jersey para acariciarte por dentro, porque me pongo nervioso si te acaricio por dentro, el pecho, el estómago, el ombligo...

Espero haber sido esta vez más explícito que las veces anteriores con respecto a esto, Gava...

Y que Estrellita sepa disculparme por aprovechar su hilo para estos menesteres.

Estrella, ¿te importa que utilicemos Gava y yo tu hilo para arreglar "lo nuestro"?

Los dos venimos del Sol, vamos, no del mismo centro del sol pero sí de una venta que hay conforme sales a la izquierda.

A cambio te estamos leyendo las tres páginas del ford Ka este, .

[Gavalia]

Jodo!! y eso que solo le he felicitado la navidad. No quiero pensar que pasará en su cumpleaños

Estrella guapa, no hacen falta interlocutores que expresen lo que sientes por mí. Lo sé, no creas que me gusta tener que cargar de continuo con esta cruz pero así somos los que vivimos en el sol, justo a la izquierda.

[Estrella de mar]

No seré yo quien niegue que el pecho de Gavaliete invita a la concupiscencia. Yo, que babeo por la forma en que sostiene el cigarrillo en la comisura de sus labios, o por cómo se le ilumina la cara con ese color carmesí tan provocativo. ¡Y qué decir de cómo le sientan las gafas!

Pero, en fin, nos hallamos en un momento histórico en el que el ser humano evoluciona hacia el homo “hasta los cojones” y no podemos dejarnos llevar por los instintos primarios.

Nada me gustaría más que tomarme mi tiempo para poder describiros la voluptuosidad que me inspira pensar en las tiernas pechugas de jilguerito, o los gozosos escalofríos que recorren mi cuerpo por la forma en que dobla su piquito cuando cita a Márai.

Pero no. Aquellos que venimos de la mismísima estirpe que escribió la biblia no podemos dedicarnos a lo mismo que hacen los descreidotes, que se pasan la vida inmersos en el deleite epicúreo. ¿Cuántas legiones de ovnis habéis preparado? No basta con quedarse viviendo en el sol, caballeretes. Hay que convocar cuantas estrellas sean necesarias para destruir al ganado humano.

Aquí la primera filípica que os dirijo con la intención de que aprendáis a conduciros con la sabiduría que caracteriza a nuestro colega. Useasé, cagaros más en todo. Menos en el rey, que es vuestro padre.



P.D Y cuidadín, mis muchachos, que aún estoy a tiempo de aumentar el ford a ocho páginas.

[Estrella de mar]

No viene a cuento, pero mientras finiquito el final del ford, voy a postear aquí una anécdota que me pasó hace unos meses.

Rosa, noventa y dos años, amiga de mi tía abuela. Tomándonos un café, con su perro faldero en las rodillas.

-Ay, nena, tú no sabes lo que me pasó el otro día. He reñido con mi sobrina y todo.

+¿Y eso?

-Pues que iba yo por la calle tan tranquila y de repente una señora empieza a pegar gritos y veo que algunas personas comienzan a correr. Yo me asusto y me quedo parada, oigo más gritos y entonces, yo no sé, empecé a correr también...

+¿Pero cómo, Rosa? A tu edad, ¡y con bastón que vas!

-Sí, sí, pero en ese momento no sé qué me entró que no reparé en nada y con bastón y todo corrí un trecho detrás de los que corrían. El corazón se me salía por la boca como nunca en mi vida...

+Estoy alucinando, Rosa. ¿Y qué pasaba?

(Rosa ignora mi pregunta)

-No sé de dónde me salieron las fuerzas ahora que lo pienso, no pensé en nada de nada. Yo vi a la gente correr, y a correr que me puse. La verdad es que me podía haber descalabrado, pero yo no sé lo que me entró que...

+¿Pero qué pasaba?

-Ay, nena, pues a eso iba. Mientras corría, veo venir algo volando hacia mí, pero no sabía lo que era porque yo estaba como enajenada. Total, que no te lo vas a creer pero la pobre criatura choca contra mi pecho...

+¡Dios mío, Rosa, qué impresión! ¿Qué era?

-Yo, en un acto reflejo que todavía no comprendo, la abrazo contra mi pecho y le digo unas palabras tiernas. Ahora no recuerdo lo que le dije, pero la criatura pareció calmarse, porque se la veía muy temerosa, la pobrecita.

+¿Pero qué era?

-Ah, una especie de búho.

+¿Una lechuza?

-Eso, sí.

+Me dejas de piedra, Rosa. ¿Y qué pasó después?

-Pues que me la llevé a casa.

+¿Cómooooo?

-Sí, mi sobrina y su marido se han enfadado conmigo por eso. Yo no creo que sea para tanto, la pobre criatura está de lo más a gusto en mi casa.

+Pero... ¿dónde la tienes?

+La tengo atada a la mesa de la terraza, hasta que le compre una jaula.
(En estos momentos yo ya estoy ojiplática).
Mi sobrina me ha dicho que ni hablar, se ha puesto como una loca diciéndome que si me puede hacer algo, que si puedo coger no sé qué enfermedad. Y como yo seguía en mis trece con que la lechuza se quedaba conmigo le pasó el teléfono al marido, que me dijo que las lechuzas son una especie protegida y no sé qué tontunas más. Que el pepona, o algo así, me podía denunciar. Yo no sabía lo que era el pepona, o como se diga, y me dijo que era la guardia civil y que si no daba mi brazo a torcer él mismo iría a ponerlo en su conocimiento para que nadie me pudiera denunciar. Así que les dije que no y que no, y que la pobre criatura se quedaba conmigo. Les colgué el teléfono y a continuación les dije que les mandaría una foto que le hecho con el móvil para que vieran con sus propios ojos lo tranquila que está en mi terraza. ¿Tú se la puedes mandar?
(Estupefacta).
+Claro, Rosa. Pero ten en cuenta que esos animales no son como un perro o un gato, necesitan vivir en su hábitat natural...
(Rosa no escucha, está buscando en el móvil la foto)

+Envíasela, envíasela...

Miro la foto...

Otro día os cuento lo que era.

[lucia]

Menos una lechuza, seguro que cualquier cosa

[Estrella de mar]

Hay dos verdades:
-Es una lechuza.
-Se le "vino" al pecho.

[Tolomew Dewhust]

Ojalá fuera el Power Ranger amarillo.

[Estrella de mar]

Si Rosa no hubiera abandonado aún su burbuja de biología, y además hubiera sabido lo que es un power ranger, se habría reído.

Era una lechuza, sí. De porcelana. La historia real es muy simple. Iba Rosa andando por la calle y vio a la lechuza en un escaparate. De lo bonita que era se le vino al pecho.

No la denunció el pepona.

[Gavalia]

El pepona

[Estrella de mar]

Agárrate bien las gafas que pronto vienen curvas.

[Megan]

Me gustó tu relato Estrella, ver crecer a la niña y que en cada etapa de su vida tenga interrogantes que nadie le contesta y que es ella misma la que se responde está muy bien narrado y además es algo que nos suele suceder a medida que nos hacemos grandes. ¿Vas a continuarlo? Me gustaría saber como termina.

Cariños

[Estrella de mar]

Eres muy rebonita, Meg. Muchas gracias por pasarte y comentar.

Pues sí que tengo intención de rematarlo. Lo que pasa es que me apetece meterme un poco con Gavaliete y Caleto. Como sé que están que se mueren por leer cómo continúa les estoy haciendo "de sufrir".

Un besazo, preciosa.

[Estrella de mar]

Ya he posteado la última parte.

¡Gracias a todos!