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Esto me sucedió...
Moderador: Ashling
Por la tarde llego a casa cansada, mi gran placer es fuera zapatos, fuera ropa ajustada.
Es mi ritual de cada dia, todo esto lo acompaño tomando un café mientras observo por mi ventana, desde ahí puedo verte salir por el portal...es agradable esta escena, la verdad es que no se muy bien cómo definirla, porque ¿qué es este sentimiento? felicidad, inquietud, miedo....no se.....lo cierto es que me gustaría abrir mi ventana y llamarte por tu nombre, pero no lo hago, me quedo quieta tras los visillos.
Así transcurre el resto de mi dia, observando y temiendo que descubras que estoy aquí...
Es mi ritual de cada dia, todo esto lo acompaño tomando un café mientras observo por mi ventana, desde ahí puedo verte salir por el portal...es agradable esta escena, la verdad es que no se muy bien cómo definirla, porque ¿qué es este sentimiento? felicidad, inquietud, miedo....no se.....lo cierto es que me gustaría abrir mi ventana y llamarte por tu nombre, pero no lo hago, me quedo quieta tras los visillos.
Así transcurre el resto de mi dia, observando y temiendo que descubras que estoy aquí...
Día libre, día perdido, como preveía. No puedo ir a la librería una vez al mes y pretender que Paco me despache con un simple “hola, ¡cuánto tiempo!, ¿qué vienes buscando hoy?”.
Él sigue pensando que necesito hablar, y yo sigo viéndome obligado a ello. Sus “terapias” duran horas e incluyen comida, café y visita a algún “lugar emblemático”. Todo el día con él.
Por supuesto el autobús habrá llegado puntual y yo no estaba allí. Si seré idiota que lo primero en lo he pensado es en el chucho que se habrá quedado sin salir… Luego, parado sin aliento delante de su ventana, sólo he acertado a intuir una leve sombra tras el visillo. Ella. Su recuerdo. ¿Hay diferencia?
Mañana he de coger el avión que me alejará de todo lo que necesito durante tres días. Creo que una persona puede estar tres días máximo sin beber, espero acordarme de hacerlo.
Sólo quería llevarme su recuerdo fresco en mi retina. Tres días. He de dejar al canario suficiente agua, avisar a la vecina de que no pasaré a por su perro, y soldar la cancela del patio para que ella no salga de casa y me espere quieta, eterna, durmiente, en su ventana.
Él sigue pensando que necesito hablar, y yo sigo viéndome obligado a ello. Sus “terapias” duran horas e incluyen comida, café y visita a algún “lugar emblemático”. Todo el día con él.
Por supuesto el autobús habrá llegado puntual y yo no estaba allí. Si seré idiota que lo primero en lo he pensado es en el chucho que se habrá quedado sin salir… Luego, parado sin aliento delante de su ventana, sólo he acertado a intuir una leve sombra tras el visillo. Ella. Su recuerdo. ¿Hay diferencia?
Mañana he de coger el avión que me alejará de todo lo que necesito durante tres días. Creo que una persona puede estar tres días máximo sin beber, espero acordarme de hacerlo.
Sólo quería llevarme su recuerdo fresco en mi retina. Tres días. He de dejar al canario suficiente agua, avisar a la vecina de que no pasaré a por su perro, y soldar la cancela del patio para que ella no salga de casa y me espere quieta, eterna, durmiente, en su ventana.
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LOSTintheFOG
- Foroadicto
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- Registrado: 24 Abr 2007 12:22
Slavko Kowalski chasqueó la lengua mientras volvía a ocultar la mirilla de la pared. Cogió un vaso sucio de la mesa de su caótico salón y se sirvió tres dedos de vodka. El plan se estaba complicando. Encendió un Marlboro, y se acercó a la ventana. Lo vió salir, con su traje impecable, llevando la correa del perro de la vieja con la mano derecha, mientras sostenía el móvil pegado a su oreja con la izquierda. Se cruzó en el portal con la vecinita cachonda que siempr le sonreía cuando se la encontraba en el ascensor. Putilla, balbuceó.
El sabor del vodka al atravesar su garganta reseca le trajo recuerdos de la trinchera. Dejó el vaso en la estantería, tensó los musculos de la espalda, los tatuajes chetniks parecieron tomar vida. No se saldría del plan, sólo habría que modificarlo un poco.
Slavko era miembro de una banda de asaltantes profesionales. Todos ellos eslavos ex-combatientes de la guerra de los balcanes. Todos habían pertenecido a grupos paramilitares. Habia serbios, croatas, albano-kosovares, ahora daba igual, todos habían matado, todos habían violado, todos estaban solos. La guerra terminó y el destino los reunió. Estaba escrito. Formaron un grupo armado, recorrieron media Europa y llegaron a España. Aquí se establecieron, los golpes eran fáciles y las fuerzas de seguridad no estaban preparadas. Las víctimas se quedaban paralizadas ante su despliegue de violencia. Eran letales, sanguinarios y sin remordimientos. Tras los golpes se dispersaban, desaparecían durante una temporada, una llamada en clave servía para la reunión, para volver a actuar. Era su modus operandi. No mantenían ningún contacto extraprofesional, no establecían lazos, si uno caía, caía solo.
Slavko estaba en ese lapsus entre golpe y golpe, cuando surgió la oportunidad. Alquiló un piso con uno de sus alias, se instaló. Tomaba sus precauciones, pero ya no se ocultaba. Al principio no le gustaba levantar sospechas, intentaba pasar desapercibido, ahora que llevaba tiempo en el país, intentaba llevar una vida normal. Su vecina de al lado resultó ser una viejecita que vivía con un perro. La curiosidad le llevó a visitarla poniendo por excusa un problema con su calentador. La vieja confiada y deseosa de compañía humana, le invitó amablemente a pasar. El chucho se le acercó a olisquearle, parecía amistoso. Recorrió el piso analizando escrupulosamente su contenido, la vieja se recostó en su mecedora y comenzó a hablar, Slavko no le prestó la menor atención, buscaba botín, fue fácil. Las joyas en el joyero, sin esconder, plata, a su oido llegó algo acerca de la muerte de un marido....un bote de vidrio con monedas en la cocina...un accidente de tráfico... ropa de hombre perfectamente empacada en el armario....una hija muerta...dinero en efectivo... me siento tan sola...libreta de ahorro...¿le apetece tomar un café?...talonario de cheques...¿es usted extranjero?....la pared contigüa a su piso empapelada con motivos florales, perfecto para abrir una mirilla...mi Boby es mi única compañía... fácil, muy fácil. Slavko se escabulló ante la mirade lastimosa de la vieja. Estaba decidido, una vieja solitaria y un montón de pasta, imperdonable dejar escapar una oportunidad así.
Los pensamientos le dirigieron al sofá. Se desplomó sobre él, recogió una revista Comando al azar de las que tenía desparramadas por el suelo, la hojeó rápidamente. Se sentía excitado, algo se había torcido, pero no parecía importunarle. Se sentó, miro a su alrededor, el piso estaba tan vacío como su corazón, platos sucios, una vieja radio, botellas de vodka, colillas, su vista se detuvo en la estantería. El vecino metomentodo había entrado definitivamente en escena, ya era el tercer día que visitaba a la puta vieja para pasearle el perro, había establecido contacto. Agilmente se puso en pie y se dirigió hacia ella. Dio un cuidadoso golpe al fondo de la misma, se oyó un ligero click. Extrajo el panel e introdujo su enorme mano. Sacó un maletin metálico de seguridad, volvió al sofa. De un manotazo despejó la mesa. Su mirada fría y ausente habría congelado un lago. Ya lo había decidido, el riesgo no le importaba, no era cuestión de supervivencia, no era cuestión de dinero, la vieja, la plata, el perro, la policía, ya todo le daba igual. Puso su dedo índice en un lector de huellas, una luz verde confirmaba su apertura, con delicadeza saco una pistola Glock semiautomática de 9mm, la desmontó y comenzó a limpiarla. Limpiar sus armas le ayudaba a concentrarse. Se lo cargaría a él también, por entrometido. Empezaría a seguirle, a estudiar su vida, le pegaré un tiro. ¡No!. quizás lo apuñale. Volvió a montar el arma, comprobó el peine, la amartilló y apuntó a la mirilla que había horadado en la pared. Una tétrica sonrisa se dibujó en su rostro.
El sabor del vodka al atravesar su garganta reseca le trajo recuerdos de la trinchera. Dejó el vaso en la estantería, tensó los musculos de la espalda, los tatuajes chetniks parecieron tomar vida. No se saldría del plan, sólo habría que modificarlo un poco.
Slavko era miembro de una banda de asaltantes profesionales. Todos ellos eslavos ex-combatientes de la guerra de los balcanes. Todos habían pertenecido a grupos paramilitares. Habia serbios, croatas, albano-kosovares, ahora daba igual, todos habían matado, todos habían violado, todos estaban solos. La guerra terminó y el destino los reunió. Estaba escrito. Formaron un grupo armado, recorrieron media Europa y llegaron a España. Aquí se establecieron, los golpes eran fáciles y las fuerzas de seguridad no estaban preparadas. Las víctimas se quedaban paralizadas ante su despliegue de violencia. Eran letales, sanguinarios y sin remordimientos. Tras los golpes se dispersaban, desaparecían durante una temporada, una llamada en clave servía para la reunión, para volver a actuar. Era su modus operandi. No mantenían ningún contacto extraprofesional, no establecían lazos, si uno caía, caía solo.
Slavko estaba en ese lapsus entre golpe y golpe, cuando surgió la oportunidad. Alquiló un piso con uno de sus alias, se instaló. Tomaba sus precauciones, pero ya no se ocultaba. Al principio no le gustaba levantar sospechas, intentaba pasar desapercibido, ahora que llevaba tiempo en el país, intentaba llevar una vida normal. Su vecina de al lado resultó ser una viejecita que vivía con un perro. La curiosidad le llevó a visitarla poniendo por excusa un problema con su calentador. La vieja confiada y deseosa de compañía humana, le invitó amablemente a pasar. El chucho se le acercó a olisquearle, parecía amistoso. Recorrió el piso analizando escrupulosamente su contenido, la vieja se recostó en su mecedora y comenzó a hablar, Slavko no le prestó la menor atención, buscaba botín, fue fácil. Las joyas en el joyero, sin esconder, plata, a su oido llegó algo acerca de la muerte de un marido....un bote de vidrio con monedas en la cocina...un accidente de tráfico... ropa de hombre perfectamente empacada en el armario....una hija muerta...dinero en efectivo... me siento tan sola...libreta de ahorro...¿le apetece tomar un café?...talonario de cheques...¿es usted extranjero?....la pared contigüa a su piso empapelada con motivos florales, perfecto para abrir una mirilla...mi Boby es mi única compañía... fácil, muy fácil. Slavko se escabulló ante la mirade lastimosa de la vieja. Estaba decidido, una vieja solitaria y un montón de pasta, imperdonable dejar escapar una oportunidad así.
Los pensamientos le dirigieron al sofá. Se desplomó sobre él, recogió una revista Comando al azar de las que tenía desparramadas por el suelo, la hojeó rápidamente. Se sentía excitado, algo se había torcido, pero no parecía importunarle. Se sentó, miro a su alrededor, el piso estaba tan vacío como su corazón, platos sucios, una vieja radio, botellas de vodka, colillas, su vista se detuvo en la estantería. El vecino metomentodo había entrado definitivamente en escena, ya era el tercer día que visitaba a la puta vieja para pasearle el perro, había establecido contacto. Agilmente se puso en pie y se dirigió hacia ella. Dio un cuidadoso golpe al fondo de la misma, se oyó un ligero click. Extrajo el panel e introdujo su enorme mano. Sacó un maletin metálico de seguridad, volvió al sofa. De un manotazo despejó la mesa. Su mirada fría y ausente habría congelado un lago. Ya lo había decidido, el riesgo no le importaba, no era cuestión de supervivencia, no era cuestión de dinero, la vieja, la plata, el perro, la policía, ya todo le daba igual. Puso su dedo índice en un lector de huellas, una luz verde confirmaba su apertura, con delicadeza saco una pistola Glock semiautomática de 9mm, la desmontó y comenzó a limpiarla. Limpiar sus armas le ayudaba a concentrarse. Se lo cargaría a él también, por entrometido. Empezaría a seguirle, a estudiar su vida, le pegaré un tiro. ¡No!. quizás lo apuñale. Volvió a montar el arma, comprobó el peine, la amartilló y apuntó a la mirilla que había horadado en la pared. Una tétrica sonrisa se dibujó en su rostro.
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LOSTintheFOG
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- Registrado: 24 Abr 2007 12:22
, alguien tiene que morir y a ser posible por arma blanca o de fuego. 
Llevabamos camino de presenciar una muerte por amor 
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LOSTintheFOG
- Foroadicto
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- Registrado: 24 Abr 2007 12:22
Querras decir ancianos o mejor nuestros mayores.madison escribió:Lost, que Vievet y yo somos muy sensibles con los viejos
Yo al que me quiero cargar es al mocin, el que pasea al perro. No me gusta para la chavala. Ella es tan angelical, tan inocente. Él tiene pasado, viene de vuelta, le va a hacer daño. Si alguien tiene que morir que sea el tipo ese y la vieja de propina.
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LOSTintheFOG
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