El día de hoy en un libro

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Moderador: Ashling

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Re: El día de hoy en un libro

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Domingo de Ramos, al que no estrena se le caen las manos. Después de dos años de sequía, tantos radiantes días de sol en cielos tan azules como recién pintados, la mañana prometía más tristeza que lluvia. Hacía frío. Los niños que habían cumplido con la tradición caminaban encogidos, tiritando en sus primaverales calcetines de hilo, faldas livianas y pantalones cortos que parecían desgajarlos del invierno por el que transitaban los adultos, gabardinas, sombreros, guantes a los que se aferraban las manos desnudas de los niños vestidos de verano. Para equilibrar su desgracia, en la otra mano llevaban palmas labradas con flores, moñas y cintas de colores, el modelo que había inspirado la miniatura que Benigna me había encajado en el bolsillo de la americana. Niños más desgraciados, mejor abrigados porque no tenían nada que estrenar, las miraban con envidia.

Los pacientes del Doctor García – Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro

Mensaje por emedoble »

—Guillermo... —susurró mi nombre en un murmullo apenas perceptible y miró a su derecha, a su izquierda, para comprobar que sus amigas, indiferentes a nuestro encuentro, seguían cantando en el estridente falsete que las beatas españolas asociaban con la devoción—. ¿Qué haces tú aquí?
—¿Pues qué voy a hacer? Lo mismo que tú... —hablé en el tono normal de una conversación y ellas giraron la cabeza, me miraron, se adelantaron un poco, siguieron cantando—. Honrar el Día del Señor.
Aquel comentario la hizo sonreír a su pesar, y la tranquilizó lo suficiente como para animarla a reemprender la marcha. Me coloqué a su izquierda como si sólo pretendiera celebrar el Domingo de Ramos a su lado y durante unos segundos aspiré en silencio su olor, una exacta combinación de perfume y sudor que excitó mucho más que mi olfato. Cerré los ojos y me pareció mentira estar allí, tan cerca de Amparo, guardando la cautelosa distancia de los desconocidos, pero ella se encargó enseguida de deshacer cualquier equívoco.

Los pacientes del Doctor García – Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro

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El último domingo de marzo de 1947 fui al encuentro de una mujer que conocía mi verdadera identidad. Amparo sabía que yo no me llamaba Rafael Cuesta Sánchez, sino Guillermo García Medina. Y que era médico, aunque no tuviera título oficial y trabajara en una agencia de transportes.
Lo que ignoraba era que había ido a buscarla para ayudar a Manuel Arroyo Benítez, un amigo mío que había suplantado la identidad de Adrián Gallardo Ortega para infiltrarse en una organización de prófugos nazis y emigrar a la Argentina como uno de ellos.

Los pacientes del Doctor García – Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro

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EL SEMANARIO DE DOT WEEMS
Semanario de Whistle Stop (Alabama)

28 DE MARZO DE 1940

LLEGA A WHISTLE STOP UN FAMOSO FORAJIDO
Mr. Pinto, el célebre asesino, llegó a Whistle Stop en el de las 7.45 de Mobile. El tren se detuvo sólo diez minutos, y Muñón Threadgoode y Peggy Hadley le sacaron una fotografía al cadáver; cuando esté revelada, Idgie la pondrá en el café.

Tomates verdes fritos – Fannie Flagg (traducido por Víctor Pozanco)
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Re: El día de hoy en un libro

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Desde la acera de la calle del Duque de Medinaceli, frente al chaflán de entrada, Marta evocó la última vez que había entrado en el hotel, en la mañana del 28 de marzo del año treinta y nueve para buscar a Antonio, la ansiedad y emoción contenidas al transmitirle lo que muchos afirmaban ya sin tapujos: que los nacionales estaban entrando por Castellana y por Princesa, y que la guerra estaba a punto de terminar. Lo recordaba con tanta nitidez que le dolía.

La sonata del silencio - Paloma Sánchez-Garnica
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Re: El día de hoy en un libro

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Sin embargo, unos meses más tarde, en el torneo navideño, pierde ante Aquiles para que las llamas reduzcan a cenizas el palacio de Príamo en millones de pantallas de todo el mundo.
—¡Pero, Héctor, qué has hecho! —musita con los ojos llenos de lágrimas—. Pues al Campeonato Nacional voy —le dice a una foto en voz alta—. Te prometo que voy.
Por eso, el Miércoles Santo, en lugar de irse a la playa con Pepe y con Diana, se presenta en el salón más grande de un hotel de la Gran Vía.

Los besos en el pan – Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro

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Tres cuartos de hora más tarde, me encontré al mismo niño que había venido antes sentado en el mismo banco, esperándome con un paquete encima de las piernas. Mientras le inyectaba una ampolla de morfina al hijo del alcalde de Fuentidueña, pensé que los dos habíamos tenido mucha suerte cuando me hice amigo de Manolo Arroyo. El 28 de marzo de 1939, aprendí qué significaba eso exactamente.

Los pacientes del Doctor García – Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro

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Esa elección, que garantizaba que su destinatario llegaría a recibirlo y a jugar con él, me reconfortó más que el papel arrugado que encontré debajo de mi cama mientras lo buscaba. «Madrid, 28 de marzo de 1939. Lo siento mucho, Guillermo», había escrito Amparo. «Yo no quería...» La última letra estaba deformada. La pluma había saltado sobre el papel y había hecho un borrón, como si alguien hubiera interrumpido a su autora antes de que tuviera tiempo de terminar la frase. Aunque no significaba nada, aquella nota acompañó en mi maletín a los documentos que probaban mi relación con la madre de mi hijo.

Los pacientes del Doctor García – Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro

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Imposible atajar semejante rumor, y aquel verano el rumor se extendió como un incendio por las secas tierras de la India, de la cadena de producción a las calles, de las casas urbanas a las chozas campesinas, de cuartel en cuartel, hasta que todo el país bullía en ansias de rebelión. Y el rumor llegó hasta las grandes y antiestéticas orejas de Mangal Pande, un oscuro sepoy de la pequeña ciudad de Barrackpore, que un día —29 de marzo de 1857— dio un paso al frente en el patio de armas saliéndose de la formación para entrar en la historia.

Dientes blancos - Zadie Smith (traducido por Ana María de la Fuente)
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Re: El día de hoy en un libro

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Lugar de la acción: Barrackpore; fecha: 29 de marzo de 1857. Es domingo por la tarde, pero en el polvoriento patio de armas se desarrolla una acción que tiene de todo menos de descanso dominical. Una abigarrada multitud de sepoys, unos vestidos, otros a medio vestir, unos armados y otros sin armas, pero todos hirviendo de excitación, se agitan, charlan y gesticulan. A unos treinta pasos por delante de la línea del 34, se pasea contoneándose un sepoy llamado Mangal Pande. Está medio borracho de bhang y borracho del todo de fanatismo religioso. Con el mentón al aire y el mosquete en la mano, va de un lado al otro pavoneándose casi como en una danza ritual, gritando con voz estridente, monótona y nasal: «¡Salid, granujas! ¡Fuera todos! Los ingleses vienen por nosotros. ¡Si mordemos esos cartuchos, nos convertiremos todos en infieles!»

Dientes blancos - Zadie Smith (traducido por Ana María de la Fuente)
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Re: El día de hoy en un libro

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La consecuencia —además de salvar la vida por no acompañar a su esposa a Barcelona— había sido que no pudo regresar a su casa hasta la mañana del 30 de marzo de 1939. Pero su regreso no fue tan triste como pudiera pensarse, debido a que, como decían las malas lenguas, los duelos con pan son menos duelos, y don Mauricio Canales tenía mucho pan que llevarse a la boca, concretamente el pan de la herencia de la familia de su esposa, que consiguió tramitar a su favor gracias a las argucias pergeñadas a través de sus contactos: un testigo «casual» que había presenciado el asesinato de la familia Pujol Andrade y que afirmó, jurando con la mano en la sagrada Biblia, que la señora de Canales había sido la última en morir en aquella masacre.

La sonata del silencio - Paloma Sánchez-Garnica
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Re: El día de hoy en un libro

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El cura había sido invitado a casa de los Figueroa tras haber asistido, junto a las tres mujeres de la casa, doña Virtudes y sus dos hijas, al sermón de las Siete Palabras, celebrado en la parroquia de San José y pronunciado por el padre Arturo Gallo, profesor de Sagrada Teología del Seminario de los Sagrados Corazones de Miranda, y amigo personal de don Próculo. La comida, siendo Viernes Santo, había sido frugal: potaje de garbanzos y bacalao, sin vino, ni pan, ni postre, en adecuado cumplimiento del preceptivo ayuno; por eso entraban tan bien aquellas primorosas rebanadas de pan empapadas en leche y aromatizadas con canela elaboradas por Venancia y que le salían como los ángeles, a criterio de todo el que las probaba.

La sonata del silencio - Paloma Sánchez-Garnica
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Re: El día de hoy en un libro

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—Que me vaya al infierno si estoy mintiendo...
—Doña Prudencia... —terció de nuevo el sacerdote con voz complacida—, un poco más de templanza en sus palabras, que estamos en Viernes Santo, por el amor de Dios...

La sonata del silencio - Paloma Sánchez-Garnica
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Re: El día de hoy en un libro

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No obstante, en el segundo formulario, fechado el 30 de marzo de 1992, dos semanas antes de que partiera hacia Alaska, había firmado con su verdadero nombre: «Chris J. McCandless.» En la casilla del número de la Seguridad Social había puesto «228-31-6704». Westerberg llamó de nuevo a la policía montada. Esta vez se lo tomaron en serio.

Hacia rutas salvajes - Jon Krakauer (traducido por Albert Freixa)
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Re: El día de hoy en un libro

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Si bien el pintor había plasmado con gran realismo los rostros y los cuerpos de las figuras, había sido muy discreto con las heridas. Para las de las palmas de las manos, por donde habían entrado los clavos, se había limitado a motear unos puntos rojos. La herida en el costado no era más que un corte delgado; muy distinto a la hendidura profunda y sanguinolenta de la figura del crucificado en la iglesia de San Felipe Neri, que tanto la había impresionado cuando era pequeña. Una vez al año, en Semana Santa, el sacristán repasaba la pintura y el Viernes Santo la sangre en los pies, las manos y el costado relucía como si acabara de manar.

El gran frío - Rosa Ribas & Sabine Hofmann
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