Al hilo de esta cita:Mi conducta de lector, tanto en mi juventud como en la actualidad, es profundamente humilde. Es decir, te va a parecer quizá ingenuo y tonto, pero cuando yo abro un libro lo abro como puedo abrir un paquete de chocolate, o entrar en el cine, o llegar por primera vez a la cama de una mujer que deseo; es decir, es una sensación de esperanza, de felicidad anticipada, de que todo va a ser bello, de que todo va a ser hermoso. No tengo ninguna prevención previa. Y te lo digo porque estoy acostumbrado a hablar con lectores que abren un libro casi como quien pega una bofetada: es decir, están enojados por adelantado. Si el libro es realmente muy bueno, los aplasta y los vence. Pero, en la mayoría de los casos, su actitud es agresiva y se diría casi que están esperando que el libro sea malo y que ese va a ser el gran triunfo de ellos como lectores si es que el libro es malo, para que les sea posible decir después que es malo. Eso se advierte con frecuencia en la crítica de tipo periodístico.
¿Cuál es vuestra actitud (o vuestro objetivo) como lectores?, ¿adoptáis una posición de superioridad respecto del autor o, por el contrario, una actitud mucho más humilde? ¿tendéis a buscar las excelencias de la novela o, por el contrario, magnificáis los defectos como un triunfo del lector sobre el autor? (o ambas cosas a la vez), ¿tenéis prejuicios literarios? (por ejemplo, a veces me sorprendo a mi mismo reprobando tal o cual tipo o categoría de libro y luego pienso ¿quién soy yo, o quien me creo, para hacerlo?), ¿que hacéis cuando lleváis un tercio de "obra maestra" leida y os dais cuenta de que se os cae de las manos? ¿Que otras actitudes tenéis como lector?
En fin, volviendo a la cita de Cortazar ¿qué os parece?, ¿pensáis lo mismo? ¿creeis que pensáis lo mismo? ¿os gustaría pensár lo mismo?
Abrazos,
Iván