Harry Potter y el misterio del muerto (Misterio - policial)

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Haradrim
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Harry Potter y el misterio del muerto (Misterio - policial)

Mensaje por Haradrim »

Harry Potter y el misterio del muerto

Querido y viejo amigo:

¿Recuerdas nuestros juegos cuando niños? ¿Nuestras maldades cuando adolescentes? ¿Recuerdas nuestros caprichos, los que eran complacidos gracias a la inconciencia de unos padres ricos? ¿Recuerdas cuando nos encaprichamos con las maldiciones imperdonables? Yo recuerdo muy bien, recuerdo cuando asesiné a uno de los sirvientes de mi familia, recuerdo como se sintió matar… fue… excitante, y recuerdo cuando tu hiciste lo mismo con otro de mis sirvientes, y el entusiasmo que nos provoco poseer el poder de quitar la vida como quien come un dulce.

¿Y como esta tu hijo Draco? ¿Lo quieres mucho, no es así?...


–Interesante –murmuró para si mismo Ron Weasley, luego inclinó la cabeza para mirar al suelo– Creo que ahora estas realmente jodido ¿No? –agregó mientras pateaba el cuerpo tendido de Lucius Malfoy.




Un leve “pooof” y Harry Potter surgió de la nada en una vacía y polvorienta habitación, sin más contenido que unas viejas latas de pintura y un sucio colchón apoyado en uno de los muros. Sacudió la cabeza con desagrado mientras se estremecía, el detestaba usar la aparición como medio de transporte, por el riesgo de que solo medio mago llegara a su destino, pero no había chimenea con la cual usar la red Flu y era demasiado urgente para ir en escoba voladora.

–Hola Harry, bienvenido –dijo Ron mientras estrechaba enérgicamente su mano y le palmoteaba cariñosamente la espalda –Llegaste muy pronto… y felicidades por tu ascenso.

–Gracias Ron, vine apenas pude ¿Cómo estas tu? ¿Cómo está Hermione?

–Ella está bien, trabajando con mi padre, al menos por el momento, sigue sin saber a que dedicarse, pero creo que estudiar las leyes mágicas le atrae.

–¿Y Ginny? Desde que se convirtió en jugadora profesional de Quidditch apenas la he visto.

–Oh, está bien, entrenando duro… se esta volviendo fuerte, muy fuerte, es notable como se desarrollan los músculos con el Quidditch, cuando no hacemos más que sentarnos en una escoba y volar.

–Oh si, Ginny tiene muslos que parecen capaces de moler piedras.

–…

–Eh, bien, a lo nuestro, ¿Cuál es la situación?

Ron se la resumió rápidamente, se hallaban en un viejo edificio de tres pisos cuyas habitaciones antiguamente eran oficinas y después bodegas, y ahora un sucio cartel de “se vende” colgaba lastimosamente de su fachada. Pero no había sido abandonado por completo, un viejo conocido de ambos había residido allí en los últimos tiempos, alguien que desde la caída de Voldemort, cuatro años atrás, no había vuelto a dar señales de vida –ni volvería a darlas– alguien llamado…

–Rodolphus Lestrange… pobre tipo –agregó Ron con una mueca.

–¿Pobre? Era un mal nacido sádico y bastardo como todos los mortifagos.

–Sí, lo sé, me refería a que está muerto –dijo Ron tratando de esquivar la indignación de Harry– lo asesinaron… era un pobre infeliz sin duda, nada comparable a su terrible esposa… por cierto, ¿Sabias tu que Bellatrix y Voldemort…?

–Sí, lo sabía, ¿dónde está su cuerpo? ¿Y en que circunstancias lo hallaron?

Ron lo llevó hasta una habitación modestamente amoblada, todo muy limpio y digno pero nada lujoso, una cama, un par de sillas, un escritorio, un librero, etc., pequeños detalles indicaban que el anterior ocupante era una mago: el baúl para guardar ropa en vez de un armario, una tunica tirada encima de la desordenada cama, algunos viejos ejemplares de El Profeta con fotografías con movimiento, algunas velas flotando en el aire a medio derretir, con la cera que goteaba congelada en estalactitas, etc., cosas sutiles.

–¿Y eso? –preguntó Harry al escuchar un angustiante sonido, era un lamento ronco, profundo y desgarrador, interrumpido por ocasionales gritos muy agudos, e hipos, era algo terrible de escuchar, dolía en los oídos, y dolía en el pecho.

–El mayordomo de Lestrange, un elfo domestico llamado Braulio… el pobre esta destrozado, por alguna razón quería mucho a su dueño, no te preocupes, la agente Scully lo está consolando.

En ese instante, por una puerta que llevaba a otra habitación, aparecieron dos aurores transportando una camilla con un cuerpo cubierto con una sabana. Harry la levantó y contempló el rostro de Rodolphus Lestrange, que tenia una petrificada expresión de sorpresa. Allí el agente Dawson le explicó que lo habían hallado sin herida alguna, obra al parecer del Avada Kedavra, la maldición asesina.

–Pobre y patético bastardo, ¿sabían ustedes que su esposa y Voldemort…?

–Todo el mundo lo sabia, Dawson, vamos, revisemos esta habitación.

El cuarto en que hallaron a Lestrange era un poco más grande –7 por 5 metros– y tenía algunas sillas, almarios y repisas en las paredes, una ventana tapiada y un largo mesón repleto de cachivaches, objetos de cristal como redomas, probetas, tubos de ensayo, platillos con polvos misteriosos y frascos con líquidos igualmente misteriosos, balanzas y otro objetos que Harry no pudo identificar, así que concluyó que se trataba de algo de lo cual él no tenia mayor conocimiento. ¡Bingo!, debía de tratarse de un laboratorio para hacer pociones. No, no pociones, esto sin duda era un laboratorio alquímico, quien sabe que clase de aficiones, o que tramaría aquí el fallecido mortifago...

Pero eso no era lo importante, sino las dos siluetas trazadas en blanco en el piso, una en la entrada misma de la habitación y otra a unos seis metros de distancia, casi tocando la pared del fondo, en ese preciso instante otro agente, Lizardi –o Luzzardi, un tipo italiano- se encontraba trazando con una pluma mágica un croquis de la habitación anotando cuidadosamente la posición de cada objeto.

–¿Por qué dos siluetas?, solo hay un cuerpo.

–Porque la otra silueta, Harry, es donde hallamos inconsciente a un viejo conocido tuyo… Lucius Malfoy.




–Te teníamos vigilado, Lucius, un tipo con tus antecedentes sabrá sin duda por qué, esperábamos que te contactaras con alguno de tus viejos colegas, o que ellos se contactaran contigo.

–¿Por qué me persiguen? –Malfoy se veía muy preocupado y nervioso, parecía diez años mas viejo de lo que realmente era, poco quedaba de su antigua arrogancia y elegancia– he pagado mi deuda con la sociedad ¡No es justo!

–Pasando un año en Azkaban sin dementores y dando la mitad de tu fortuna para indemnizar a las victimas de los mortifagos… eso último debió doler, pero no estamos aquí para eso. Visitaste a tu viejo amigo, quizás para recordar viejos tiempos, y un par de minutos después escuchamos los gritos de Braulio, el elfo domestico, y al entrar te encontramos inconciente y a Lestrange muerto.

-¡Yo no lo maté! ¡Y el me envió un mensaje pidiéndome ayuda! miren, se que ayudar a un fugitivo es ilegal, pero yo vine a convencerlo de que se entregara.

–Si, claro, si vas a contarnos un cuento que sea bueno.

Y realmente era bueno, Rodolphus le había enviado un mensaje con el elfo domestico pidiéndole, no, suplicándole ayuda, y el había acudido a regañadientes. Lestrange lo recibió y lo llevó a su habitación, y conversando de viejos tiempos –Malfoy se abstuvo de explicar que hacían en aquellos “viejos tiempos”– su viejo amigo dijo que le mostraría un descubrimiento muy interesante hecho en su laboratorio, y ambos se dirigieron a la habitación en la que los hallaron a ambos. Y allí las cosas se pusieron raras.

–Juro que esto es cierto, Rodolphus estaba enseñándome no se que sal alquímica que él había descubierto, cuando de pronto me miró, y puso una cara así –Malfoy mostró una expresión de sorpresa algo exagerada– y me dijo, no, me gritó: Pero… tu… ¿Qué rayos haces?, en realidad primero me dijo eso y luego me gritó: ¡Pero que RAYOS haces!, y entonces sacó su varita y me apunto con ella…

–¿El sacó su varita primero?

–Bueno, el metió la mano en su chaqueta y claramente estaba buscando su varita...

–¿Chaqueta? –Preguntó Harry sorprendido– ¿Vestía con ropa Muggle?

–Sí, chaqueta roja, pantalones color caqui, camisa rosa, bufanda verde –le respondió Ron– trataba de pasar inadvertido.

–Si, en su chaqueta, la buscaba allí, y debo decir que me asustó, su reacción fue tan... inesperada, y yo saque la mía, mi varita, y le apunté. No pensaba hacerle nada, créanme, fue solo una reacción instintiva porque me pareció que el me iba a atacar.

–¿Y el ya había sacado su varita cuando le apuntaste?

–...La verdad no, yo fui más rápido, o el tardó demasiado en sacarla, aún tenia la mano en un bolsillo de su chaqueta.

–¿Qué mano y cuanto tardó todo esto? ¿Y a qué distancia estaban uno del otro?

–A unos tres metros, no más, la mano derecha y… ni 15 segundos desde que el gritó por primera vez hasta que metió la mano para buscar su varita, no, ni siquiera 10 segundos, y desde ese momento hasta que yo saque la mía unos 5 segundos, 2 segundos después caí inconsciente.

–Inconsciente –el rostro de Ron mostraba una leve sonrisa irónica, el de Harry en cambio estaba muy serio– Caíste inconsciente porque alguien fuera de tu vista te atacó y no supiste nada después.

–Es totalmente cierto lo que dije, apuesto que fue con un hechizo aturdidor. Yo nada le hice a Rodolphus.

–Esta carta no da a entender lo mismo –y Ron le mostró el mensaje hallado justamente en la ropa de Lucius cuando lo auxiliaban estando inconsciente.

O Lucios era un muy buen actor o de verdad estaba sorprendido.

–…Eso, esa no es la carta que él me envío ¡Lo juro! ¡La carta que me envío no contenía amenazas… esto es una trampa, quiero a mi abogado!... ¡Créanme, por el amor de Merlín!




Interrogar a Braulio el elfo domestico fue difícil, ya estaba más calmado pero aun sollozaba e hipaba continuamente, mojando varios pañuelos y estrujándolos después con manos temblorosas. Era una criatura feúcha de no más de un metro de estatura con orejas de murciélago y nariz bulbosa, lo usual en su especie. Nada pudo agregar a lo ya dicho, su amo lo había enviado a recolectar ciertos hongos a un bosque cercano, regresó después de media hora y encontró a Lucius desmayado y a Lestrange muerto, y fueron sus gritos y gemidos los que alertaron al auror que vigilaba en las afueras. Harry, que conocía muy bien como solían ser los mortífagos y el nulo aprecio que tenían por las razas menores, como los elfos domésticos, se preguntaba que podía causar tal amor y tal tristeza, como una criatura criada como esclava podía lamentar tanto la muerte de su dueño.

Ron le informó de los detalles. Después que Lucius entró al edificio nadie más lo hizo, ni entrar o salir, cuando los encontraron Lucius estaba boca abajo con su varita en mano y la carta en uno de sus bolsillos, Lestrange boca arriba y con la varita también en su mano, las habían examinado a ambas y el ultimo hechizo lanzado por la de Malfoy era Avada Kedavra, y el ultimo hechizo en la varita de Lestrange era Desmaius.

Harry y Ron regresaron a la habitación de este último, allí Harry extrajo una fina cadena dorada que en su extremo llevaba un cristal de roca de transparencia casi perfecta. Este cristal brilló y pareció adquirir un leve tinte rosa.

–Guau, rabdomancia, me encanta –dijo Ron de manera muy entusiasta.

–Pues prepárate, esto será interesante –y Harry empezó a recorrer toda la habitación manteniendo el péndulo lo más quieto posible, dejando que el cristal colgara libre de unos 30 centímetros de cadena.

–No servirá de mucho, aquí el empleó toda clases de hechizos, veamos el laboratorio…

Allí hubo más suerte, el péndulo vibró y empezó a girar enloquecido al mismo tiempo que el cristal adquiría un débil tono verdoso, todo aquello ocurrió en el espacio que había entre la silueta pintada de Malfoy y la silueta de Lestrange, en esos seis metros el péndulo detecto con claridad los rastros de un poderoso hechizo, que no podía ser más que Avada Kedavra.

–¿Y eso? –Harry se fijo en una marca en el muro, estaba justo encima del sitio donde encontraron el cadáver, una marca oscura casi en el ángulo donde se unían la pared y el techo. Harry subió a una silla y la examino con detalle, era una especie de quemadura y la madera se veía ligeramente astillada. Acercó el péndulo y este brilló con un resplandor verdoso al tiempo que se agitaba como si poseyera vida propia.

–Esto es claramente el punto donde impactó un Avada Kedavra… extraño.

–¿Tal vez Lucius le lanzó el hechizo a Lestrange y este lo esquivó?

–Tal vez… deberíamos probar.

Y así lo hicieron. En otra de las vacías habitaciones del edificio Harry y Ron buscaron recrear lo que habría ocurrido en la escena del crimen, ya fuera como lo describió Malfoy o como lo Ron estaba seguro que había realmente ocurrido: que Malfoy disparó primero, erró y al defenderse Lestrange aturdió a su antiguo amigo, mientras que un segundo hechizo lograba al fin alcanzarlo.

Media hora después…

–No tiene sentido –Harry estaba frustrado, de la manera en que trataran de recrear el asesinato había algo que no calzaba: la marca de la maldición asesina en el techo, estuviera a tres metros o seis Malfoy tuvo que apuntar muy alto para que diera casi en el ángulo del techo, no podría haber alcanzado a Rodolphus si era su intención asesinarlo.

–¿Y si le estaba apuntando a la cabeza?

–Sería mala idea, apuntarle al pecho haría un blanco más seguro.

–¿Y si primero le lanzo la maldición, Lestrange logró esquivarla y después corrió y Malfoy entonces lo mato por la espalda?

–No podría ser por la espalda, recuerda que lo encontramos boca arriba, aunque lo de esquivar el hechizo tiene sentido…

–Quizás se lo lanzó primero para intimidarlo, eso explicaría porque parece un tiro en un ángulo tan elevado…

–Quizás, pero eso me sigue molestando, se supone que Lucius fue aturdido por el hechizo de su amigo al tratar de defenderse, no pudo haber sacado la varita a tiempo si ya estaba siendo apuntado con una… no pudo sacar la varita…

–Bueno, Harry, me parece que es hora de recurrir al Veritaserum.

–Aun no, sabes que se necesita la autorización del ministro de magia para eso, quiero agotar todas las posibilidades antes.

–¡Pero tú eres el gran Harry Potter, no pueden negarte nada!, y te estás tomando muchas molestias por Malfoy, tenemos móvil –eliminar a alguien que amenazaba a su familia– tenemos…

–Incluso Malfoy, incluso el cornudo de Lestrange, incluso ellos merecen justicia y…

–… Acabas de captar algo ¿verdad?

–No hables… una idea, algo que estoy… amasando –Harry cerro fuertemente los ojos, luego de un momento, los abrió– Lo tengo…

Se coloco a cierta distancia de la marca que indicaba la posición de Malfoy, más cerca de la posición de Lestrange y se arrodilló.

–Probemos otra vez…




Braulio tenía aun los ojos húmedos pero ya parecía haber agotado todas sus lágrimas. Harry lo miró en silencio, y tuvo una breve visión de un elfo llamado Dobby, y la de un elfo llamado Kreacher, y se pregunto quién otorgó el poder a los magos para destrozar las vidas de tantas criaturas inocentes.

–Habían muchas cosas extrañas aquí, el testimonio de Lucius, por ejemplo, el dice que su amigo buscó en su chaqueta la varita, pero que él la sacó primero. O Lestrange era muy lento o Lucius muy rápido, o… no había varita.

–Y la marca de la maldición asesina, no entendía como fue a dar allá, tan alto, en todas las formas en que el crimen pudo ser cometido Malfoy debió apuntar demasiado elevado, suponiendo que lo hizo desde el lugar donde lo hallamos.

–Y la carta –Harry la sacó y la coloco frente a Braulio, los ojos de él aún seguían húmedos, pero ya no parecían expresar tristeza.

–¿Qué clase de carta es esta? aún suponiendo que fue hecha para amenazar a Malfoy sigue siendo muy extraña… de partida presume de haber asesinado a dos sirvientes y eso me dio una pista.

–¿Qué sirvientes? imposible que fueran magos, tampoco, tratándose de una orgullosa familia sangre pura, podían ser muggles, se trataba de sirvientes que podían ser asesinados con impunidad, personas por las que nadie movería un dedo y mucho menos habría gente a la que le importara lo que les sucediera.

Ahora los ojos de Braulio no mostraban nada, estaban secos, opacos, solo reflejaban el vacío.

Harry suspiró, y nuevamente se preguntó quien dio a los magos tanto poder, o porque algunos solo lo utilizaban para abusar y maltratar.

–Solo hay una opción: elfos domésticos. En el peor de los casos matar a uno… o dos, solo traería una multa, eso si su muerte no era ocultada como un accidente… hay familias de elfos domésticos que han servido durante generaciones a familias de magos… ¿Eran familiares tuyos? ¿Tus padres, tus hermanos… amigos?

Braulio no dijo nada, su rostro y sus ojos estaban vacíos.

–Robaste la varita de tu amo, aturdiste a Malfoy, pasaste por encima de él, te acercaste a tu amo, quizás le hablaste… Seguramente hiciste eso, querías que supiera el porqué. Y luego le arrojaste un hechizo a Rodolphus, que lo esquivó, y como eres mucho más bajo que el este hechizo salió en un ángulo elevado, pero el segundo si fue mortal…

–¿Usted cree que hombres así… Lestrange, Malfoy… merecen justicia? –la voz de Braulio sonó calmada, pero Harry pudo sentir detrás de esa calma un odio intenso, un odio como dientes apretados.

–Ese no es el punto, Braulio –respondió Harry con tristeza– ese no es el punto…


Fin
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lucia
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Re: Harry Potter y el misterio del muerto (Misterio - polici

Mensaje por lucia »

Está entretenida, aunque deberías revisarla para corregir tildes y demás que faltan.

Eso sí, el futuro que marcas para Harry, Ron, Ginny y Hermione no me emociona :no:
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

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J.B.Buch
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Re: Harry Potter y el misterio del muerto (Misterio - polici

Mensaje por J.B.Buch »

Creo que no existe manual de escritura (ahora mismo tengo unos 15 o así) junto con tantos y tantos blogs, dónde no digan esto: "no abuses de los puntos suspensivos".

Lo primero que hago, como lector cero cuando me lo piden, es buscarlos. Si veo muchos, ya no leo.

Evita al máximo usarlos, pecas de necesidad de sar intriga a lo que carece de ella.

Un saludo.
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