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David Hamilton es un fotógrafo británico que se caracterizó fundamentalmente por dos cosas: por el "flou" o "desenfoque" con el que velaba muchas de sus fotógrafías, dándoles un tono romántico (algunos diríamos empalagoso) y por fotografíar fundamentalmente desnudos de modelos adolescentes. Muchas de sus fotos rozan el límite de lo legal, hasta el punto de que su libro La edad de la inocencia, que recopilaba una amplia cantidad de desnudos de jovencitas en esa edad en la que todavía existe, tuvo grandes problemas en Estados Unidos, con acusaciones de pornografía infantil.
Independientemente de todo eso, Hamilton es un excelente fotógrafo capaz de realizar fotografías tan hermosas como estas, sin duda ideales para más de un avatar, dada su belleza y su innegable calidad artística:

http://byfiles.storage.msn.com/y1pT1yVh ... NER=WRITER

Es realmente bella.

Más fotos de este autor, sacadas de su polémico libro La edad de la inocencia.

http://bp1.blogger.com/_co-kizoK9Fk/R7x ... milton.jpg

http://bp2.blogger.com/_co-kizoK9Fk/R7x ... lton01.jpg

La primera de ellas es fantástica.

Son muy bonitas.
Ha creado un estilo muy marcado (hamiltoniano) de lo que parecen fotos lavadas.

Todas lo son, desde mi punto de vista, Mil. Incluso las más escabrosas (la última que he puesto se aproxima a su tono más procaz) son técnicamente impecables. El gran problema que plantea este autor es la edad de sus modelos, que raramente alcanzan la mayoría de edad y suelen andar sobre los 13 ó 14 años. Para él la belleza se encuentra en esa edad en la que la sexualidad empieza a despertarse, pero todavía es virginal.

Yo es que de técnica no entiendo nada, Gabo. Sólo me guío por lo que me transmiten
La última no me gusta por la posición de la mano en los labios, le da, o le intenta dar, un tono demasiado infantil, excesivo para mi gusto.
Entiendo el problema que tiene que suponer para cierto tipo de morales, lo de la edad de la modelos.

No creo que el problema sea sólo la edad de las modelos, si no lo que el autor quiere sugerir. Es provocador y, como todo provocador, siempre hay quien encuentre su trabajo controvertido.
A mí me encantan sus fotos, pero reconozco que algunas en las que las insinuaciones de prostitución, de inicio a la sexualidad o, simplemente, de autorretratos suyos junto a algunas de esas niñas desnudas, me resultan un tanto violentas, algo que sin duda pretende el autor. A pesar de eso, le reconozco su talento artístico.