La boda de Alfonso XIII (ENC 4)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

En este foro se hablará de novelas históricas.

Moderador: ciro

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RAOUL
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La boda de Alfonso XIII (ENC 4)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

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Re: La boda de Alfonso XIII (ENC 4)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

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Bueno, parece que en esta novela los autores optan por narrar los hechos de 14 días. Desde el 20 de mayo hasta el 2 de junio de 2016. Es decir, desde el día en que Mateo Morral toma el tren Barcelona para dirigirse a Madrid hasta el día en que se produce el desenlace final y cierra los ojos para no abrirlos jamás.

La subdivisión en capítulos se sustituye por una subdivisión cronólogica diaria, pues Hay un continuo movimiento en los dos iniciales. En el primero el largo viaje en el ferrocarril. En el segundo, el traslado de Morral en coche desde la estación de Atocha hasta el hotel Iberia en la calle del Arenal (por cierto, está muy pero que muy bien ese recorrido urbano, con el fantasma de Pío Baroja en un puesto de libros incluido)

Hasta el momento Mateo Morral se presenta como un ser movido por una especie de júbilo-rencor revolucionario, la imagen de las páginas del Libro de la Historia en banco en las que él viene a imprimir su nombre, el amor contrariado de Soledad Villafranca y la blenorragia. Y no es menor el dolor físico que le proporciona la enfermedad venérea que arrastra y que, andando los días, hasta parece que tendrá decisivas consecuencias en la ejecución del acto terrorista.
Cerró los ojos para concentrarse. Pensar fríamente. Salir de sí mismo y contemplarse de manera objetiva. Ahí estaba, prendado de una maestrilla insignificante, que le había desdeñado pro otro. Ahí estaba, dolorido y manchado por una sucia enfermedad inconfesable. Y estaba también con su terrible decisión. Ya no el parecía grande ni heroica. Un asesino vulgar, un miserable.
Volvió a sumergirse, insensiblemente, dentro de sí, a caer en la trampa subjetiva. ¡Quién sabe! Quizás pudiera servir a otros. El día de mañana, si alguna vez acababa la implacable tiranía de los poderosos, si los hombres llegaban a ser mejores, más justa la sociedad. ¡Quién sabe! Puede que algún día, él, Mateo Morral, él...
Mateo Morral usa unas maneras de dandy en la capital que encantan a hoteleros, mozos de equipaje y huéspedes. Y es estupendo, por ejemplo, el pasaje en la barbería. De momento ya se ha hecho con una habitación en la casa de la calle Mayor por donde pasará la comitiva regia.

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Re: La boda de Alfonso XIII (ENC 4)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

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Y llegamos al domingo, 27 de mayo de 1906.

La arquitectura de la novela es diferente a la anterior de la serie. "El final del una regencia" mezcla el archivo histórico-sentimental con una pléyade de personajes que a veces se sirve en una galería museística que recuerda a aquel antiguo programa de la televisión pública: "Comentar un cuadro". "La boda de Alfonso XIII" es más decidida y claramente novela y se preocupa de integrar el trabajo de documentación e investigación en una narración de ficción elaborada. Parece como si los autores se cansaran de críticas pasadas y quisieran demostrar que pueden hacerlo de otra manera.

Tenemos unas cien primeras páginas que nos hacen pensar que Morral va a ser protagonista absoluto y omnipotente. Y en un determinado momento resulta que no y empiezan a aparecer y a proceder personajes de novelas precedentes: con certeza Esteban Pedrell, hijo del cochero de los Aymerich, que estuvo en "Héroes de Cuba", y muy probablemente también el desastrado y sablista Acosta, que quizás ya salió en "Héroes de Filipinas". Ahí surgen líneas de estructura nuevas y nuevas posibilidades: un reflejo de la bohemia madrileña (que encarna este deshilachado y dipsómano Acosta), los entresijos del funcionariado (Félix Martínez), los veteranos de guerra (Pedrell y Madriles). También los escenarios se enriquecen: calles, parques, cafés, hoteles, casas de huéspedes (sobre todo casas de huéspedes, con su cocidito, su criada erotizante -el sexo, la pulsión sexual vuelve a estar muy presente-, sus viajantes y estudiantes que discuten a gritos de política, fútbol y toros...). Y al fondo o al trasluz, figuras que se asoman levemente: Julio Camba, Mariano de Cavia, Emilia Pardo Bazán, Valle-Inclán... A mi juicio, los autores demuestran un buen manejo del diálogo. Por lo demás, saben unir con suavidad y acierto lo que es la información sobre el momento histórico y los acontecimientos que vive o se dispone a vivir Madrid : la visita del rey a los Jerónimos para supervisar los preparativos de la boda, la llegada de Victoria Eugenia a la capital, las exposiciones que ce celebran, las calles que se engalanan... El conjunto resulta ameno.

Con su punto de atrevimiento novelesco. Por ejemplo, ofrecen una respuesta propia al curioso incidente del 26 de mayo. Ese día un ciudadano vio a dos individuos haciendo una inscripción a navaja en un árbol del Retiro. Al día siguiente comprobó lo qué habían puesto y después del atentado lo recordó y comunicó la circunstancia a la policía. Al parecer, reconoció a Mateo Morral como uno de los dos individuos. Esta historia apreció publicada en el ABC el 15 de junio (véanse, si se tiene curiosidad, las páginas 9 y 10). Esta es la fotografía de la inscripción:

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Me parece dudoso que Mateo Morral fuera el responsable o corresponsable de la calavera y el mensajito. Pero evidentemente los autores no podían dejar de recoger el episodio.
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RAOUL
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Re: La boda de Alfonso XIII (ENC 4)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

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Bueno, pues se acabó ya, los reyes se casaron, el ramo de flores fue arrojado con orquitis o sin ella y mucha gente acabó sus días...
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Y a las víctimas se les levantó un monumento en recuerdo. Es verdad que el monumento fue desmantelado durante la Guerra y que a la calle Mayor se le puso el nombre de Mateo Morral. Detalles de la Historia

Los diversos hilos argumentales de la novela se van cerrando para hacer su último saludo desde el escenario. No me ha terminado de resultar satisfactorio el de Acosta. El de Pedrell ha unido la historia de un amor secreto y trágico, culebreante y casi maldito, con otro amor fieramente humano, carnal y con su algo y aun algos de salvaje. Por cierto que ha asomado, en segundo plano casi, la figura muy atractiva de Roser, incipiente feminista. La de Berzances no la he entendido y la veo innecesaria.

El 31 de mayo se ha mostrado en técnica zigzagueante, llevándonos de un lado a otro de Madrid. Pero vive Dios que nO se han dejado de enumerar las carrozas del cortejo, y haciendo gala del sistema de la novela precedente se han insertado documentos históricos como el tratado matrimonial.

El último tramo de la novela, ya dedicado a la huida de Morral y su acabamiento, parece entresacado de los legajos de un sumario. Aséptico, demasiado aséptico y notarial. La muerte de Morral sigue la versión oficial aunque hoy, desde luego, la vista de su cadáver y del tiro que recibió en el pecho suscuta debate sobre lo que pasó verdaderamente.
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