Acabada la trilogía. Coincido bastante con danicg, especialmente en lo que no me ha gustado.
Posteguillo es un genio del entretenimiento, dado que escribe mil y pico páginas y te mantiene entretenido. Esta tercera novela es más ambiciosa, al abarcar ambientes más diversos, lo que en principio sería mucho más atractivo y de agradecer. Sin embargo, bajo mi punto de vista pierde algo de la frescura, que, por ejemplo, tiene la primera novela de la serie.
Los finales empalagosos tampoco me han gustado |
. Hay alguna "adaptación" histórica (por ejemplo,
parece ser que Attilio ya era prefecto del pretorio con Trajano |
) y luego alguna justificación argumental muy forzada (
la misión a China es estúpida. ¿Cuál era el objetivo concreto? |
).
Luego hacer de Lusio Quieto el posible heredero de Trajano elegido por él es, cuando menos, muy discutible. Se justifica diciendo que ya Trajano era un no itálico. Bien, pero Trajano era un romano, nacido en Hispania, digamos que casualmente. Lusio Quieto, de quien se ha especulado hasta que fuera de raza negra (probablemente era bereber y no negro), era de raza no romana y solo su padre había obtenido la ciudadanía romana por sus servicios. No hay duda de que fue un general de caballería muy bueno, pero su poder político era muy limitado. Yo creo que era practicamente imposible que pudiera llegar a ser emperador en esa época. El hecho de que Adriano lo eliminase se debía a su poder militar, no político. De no querer Trajano que su sobrino-nieto, Adriano, le sucediera, el sucesor lógico era Nigrino, sin duda |
. En este sentido es mucho más riguroso históricamente Jesús Pardo en su novela "Yo, Trajano" que Posteguillo, aunque menos entretenido.
Resumiendo: Posteguillo hace que te tragues la Historia de Roma a traguitos dulces y agradables, como un jerez o un oporto. Quizá no sea el mejor vino, pero es el que mejor sabe y le gusta a todo el mundo.