Lo de Gutiérrez Mellado lo vimos bien: se levantó en cuanto aparecieron los golpistas y aguantó el chaparrón ante ellos. Conste que no le quito mérito, y reconozco que el tío le echó un par, lo que pasa es que no creo que fuera indigna la actitud del resto. Además me da miedo que se termine mitificando, y lleguemos a imaginar la escena como si esos tres personajes se hubieran mantenido erguidos en medio de una nube de balas en plan peliculero. No les quito el mérito que tienen, pero creo conviene evitar parte de ese carácter mítico a la escena. (En general los mitos, analizados fríamente, se demuestran demasiado humanos.)Hiro escribió:Precisamente porque lo sensato era tirarse al suelo, tiene más mérito la actitud contraria. Carrillo según todas las crónicas permaneció sentado en el escaño. Él explicó que pensó que lo iban a matar de todas formas y por eso se quedó así. En cuanto a Gutiérrez Mellado, Teniente General, supongo que no estaba dispuesto a acatar las órdenes de un Teniente Coronel ni aún bajo amenazas.
De todas formas lo que quería cuestionar era sólo la visión que da Cercas y su uso de esa escena. También debió de ser más humana aquella escena del fusilamiento que describía en Soldados de Salamina. No debió de tener el halo mítico que quiso darle. No sé, pero tengo la sospecha de que al mirar estos episodios con su lupa literaria lo que hace, lejos de revelar su verdad, es distorsionarla. Al mitificar un episodio se puede llegar a descubrir una verdad más profunda, pero también nos podemos alejar de su verdad humana, de la realidad de los hechos, e incluso de esa propia verdad profunda que persigue en este caso el escritor.
Espero que al menos opte en el libro por indagar en otras verdades que han quedado ocultas u olvidadas, como la de la trama civil, o la de los guardias que asaltaron el congreso -la maldita obediencia debida- y se fueron de rositas.
En fin, criticón que es uno...