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Discurso del método, de René Descartes.




Una vez alguien llamó cutre a un libro finito que yo regalé, por el hecho de ser finito. Para muchos, cantidad sigue siendo sinónimo de calidad y también para muchos la fachada es lo que cuenta.

Tendrá unas 80 y pico páginas el discurso como tal, pero hay que ver lo que cambiaron esas páginas el curso del pensamiento y de la ciencia.

“Cogito, ergo sum”, pienso luego existo. Mítica frase, que hoy ya ha perdido el valor que pudo tener allá en el siglo XVII. Es una verdad incuestionable y es el cimiento de una nueva forma de entender la búsqueda de la verdad. Es el rechazo a lo que durante siglos venía imponiéndose (la filosofía aristotélica y la escolástica) para encontrar la verdad.

De eso va el libro, más de lo que expone, lo importante es todo lo que hace para conseguir sacar las conclusiones que nos expone.

Él no dice tener razón, lo que dice es que mediante ese método ha llegado a tales evidencias.

El problema que encuentro principalmente en su planteamiento, es que empieza a cojear en la defensa de la existencia de Dios, aunque pienso que en parte se debe a los problemas que podría tener si tocase según que temas.

En fin, una mente preclara, que dedicó toda su existencia, a descubrir la verdad, su verdad y no en los libros o en el saber habitual, sino dentro de sí mismo. Culto, inteligente, cosmopolita... Descubrió su verdad, una de las verdades más rotundas, escuchando a su alma y para eso, primero desmontó el mundo en el que vivía.

Por otro lado, no he podido dejar de mostrar una tímida sonrisa, al ver como va contando sus avances e imaginármelo como un chiquillo entusiasmado y excitado al ver que podía escuchar lo que su alma tenía que decirle.

Al contrario que en Expediente X, la verdad estaba dentro.

La edición que yo tengo es la de la colección de Alianza. Alianza es una editorial estupendísima, que hace unos libros de bolsillo muy buenos, con prólogos estupendas y cantidad de notas a pie de página. Además es muy barata.

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Editado por moderación.

Título: Discurso del método
Autor: René Descartes
Título original: Discours de la méthode
Año de primera publicación: 1637
Año de esta edición: 1999
Editorial: Espasa
ISBN: 9788467034639
Traducción: Manuel García Morente
Número de páginas: 192
Número de palabras: 26.845

Sinopsis de contraportada:

El cartesianismo hace mucho tiempo que murió. El pensamiento de Descartes, sin embargo, pervive y pervivirá mientras exista como guía de reflexión la libertad de pensar. Este principio constituye la más deliciosa fábula que el hombre pudo inventar, y eso se lo debe a la humanidad, en buena parte, a Descartes y, especialment e, a las dos obras que el lector tiene entre sus manos. Leer a Descartes es uno de los mejores ejercicios para mantener vivo el más importante impulso de la filosofía moderna: una duda previa absoluta, un escepticismo como punto de partida del genuino saber. Con todo, el principal mérito del que pasa por ser el primer racionalista oficial de la historia de la filosofía, ha consistido en su matizada crítica al pensamiento dogmático. Nada, efectivamente, puede ser aceptado en virtud de una autoridad cualquiera. Este héroe del pensamiento moderno, en palabras de Hegel, ha llevado a la filosofía por caminos apenas percibidos anteriormente, atreviéndose, por decirlos en palabras de Dalembert, a enseñar a las buenas cabezas a sacudirse el yugo de la escolástica, de la opinión, de la autoridad; en una palabra, de los prejuicios y de la barbarie y, con esta rebelión cuyos frutos recogemos hoy, ha hecho a la filosofía más esencial quizá que todos los que ésta debe a los ilustres sucesores de Descartes.

Este creo recordar que nos lo leímos para filosofía en una edición de Austral Le subrayé algunos párrafos, pero con el paso de los años no me ha dejado poso.

A mi parecer,la demostración de la existencia de Dios y de el Alma y el capítulo dedicado al funcionamiento del organismo lo encuentro muy desfasado y caduco,en otros tiempos tal vez,pero leído hoy en día no.

Si es tan corto, seguramente me lo leí entero en COU

Raro es que un libro de hace un puñado de siglos no esté desfasado, pero valorado en su justa medida es uno de los más influyentes de la historia de la filosofía, sobre todo porque propuso un método y abrió una vía al conocimiento científico.

fabian escribió:A mi parecer,la demostración de la existencia de Dios y de el Alma y el capítulo dedicado al funcionamiento del organismo lo encuentro muy desfasado y caduco,en otros tiempos tal vez,pero leído hoy en día no.

Eso es lo mismo que yo recalco, pero ten en cuenta la época de Descartes, él ya supuso muchísimo en contra de lo que estaba establecido. Sin él, aún seguiríamos bastante a oscuras.

La defensa de Dios y lo del organismo, dentro de sus limitaciones son más irrelevantes, lo que importa es el método.

Kafka escribió:El problema que encuentro principalmente en su planteamiento, es que empieza a cojear en la defensa de la existencia de Dios, aunque pienso que en parte se debe a los problemas que podría tener si tocase según que temas.

Y no termino de entenderte, ¿vos decís que afirma la existencia de Dios solamente para no contradecir todavía más la filosofía de la época?
No nos olvidemos de que Descartes fue criado entre jesuitas, y conocía muy bien la religión y a la Iglesia.

No, yo no digo que confirme la existencia de Dios para no contradecir más la filosofía de la época. Sino que por una parte, plantear eso le podría acarrear muchos problemas (y creo que en el método ya habla de ciertos problemas que podría tener respecto a otro tema).

Él ha sido educado de una forma, y tiene un guión de pensamiento propio, simplemente la amenaza de lo que podría ocurrirle, no ayuda a que haya una liberación de ese pensamiento.

Que yo no he dicho que Dios no exista, ni nada de eso ¿Eh?

Estoy de acuerdo con lo que decis, kafka.
Pero yo creo que no fue solamente por la cultura que había que afirmó la existencia de Dios. Como dije no hay que olvidar que se crió dentro de una comunidad religiosa, y que negar a Dios chocaba contra la iglesia, pero contra él mismo un poco tambien. Repito, eso creo yo.
No se si me explico bien, él fue criado con una mentalidad cristiana, y puede negar absolutamente todo, menos a Dios. En alguna parte de sí mismo, él era cristiano.
Aparte, el argumento con que afirma su existencia es absolutamente convincente: "yo existo, 'alguien' me tuvo que haber creado: yo no me cree a mi mismo, en ese caso me hubiese hecho perfecto. Tuvo que haber sido un ser superior, llamemos a ese alguien Dios."


Ademas, que niegue todo todo menos a a si mismo y a Dios, no creo que haya sido tan malo para la Iglesia...

Si más o menos yo quiero decir lo mismo.

Pero en realidad el argumento con que afirma la existencia de Dios, es por la idea de perfecto y es ahí donde falla un poco. Que a mí me parece un argumento bueno (para sus tiempos) pero hoy en día a nadie convences así y ya en sus tiempos ese argumento tuvo un montón de críticas.

Y aún así nadie está desmereciendo a Descartes, yo le considero una de las mentes más brillantes y más importantes de la historia del saber.

Ahora te entiendo más, vos te referis a la idea de perfección como argumento de la existencia de Dios y yo hablaba más que nada de que alguien tuvo que habernos creado, y no pudimos haber sido nosotros mismos porque en ese caso nos hubiesemos hecho perfectos; creo que ya lo comenté más arriba.
Y definitivamente tenes razón, hoy ya no convence a nadie, pero coincido con vos en que fue un muy buen argumento para su época; y en que Descartes y su método fueron sumamente polémicos en sus tiempos...
Lindo debate, Kafka!


(y me gusto mucho tu relato del vendedor de rosas, no se por qué decis que no eres escritor... y al fin y al cabo ¿qué es un escritor?)

Un placer caballero, y me alegra que te haya gustado

Escritor es todo aquel que piensa mejor con los dedos que con la lengua, pero no sabe pintar.

Kafka escribió:Un placer caballero, y me alegra que te haya gustado

--> dama!

¿Qué sería de nuestro método científico y nuestra forma de razonar sin este libro?

Probablemente la forma de pensar no hubiera roto "tan pronto" con los corsés que la iglesia imponía con su pensamiento aristotélico-escolástico (como ya se ha mencionado en este hilo).

¿Cuanto debe Newton a los avances de Descartes? Creo que mucho. Probablemente mas de lo que se ha reconocido.

Título: Discurso del método
Autor: René Descartes
Año de primera publicación: 1637
Año de esta edición: 1999
Editorial: Espasa
ISBN: 9788467034639
Traducción: Manuel García Morente
Número de páginas: 192
Número de palabras: 26.845

Sinopsis de contraportada:

El cartesianismo hace mucho tiempo que murió. El pensamiento de Descartes, sin embargo, pervive y pervivirá mientras exista como guía de reflexión la libertad de pensar. Este principio constituye la más deliciosa fábula que el hombre pudo inventar, y eso se lo debe a la humanidad, en buena parte, a Descartes y, especialment e, a las dos obras que el lector tiene entre sus manos. Leer a Descartes es uno de los mejores ejercicios para mantener vivo el más importante impulso de la filosofía moderna: una duda previa absoluta, un escepticismo como punto de partida del genuino saber. Con todo, el principal mérito del que pasa por ser el primer racionalista oficial de la historia de la filosofía, ha consistido en su matizada crítica al pensamiento dogmático. Nada, efectivamente, puede ser aceptado en virtud de una autoridad cualquiera. Este héroe del pensamiento moderno, en palabras de Hegel, ha llevado a la filosofía por caminos apenas percibidos anteriormente, atreviéndose, por decirlos en palabras de Dalembert, a enseñar a las buenas cabezas a sacudirse el yugo de la escolástica, de la opinión, de la autoridad; en una palabra, de los prejuicios y de la barbarie y, con esta rebelión cuyos frutos recogemos hoy, ha hecho a la filosofía más esencial quizá que todos los que ésta debe a los ilustres sucesores de Descartes.

Lo lei en la adolescencia como lectura obligatoria del instituto, más o menos recuerdo lo de "Pienso, luego existo" pero poco más, es de esos libros que seguramente requieren una relectura ya en la madurez para apreciarlo bien.