Lo que hemos comido - Josep Pla

[nosequé]

Éste es un libro de recuerdos, de recuerdos culinarios. Joseph Pla lo escribió en un ejercicio que ambicionaba plasmar sobre el papel las sensaciones palatales que su memoria había atesorado durante toda una vida. La importancia de ese tipo de recuerdo en la vida y en la obra de Pla fue fundamental: en su opinión, la añoranza proviene, a menudo, de una impresión gustativa pasada, inalcanzable, de las huellas que lo que hemos comido ha ido dejando en nuestro paladar. Juntando los diversos apuntes gastronómicos y secretos culinarios que se ofrecen en este libro, podría recomponerse con toda su riqueza de matices una culinaria particular: La vieja cocina familiar del Mediterráneo. Los capítulos de esta obra, en efecto, constituyen una bella, lúcida y original divagación acerca de los elementos que integran la tan celebrada dieta mediterránea, de las salsas de aceite de oliva a la ensaimada mallorquina o los turrones, sin olvidar ningún hito intermedio, ya sea verdura o legumbre, carne o pescado, sopas, guisos o asados: bogavante, bacalao, habas, guisantes, arroces, cocidos, butifarras... Convertida con el paso del tiempo en mera ilusión del espíritu, la cocina auténtica, sin prisa y con amor al prójimo que reclamaba Pla, parece renacer en el presente: la nostalgia del escritor, en palabras de Manuel Vázquez Montalbán, autor del prólogo y la selección de textos, coincide con nuestros deseos y esperanzas. Tenía razón Pla: la memoria culinaria, personal o colectiva, es la más susceptible de pervivir.
Fuente: Casa del libro

[nosequé]

Cada día me gusta comer más , un desastre
Estuve en la exposición de Mediterráneo en Mapfre y en la tienda vi este libro que me causo curiosidad.
De este autor solo he leído otro libro y no me gusto mucho, pero este sí me esta gustando.
Habla de la cocina de su comarca sobre todo, del Ampurdan, y es verdad que el nacionalismo le sale hasta en la cazuela, pero resulta muy agradable la lectura de sus gustos y como va detallando las comidas de Cataluña, la España peninsular y el resto del mundo. Entre olla y olla, mucha ironía y alguna patadita de mula al mundo peninsular nos habla de las alegrías del yantar y en eso si estoy de acuerdo con él, excepto en su gusto por la mantequilla, que para mi es espantoso utilizar esa cosa en vez de nuestro maravilloso aceite de oliva. Se ve que la cocina francesa le tocaba demasiado.
Lo recomiendo, muy curioso.

[Aben Razín]

Gracias por tu recomendación, nosequé

[nosequé]

Un libro curioso, que me ha enseñado algunas recetas del Ampurdan y de los payeses sobre todo, ejemplo: oca con nabos , suena genial y tampoco sabía que la mejorana que yo la conocí hace unos años en las recetas de sopas que tomamos en los montes Tatras y por supuesto me traje unos cuantos sobres que así los vendían, se utilizaba en algunas comidas catalanas como los guisantes.
Sobre el pescado que escribe mucho y bien, pero siempre alguna joyita suelta
El pescado que preparan y cocinan en el norte de la península, en el País Vasco y en Galicia es una cosas muy diferente del cucurucho de pescadito frito que se suele comer en Andalucía. Y ninguno de esos pescados tiene nada que ver, por otra parte con la cocina del Mediterráneo oriental, en realidad muy diferente. Tengo una idea muy vaga de todo esto. He constatado que en el norte peninsular se come mucho y muy bien, en el sur se come poco, en Levante se pueden encontrar a veces cosas excelentes. Hay que hablar de estas cosas, pero sin exclusivismos patrioteros.

Su España la dejo sólo por los bordes, las dos Castillas, Aragón y Extremadura las difumino con esa palabra que tanto le gusta nombrar: Peninsular.
Otra perla de su sarcasmo:
Está claro: la cantidad de personas que hoy queremos comer es enorme, y por tanto, las cosas buenas serán cada día más inalcanzables. Todo se va mediocrizando

Ya había hace muchos años un chiste de un rico que se quejó para que los obreros no comieran percebes, ya que se había subido mucho el precio.

Escribe muy bien, pero el nacionalismo le huele tanto como el pescado pocho.
Un tipo curioso. Ya se murió. ¿Qué escribiría ahora?

[Aben Razín]

Su España la dejo sólo por los bordes, las dos Castillas, Aragón y Extremadura las difumino con esa palabra que tanto le gusta nombrar: Peninsular.
Otra perla de su sarcasmo:
Está claro: la cantidad de personas que hoy queremos comer es enorme, y por tanto, las cosas buenas serán cada día más inalcanzables. Todo se va mediocrizando

Ya había hace muchos años un chiste de un rico que se quejó para que los obreros no comieran percebes, ya que se había subido mucho el precio.

Escribe muy bien, pero el nacionalismo le huele tanto como el pescado pocho.
Un tipo curioso. Ya se murió. ¿Qué escribiría ahora?

Este personaje, tan inalcanzable y poco sociable, no sabemos lo que escribiría ahora, pero es fácil imaginar, teniendo en cuenta su huraña forma de ser,

No obstante, lo poco que he leído de él, desde el punto de vista literario y periodístico, me ha parecido muy bueno,