tito plauto escribió:Lo hay y Remarque lo recalca la camaraderia.
Cierto Tito, pero con matices. Es más valiosa la amistad de por sí. La camaradería militar tiene un componente de compadreo que -para mí- es discutible.
Ya lo he terminado. Esperaba más. Lo encuentro algo desfasado. Se entiende que en su día fuera novedoso, pero la actitud crítica hacia la guerra hoy está bastante asumida. Por desgracia, también estamos curtidos en cuanto a la descripción de penalidades.
Como en “Kaputt” o en “La legión de los condenados”, se entiende que es una obra de ficción. Aunque es fácil deducir que el autor ha vivido algunas de las situaciones. No escribe de oídas, y eso se agradece en este tipo de obras.
Los capítulos están bien organizados por temas: el permiso, el hospital, la excursión nocturna para el desahogo previo baño, etc. En los últimos capítulos me da la impresión de que hay algunas historias prescindibles, como la del campesino que coge la rama de cerezo y deserta.
Entre tantas barbaridades del campo de batalla y aledaños, hay detalles muy sutiles. Al principio del libro se menciona que pasa una mariposa, creo que amarilla. Aquello te cuadra cuando, durante el permiso, se describe la caja de cristal con las mariposas que el protagonista coleccionaba en su infancia. Tengo recuerdos aislados de la versión cinematográfica, y me había quedado con la escena final:
, con su mano junto a una mariposa. Pensaba que el final del texto era el mismo, y resulta que no. No se menciona la mariposa. Es un detalle muy bueno en la película y recoge –supongo que intencionadamente- el de la novela. Creo que hasta redondea el final. Remarque parece vagamente intuitivo por aquello de que muchos niños, cuando piensan que van a morir, dibujan mariposas. Los soldados del libro han dejado la infancia de golpe y se enfrentan a su final.
Llama la atención cuando los soldados vuelven de permiso a sus casas, y se llevan hasta el fusil. También lo del pan hecho con serrín, que siempre he pensado que era una leyenda urbana y por lo que se ve, puede hacerse.
Además de la humillación general que supuso la Gran Guerra, el tema general de la novela es la pérdida de la inocencia, y de paso la de todo el futuro. El protagonista nunca se cree que va a reintegrarse a su antiguo mundo, en el que además, previsiblemente, faltará su madre. Eso encima.
Hay un pensamiento de perogrullo, pero que en su día debió ser profético para Alemania antes de la siguiente guerra: “No nos han vencido ya que, como soldados somos mejores y más expertos que ellos; simplemente nos han aplastado, machacado con su enorme superioridad numérica”