La aventura comienza: "Ladrones de Atlántida"
Eso y Ladrones en bolsillo y a gran distribución.
Suerte Jangel
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Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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Gracias por vuestro apoyo. Ayer tuve una conversación con Marta Rivera de la Cruz, finalista del Premio Planeta, que también me animó mucho.
No sabía que firmaba en la caseta de El Corte Inglés hasta que me encontré delante de ella. Estaba dedicándole el libro a una señora. Di una vuelta por la caseta y luego decidí atacar.
-¿Puede dedicármelo, por favor? -le pregunté señalando un ejemplar de los que tenía apilados delante.
Era ella, la reconocí en seguida. Pero no la recordaba así. Tenía el pelo recogido, estirado, y me parecía una estudiante, o una profesora recién sentada en su cátedra. Me sonrió, me contestó algo que no recuerdo y, dándole la vuelta al libro, lo abrió para firmarlo.
-¿Cómo te llamas?
En ese momento, mi mujer ya estaba a mi lado, así que le pedí que nos lo dedicara a los dos. Eso pareció gustarle mucho.
-Mucho mejor -dijo.
La dedicatoria que escribió para nosotros es breve, pero encantadora, como pude comprobar después, al leerla ante ella y agradecerle su gesto. Nos dedicó sus tiempos de prodigios, para que ambos fuéramos felices.
Antes de que terminara de escribirla, prácticamente la entrevistamos. Mª Carmen empezó comentando que la habíamos visto en el programa El Público, que emite Canal 2 Andalucía. Es un programa sobre libros muy premiados.
-Qué bonita experiencia, qué bien lo pasé -exclamó, iniciando definitivamente el diálogo. Ya nadie podía pararla. Y eso me gustó-. Un programa donde no son los críticos, sino los propios lectores los que te preguntan. Después de finalizar la grabación, seguimos hablando. Es increíble la sensación que sientes cuando un lector te pregunta acerca de algo que está en el libro y sobre los que pocos te preguntan, que se den cuenta de eso que escribiste y lo comprendan.
-Es verdad, de los lectores es de quienes más se aprende -dije yo.
Naturalmente, no estoy trasncribiendo literalmente lo que dijo sino más o menos lo que entendí y recuerdo de memoria. Pero Marta, sincera y transparente, siguió hablando de los críticos, que a todos los que escribimos nos deben hacer la faena alguna vez. Luego le comenté acerca de mi propia labor, de mi decepción con la falta de difusión de mi primera novela. Y ella me contó sus propias vicisitudes con el mercado editorial y me confirmó lo que ya sabía, que no es más que un negocio. Pero no debería ser así -pienso ahora-, entiendo que una editorial es una empresa, pero se juega con las ilusiones de autores y lectores y no deberían interrumpir proyectos en curso, prometedores, sólo porque cambian la cúpula directiva o los accionistas.
Marta habló de una de sus novelas, de la que había vendido 13.000 ejemplares.
-No es que lo diga yo, sino que eso es por lo que cobré en las liquidaciones: 13.000 ejemplares.
Luego comentó que, a pesar de este éxito, la segunda edición sufrió lo que antes he comentado, un cambio de personajes en la dirección. Nadie se interesó ya por la evolución del libro. Se vendieron más de 4.000, pero el resto de la tirada se destruyó sin darle salida.
También fue interesante que nos insistiera en que en España lo que más vende es la novela histórica. Un amigo suyo había conseguido que le editaran precisamente porque las editoriales apenas se lo piensan cuando se trata de este género. Estoy pensando en transformar un poco Tras la estela del Dragón y enviarla por ahí.
-¿Qué opinas de esta novela? -le preguntó Mª Carmen, cuando cogí el ejemplar firmado.
-Creo que es la mejor que he escrito hasta el momento -respondió con toda franqueza, con la confianza de encontrarse entre amigos.
Con esto, tras mostrar nuestra gratitud, intercambiar deseos de fortuna y despedirnos, creo que he conseguido otra candidata para ser entrevistada. Esta primera toma de contacto me permitiría entablar otra conversación con ella, pues pienso escribirle cuando haya leído su novela. Sé cuánto se agradece que hablen sobre lo que escribes.
No sabía que firmaba en la caseta de El Corte Inglés hasta que me encontré delante de ella. Estaba dedicándole el libro a una señora. Di una vuelta por la caseta y luego decidí atacar.
-¿Puede dedicármelo, por favor? -le pregunté señalando un ejemplar de los que tenía apilados delante.
Era ella, la reconocí en seguida. Pero no la recordaba así. Tenía el pelo recogido, estirado, y me parecía una estudiante, o una profesora recién sentada en su cátedra. Me sonrió, me contestó algo que no recuerdo y, dándole la vuelta al libro, lo abrió para firmarlo.
-¿Cómo te llamas?
En ese momento, mi mujer ya estaba a mi lado, así que le pedí que nos lo dedicara a los dos. Eso pareció gustarle mucho.
-Mucho mejor -dijo.
La dedicatoria que escribió para nosotros es breve, pero encantadora, como pude comprobar después, al leerla ante ella y agradecerle su gesto. Nos dedicó sus tiempos de prodigios, para que ambos fuéramos felices.
Antes de que terminara de escribirla, prácticamente la entrevistamos. Mª Carmen empezó comentando que la habíamos visto en el programa El Público, que emite Canal 2 Andalucía. Es un programa sobre libros muy premiados.
-Qué bonita experiencia, qué bien lo pasé -exclamó, iniciando definitivamente el diálogo. Ya nadie podía pararla. Y eso me gustó-. Un programa donde no son los críticos, sino los propios lectores los que te preguntan. Después de finalizar la grabación, seguimos hablando. Es increíble la sensación que sientes cuando un lector te pregunta acerca de algo que está en el libro y sobre los que pocos te preguntan, que se den cuenta de eso que escribiste y lo comprendan.
-Es verdad, de los lectores es de quienes más se aprende -dije yo.
Naturalmente, no estoy trasncribiendo literalmente lo que dijo sino más o menos lo que entendí y recuerdo de memoria. Pero Marta, sincera y transparente, siguió hablando de los críticos, que a todos los que escribimos nos deben hacer la faena alguna vez. Luego le comenté acerca de mi propia labor, de mi decepción con la falta de difusión de mi primera novela. Y ella me contó sus propias vicisitudes con el mercado editorial y me confirmó lo que ya sabía, que no es más que un negocio. Pero no debería ser así -pienso ahora-, entiendo que una editorial es una empresa, pero se juega con las ilusiones de autores y lectores y no deberían interrumpir proyectos en curso, prometedores, sólo porque cambian la cúpula directiva o los accionistas.
Marta habló de una de sus novelas, de la que había vendido 13.000 ejemplares.
-No es que lo diga yo, sino que eso es por lo que cobré en las liquidaciones: 13.000 ejemplares.
Luego comentó que, a pesar de este éxito, la segunda edición sufrió lo que antes he comentado, un cambio de personajes en la dirección. Nadie se interesó ya por la evolución del libro. Se vendieron más de 4.000, pero el resto de la tirada se destruyó sin darle salida.
También fue interesante que nos insistiera en que en España lo que más vende es la novela histórica. Un amigo suyo había conseguido que le editaran precisamente porque las editoriales apenas se lo piensan cuando se trata de este género. Estoy pensando en transformar un poco Tras la estela del Dragón y enviarla por ahí.
-¿Qué opinas de esta novela? -le preguntó Mª Carmen, cuando cogí el ejemplar firmado.
-Creo que es la mejor que he escrito hasta el momento -respondió con toda franqueza, con la confianza de encontrarse entre amigos.
Con esto, tras mostrar nuestra gratitud, intercambiar deseos de fortuna y despedirnos, creo que he conseguido otra candidata para ser entrevistada. Esta primera toma de contacto me permitiría entablar otra conversación con ella, pues pienso escribirle cuando haya leído su novela. Sé cuánto se agradece que hablen sobre lo que escribes.
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Qué grata experiencia, Jangel. Sobre lo que cito, creo que muchas veces se adquiere el libro en el momento en que vas a conocer a un escritor que firma en un centro, que suele coincidir con la edición del libro. Mi hija acudió con el centro a conocer a Jon Arretxe, escritor vasco autor de "Griot, alma africana", y él se quedó gratamente sorprendido de que mi hija le preguntara sobre un par de cuestiones que aparecían en el libro. Tenía doce años y le importaba lo que él había contado.JANGEL escribió: Es increíble la sensación que sientes cuando un lector te pregunta acerca de algo que está en el libro y sobre los que pocos te preguntan, que se den cuenta de eso que escribiste y lo comprendan.
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- GANADOR del III Concurso de relatos
- Mensajes: 5070
- Registrado: 05 Mar 2006 12:19
- Ubicación: Al noreste de Madrid
Hola, Jangel, que acabo de volver y estoy repasando todos los hilos.
Lo que comentas de la 'editorial' por llamarla de alguna forma, pues yo rompí con ellos, les envié un escrito antes de que finalizaran los dos años cancelando el contrato, pues ya no los soportaba más. Tardaban muchísimo tiempo en servir los pedidos, las librerias me llamaban cabreadas, se perdían lógicamente ventas al no estar el libro pedido en los días próximos a la solicitud etc.
Sus escusas me sacaban de mis casillas (huelga de imprentas; que al abrir una caja los libros etsaban mal editados etc) y como sólo se podía hablar por telefono con ellos, pues me ponía de los nervios (odio el teléfono)
En fin, mejor olvidarse de ellos.
Me ha gustado tu experiencia con el libro y su autora. Yo me encontré el año pasado en la feria con Jesús Ferrero y también estuvimos un buen rato de charla. Me comentó la reedición por Siruela de "Belver Yin" que leí hace años y he comprado para releerlo cuando pueda. Es una bonita experiencia hablar con los autores que significa que los que nos leen nos cuenten sus impresiones sobre lo que escribimos: las dos caras de la misma historia, la suerte de poder estar en los dos lados.
Lo que comentas de la 'editorial' por llamarla de alguna forma, pues yo rompí con ellos, les envié un escrito antes de que finalizaran los dos años cancelando el contrato, pues ya no los soportaba más. Tardaban muchísimo tiempo en servir los pedidos, las librerias me llamaban cabreadas, se perdían lógicamente ventas al no estar el libro pedido en los días próximos a la solicitud etc.
Sus escusas me sacaban de mis casillas (huelga de imprentas; que al abrir una caja los libros etsaban mal editados etc) y como sólo se podía hablar por telefono con ellos, pues me ponía de los nervios (odio el teléfono)
En fin, mejor olvidarse de ellos.
Me ha gustado tu experiencia con el libro y su autora. Yo me encontré el año pasado en la feria con Jesús Ferrero y también estuvimos un buen rato de charla. Me comentó la reedición por Siruela de "Belver Yin" que leí hace años y he comprado para releerlo cuando pueda. Es una bonita experiencia hablar con los autores que significa que los que nos leen nos cuenten sus impresiones sobre lo que escribimos: las dos caras de la misma historia, la suerte de poder estar en los dos lados.
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Te entiendo, Takeo. Yo he sentido esa indignación muchas veces. Pero, mientras el libro estuviera ahí, ha existido la posibilidad de que la gente lo conozca (aunque para ello hayan tenido que hacer expresamente un pedido). Por otra parte, gracias a esta experiencia me han conocido en otros sitios. Recibí la carta anunciando la posibilidad de prórroga justo después de llegar a un principio de acuerdo con otro editor, al que tengo cerca de casa (al menos hemos ganado algo, las conversaciones no sólo serán por teléfono y con alguien que no habla bien el español).
A perseverar, Takeo.
A perseverar, Takeo.
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