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Lo empecé anoche. Tenía ganas de alternar mis habituales lecturas con algo radilcamente distinto y como lo tenía en la pila hace la pila de tiempo...
A ver lo que resulta. Espero no dejarme influenciar demasiado por las opiniones de Cercas porque, respecto del 23-F, cada uno tiene las suyas propias, y además no dejan de ser opiniones también, más que nada también por lo que he leído en comentarios anteriores de no esperar demasiado del escritor.
Y yo habría jurado sobre todas las cosas que lo estaba viendo en directo con mi madre, es más, cuántas veces (cuando se conmemora el aniversario, es decir, todos los años ) hemos comentado: "pues estábamos ahí sentadas y yo estaba haciendo tal y cual y de repente aparece Tejero pistola en mano..."
Vamos, es que hasta me veo sentadica mirando la tele y todo
En cuanto al gesto de no esconderse que tuvieron los tres protagonistas, yo diría que Gutiérrez Mellado lo hizo "por cojones", a él le iba a mandar un teniente-coronelillo de nada, Suárez por imitación del anterior y, probablemente, el más sincero (por llamarlo de alguna manera) fue Carrillo que tuvo un amago de esconderse y luego se sentó (es lo que recuerdo yo al menos), además tengo simpatía por Carrillo, así que esta es mi opinión absolutamente parcial. Y los demás diputados presentes en la sala hicieron lo que hubiéramos hecho todo el mundo, sobre todo los que ya habían pasado por las cárceles franquistas y tenían cierta experiencia en la materia, obedecer.
A mí me gustó mucho, me pareció muy interesante, y seguramente se acerca bastante a lo que sucedió, desde luego lo que más cuenta es la figura de Suárez, que para mí es uno de esos misterios, cómo pasó de ser Presidente del Gobierno y cabeza de un partido con mayoría a salir del partido fundar uno propio y acabar teniendo dos diputados, y la UCD tan solo 12 diputados, recuerdo una viñeta de El jueves en la que se veía a dos personas comentando al lado de una puerta y ponía Congreso de UCD, y de ella salían sapos y culebras de las discusiones que habría dentro, y uno de los personajes le dice a otro, Menudos son estos de la UCD son 12 tíos y están divididos en 17 tendencias...
En fin, el libro no trata solo del golpe sino de los tres protagonistas que ha elegido: Suárez, Carrillo y Gutiérrez Mellado y su protagonismo en la Transición, y además de los golpistas, Armada sobre todo.
Gracias, Arden. Pues sí, por ahora me está gustando mucho. Voy por la parte dedicada a Gutiérrez Mellado ("Un golpista frente al golpe"). La verdad es que es una época políticamente apasionante (aunque desde luego no para añorarla, con tanta inestabilidad de la democracia y tanto terrorismo). Pero, con mi mentalidad de adulto de ahora, pienso que me habría gustado seguirla de cerca en su momento a través de la prensa y demás. Sin embargo, yo era un niño-adolescente en aquel entonces y me quedé en la superficie de la noticia, en lo espectacular de las imágenes televisivas.
Respecto a lo que comentas de Suárez y la UCD, de su vertiginoso proceso de ascenso y descenso, creo que la explicación la resume muy bien la frase que le soltó Alfonso Guerra (con esa lengua siempre tan inteligente y afilada) a Adolfo Suárez en el Congreso de los Diputados: "su problema, Sr. Suárez, es que la mitad de los diputados de UCD se entusiasma cuando oyen hablar a Felipe González y la otra mitad se entusiasma cuando habla Manuel Fraga". Creo que esta es la clave, las opciones políticas que no se sustentan en una ideología, sino en apaños, intereses o coyunturas históricas, tienen un recorrido efímero.
La verdad es que me ha gustado mucho. Repasando los mensajes previos de este hilo, me doy cuenta de que son bastantes los lectores que abordan un libro como éste con espíritu crítico-histórico. Supongo que es lo lógico, aunque no es mi caso. Casi todo lo que leo es ficción, y sólo una o dos veces al año me da por elegir una lectura de no ficción (el año pasado fue El factor humano de John Carlin, y este año le ha tocado a Cercas). Y el hecho de no leer habitualmente este tipo de libros me deja sin referencias comparativas, de modo que tiendo de forma natural a ser benévolo. Sólo le pido al libro que me entretenga, que esté bien escrito, que me despierte curiosidad, que tenga cierta calidad literaria... Y todo esto lo cumple sobradamente Anatomía de un instante (por cierto, me gusta el título).
Yo no había leído antes ningún libro sobre el 23F. Por razones obvias de edad, tampoco estudié en el colegio (ni después) esa Historia de España tan Contemporánea. Así que he aprendido mucho, pero mucho. Ha sido una gozada ir conectando y entendiendo, con ayuda de Cercas, imágenes sueltas de la TV de mi infancia (no sólo el Tejarazo, también por ejemplo la cara compungida de Arias Navarro con su "Franco ha muerto", o Suárez dimitiendo...). Y me he enterado de otros muchos detalles de los que no tenía ni idea, como por ejemplo que Jesús Gil estuvo en la cárcel por una tragedia ocurrida en un restaurante suyo, o que el padre del periodista Luis Herrero fue el mentor de Suárez y murió poco antes que Franco en accidente de coche, o quiénes eran los otros componentes de la terna presidencial junto a Suárez (Federico Silva y Gregorio López Bravo)... En fin, infinidad de detalles y anécdotas que me han resultado interesantes y que me han llevado a visionar muchos vídeos en Internet: Torcuato Fernández Miranda informando sobre el asesinato de Carrero Blanco, el Rey parando el Golpe, Suárez dimitiendo, el propio Golpe, los vídeos electorales del año 77...
Como podéis imaginar, ante esta avalancha de informaciones, la mayoría nueva para mí, no me preocupa demasiado si la versión de Cercas sobre el Golpe se ajusta poco o mucho a la verdad histórica. Lo que sí es cierto es que se nota que quien escribe no es un historiador ni es un periodista, sino un novelista. Y se nota por cómo se detiene y se regodea en toda imagen que tenga cierto valor o belleza literaria; le encantan las simetrías, los juegos, las figuras... El caso más notorio es el partido que le saca al propio gesto protagonista del libro (los tres que no se echaron al suelo), pero hay más ejemplos, como su teoría de que el golpe de Tejero iba dirigido contra Carrillo, el de Milans contra Gutiérrez-Mellado, y el de Armada contra Suárez. La realidad suele ser bastante más compleja, pero este tipo de esquemas y juegos la embellecen, la hacen más literaria, y por ello me parecen adecuados cuando un novelista incursiona en el campo de la no ficción.
Yo estoy ahora mismo por la mitad y me esta gustando mucho. Es cierto como decís que repite mucho algunas cosas, pero lo contrarresta por lo bien escrito que esta.
JimLovell escribió:Yo estoy ahora mismo por la mitad y me esta gustando mucho. Es cierto como decís que repite mucho algunas cosas, pero lo contrarresta por lo bien escrito que esta.
Pues yo soy Historiador y conocía toda esta historia bien y me ha gustado, lo cuenta de una manera muy amena y me gusta sobre todo el cariz humano que le da al 23-F y sus protagonistas. Quizás cuando describe sus posibles sentimientos se equivoque de punta a punta, pero suena bastante verosimil.
El Rey sabía que se iba a producir el golpe del 23-F, según unas supuestas memorias de Fernández Campo
El entonces secretario general de la Casa del Rey pidió aquella tarde a Juan Carlos que no brindase con champán, según asegura el senador Anasagasti en su blog
El relato desvelado por el parlamentario del PNV desmiente absolutamente la versión oficial de lo que sucedió en la Zarzuela durante la intentona involucionista
Viernes, 22 de febrero del 2013 - 22:19h. Votos:+17-6Comentarios(32)
ANDREU FARRÀS / Barcelona
Juan Carlos I conocía con antelación que se iba a producir un golpe de Estado el 23 de febrero de 1981 y, a los pocos minutos de conocerse el asalto al Congreso de los Diputados, llegó a brindar con champán junto a sus familiares, según unas supuestas memorias de Sabino Fernández Campo, entonces secretario general de la Casa del Rey, reproducidas ayer en su blog por el senador del PNV Iñaki Anasagasti.
El teniente coronel Antonio Tejero, pistola en mano, en la tribuna del Congreso durante la intentona del 23 de febrero de 1981. ARCHIVO
Según estos 'recuerdos' de Fernández Campo, desvelados ahora por el parlamentario vasco, fue el secretario general de la Casa del Rey quien aconsejó al Monarca que debía condenar con rotundidad e intentar desarticular la intentona que encabezaron Alfonso Armada, Jaime Milans del Bosch y Antonio Tejero Molina, porque, de lo contrario, la Monarquía volvería a desaparecer de España.
Siempre según este relato, que contradiría absolutamente la versión conocida hasta ahora de lo sucedido aquel día en el palacio de la Zarzuela, Fernández Campo casi llegó a gritar a Juan Carlos para que se diera cuenta de la gravedad de la situación: "¡Señor!... ¿Está usted loco? Estamos al borde del precipicio y usted brindando con champán ¡Señor!, ¿no se da cuenta de que la Monarquía está en peligro? ¿No se da cuenta que puede ser el final de su reinado? ¡¡¡Recuerde lo que le pasó a su abuelo!!!"
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) hemos comentado: "pues estábamos ahí sentadas y yo estaba haciendo tal y cual y de repente aparece Tejero pistola en mano..." 
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