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88 páginas. Color
Cartoné. 22,5 x 29,7 cm
ISBN: 978-84-679-2878-5
Año de publicación: 2017
19,50 €
Sinopsis
Corto Maltés se encuentra en su amada Venecia tras los pasos del espejo del Preste Juan, legendario monarca cuyo reino se hallaba en algún lugar impreciso entre África y la India. Según la leyenda, sus vastos dominios estaban poblados de amazonas, unicornios y toda clase de prodigios. Sin embargo, su mayor tesoro era un espejo a través del cual podía observar cualquier parte del reino. La búsqueda de este objeto mágico llevará a Corto a recorrer un continente africano agitado por el colonialismo europeo de comienzos del siglo XX.
Juan Díaz Canales (Premio Nacional del Cómic 2014 por Blacksad. Amarillo) y Rubén Pellejero (Dieter Lumpen) retoman en esta segunda entrega las aventuras del famoso marino creado por Hugo Pratt en 1967.
Última edición por jumareva el 10 Oct 2017 19:57, editado 1 vez en total.
Para mí, la mejor historia de Corto y también la mejor dibujada. Por fortuna, con este segundo álbum Rubén Pellejero se ha distanciado algo más del estilo de Hugo Pratt. Salvo error mío, por primera vez un álbum de Corto tiene una –buenísima- portada hecha ex profeso, y no es una viñeta ampliada o una acuarela de Pratt que se recicla.
Desde que la oí a Miguel de la Quadra me ha atraído la leyenda del Reino del Preste Juan. En las viñetas se aporta información de lo más razonable y entran ganas seguir la pista. Lo que habrá disfrutado Díaz Canales escribiendo. Me recuerda el sense of wonder que tuvieron en mi infancia las expediciones del pato Donald de Carl Barks.
Es que da gusto aprender en los tebeos. No conocía a Henry de Monfreid, un aventurero de lo más interesante y que en efecto, conoció a Gauguin. Qué bueno incluir un mapa anterior a la Gran Guerra. Las poquísimas naciones que hubo en África -y en Europa- y lo olvidadas que están las colonias alemanas. Fascinante la ambientación en el África colonial con aquello de Equatoria y Emin Pasha, que ignoraba.
Perfecta la amalgama de personajes reales con otros de ficción. Cavafis y su “viaje a Ítaca”, asociando Ítaca a Malta, o el recurso socorrido aunque siempre eficaz a Churchill y sus años mozos. Mira que es difícil inventar buenos personajes y hay unos cuantos: Manolis, tan tétrico con esas tres señoras en la funeraria, o la negra Afra, un nombre maravilloso. Afortunadamente hay escasos primeros planos de Corto meditando, que me eran algo cargantes en “Bajo el sol de medianoche”.
Conste que el Corto Maltés de Pratt lo considero en líneas generales uno de los mayores bluff de los tebeos. El dibujo estaba hecho con pereza –los pocos originales que he visto dan grima- y unas cuantas historias y frases son copia y pega de películas o relatos no de Pratt. Eso sí, el personaje es un hallazgo y se le puede sacar mucho partido.
Desconozco la edición francesa para compararla con la de Norma. Mira que son dejados en esta editorial. Me fastidia que las pastas no estén plastificadas como lo estaban en el anterior y un dibujillo en las guardas no supone tanto esfuerzo. La introducción de Díaz Canales está muy bien. Te quedas con ganas de más. Se echan de menos los textos enciclopédicos que hubo en las ediciones de Nueva Frontera. El anterior era penoso en este aspecto, algunos bocetos al final en plan “extras” y para de contar.
Recomendabilísimo y muy disfrutable aunque nunca se haya leído nada de Corto Maltés.
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