Capítulo Final.
Y antes de exponer un comentario global de este ensayo, quisiera hacer hincapie en tres aspectos que ha desgranado el autor en los capítulos anteriores:
- En primer lugar, un inexplicable error de fechas en las muertes de Antonio Machado que data el día 20 de febrero, cuando fue el 22, y de su madre, Ana Ruiz, que siendo el 25, la pone el día 22
Hay una baile de cifras y fechas que convendría revisar.
Asímismo, salva de una quema histórica inexistente a Manuel Machado, su hermano, llevándolo a un viaje a Collioure a los pocos días de la muerte de Antonio (¡¡¡) y participe en una entrevista exculpatoria con su hermano José. Es evidente, la estima que tiene por Manuel Machado para exponer un laudo que evite a este poeta de la crítica que la Historia le ha enviado.
- En segundo lugar, arremete nuevamente contra Rafael Alberti a la hora de exponer y describir el amargo éxodo de Miguel Hernández durante esa época, obviando una contrastada invitación personal de Pablo Neruda, como embajador de Chile en Madrid que era, para salvar la persona del poeta alicantino.
- Y, para terminar, en el
Capítulo Final, denosta de forma parcial la figura de Azaña, tanto la vertiente política como la literaria, salvando afortunadamente sus
Memorias y quemando sus
Diarios.
Creo que hay aspectos de este ensayo en donde cabe una imparcialidad que no se exprese, si bien tiene todo el derecho, conviene que el autor aclare cuál es el objetivo del ensayo: Historia de la Literatura durante la Guerra Civil, Análsis políticos de figuras relacionadas con la Guerra Civil o Estudio moral de ciertos personajes que pulularon por las tierras de España
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