Entrevista a Merche Rodriguez (Colgados ;-) Emociones... )

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lucia
Cruela de vil
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Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Entrevista a Merche Rodriguez (Colgados ;-) Emociones... )

Mensaje por lucia »

Entrevista a Merche Rodriguez
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Las quedadas virtuales se han popularizado a un ritmo vertiginoso, no obstante, una cita a ciegas siempre pone nervioso a cualquiera. Incluso si se produce entre periodista y escritor. De camino te preguntas cómo será, si se enrollará hablando o si se ceñirá a lo que le preguntas. En esas andaba yo divagando, cuando me encontré sentado en la terraza de la Casa América con Merche Rodríguez, autora de "Colgados ;-) Emociones en la Red." Nada mejor para relajarnos, distendernos y que la comunicación fluya que en unos sillones a la sombra en un ambiente tranquilo. Aparecen las sonrisas, los gestos, las miradas, el feeling; la comunicación interpersonal, esa, a la que poco a poco va desplazando la comunicación digital. La escritora asiente, la comunicación nunca había sido tan fácil, al alcance de una tecla.
La conversación se sumerge por terrenos más profundos de la Red: el anonimato, quién se esconde detrás del nick del usuario, el cibersexo y la amistad. "La amistad lleva muchos años", explica Merche Rodriguez, "y necesita, para crecer y evolucionar, experiencias reales, buenas y malas y si sobrevive a ellas, será una buena amistad. La virtual acaba cuando hacemos clic, si estamos off no tenemos amigos virtuales." ¿Qué nos queda entonces en Internet?
La entrevista ya hace tiempo que perdió todo tipo de pautas o guiones, se deja llevar; como las horas en las apacibles mañanas madrileñas. "Hablar de Internet es apasionante", afirma Merche. Nadie puede poner puertas al campo, y en el de Internet, no se vislumbra el final.


1. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
En el verano 2008, me conecté como una usuaria más. Empezaba a notar los efectos de la crisis, además de tener un problema de salud que me impedía disfrutar de mi ocio, y me senté al ordenador porque mis recursos no eran los mismos. En ese tiempo empecé a notar que el resto de los usuarios con los que me encontraba, en navegación anónima (chats y mensajerías fundamentalmente), decían querer conocer gente nueva y sin embargo lo que hacían era añadir más y más contactos. A los que podían o no conocer físicamente, pero volvían una y otra vez a la navegación anónima, es decir a camuflarse detrás de un nick o a parapetarse detrás de la pantalla. Y me llamó la atención porque me parecía una incongruencia, muy respetable, pero incongruente porque no encajaba en querer conocer a gente nueva. Y pensé que se estaba dando un cambio acelerado en las relaciones, como así ha demostrado el éxito de redes sociales tipo Facebook o Twitter, entre otras muchas. Me pareció que podía ser un tema periodístico y comencé a investigarlo, esto me llevó dos años y medio, pero no supe hasta 2010 que lo quería hacer era un reportaje. Yo solo buscaba, anotaba, leía y no sabía a dónde me llevaba todo ese trabajo.

2. ¿Fue difícil conseguir que la editorial se lo publicasen?
Lo hablé con algunas editoriales, no muchas, a las que no les interesó. Después conocí a Gonzalo Sichar, el director de Sepha, una editorial independiente de Málaga, le expuse lo que había estado haciendo y se interesó por ello desde el primer momento. Confió en mi trabajo y apostó por él. Ahora ha vuelto a apostar y Colgados ;-) Emociones en la Red estará presente en la Feria de Franckfurt, que es la cita editorial más importante del mundo. La respuesta que ha tenido el libro ha sido muy buena, tanto en prensa como la que han dado los lectores.

3. ¿Qué pasos o técnicas sigue a la hora de escribir?
En este caso era dar respuestas a las preguntas que se plantean en un reportaje. Explicar qué es la navegación anónima en la Red, en qué consisten las relaciones virtuales entre adultos, quiénes son las personas que se conectan, después de haber mantenido más de 1.000 conversaciones electrónicas, y qué peligros conlleva tanto psicológicos como legales pasando por los daños informáticos que pueda sufrir nuestro equipo si no somos prudentes. Este libro no deja de ser una investigación periodística y seguí las reglas que puedo seguir a la hora de escribir un texto informativo que se "complicó" por las cuestiones éticas en las que pudiera entrar, no debía ni quería juzgar a la gente, pero sí hablar de su comportamiento en Internet como fenómeno social, por lo que para preservar su identidad cambié nombres, lugares de residencia, edad, aspecto físico...

4. ¿Qué papel juega el anonimato en la Red?
El anonimato en la Red es el elemento liberador por excelencia. Es el que permite y potencia la desinhibición del usuario, el que permite expresar lo que cara a cara o frente a más gente uno no expresaría. El hecho en sí mismo de estar escribiendo detrás de y no hablando frente a crea este efecto. No hay respuesta inmediata y si la hay y no nos gusta, como ocurre en el caso de las redes sociales, uno puede dar la callada por respuesta y aquí no ha pasado nada. En una conversación frente a frente, las normas de comportamiento nos "obligan" a responder bien de palabra bien mediante el gesto, pero no podemos hacer como que no hemos oído nada y eso nos frena a la hora de exponer nuestras ideas. Un claro ejemplo de lo que estamos hablando es la cascada de comentarios que se suceden cuando ocurre algo extraordinario o cuando un famoso opina de tal forma en la Red. La respuesta del resto de usuarios no se hace esperar y se suman los comentarios, las interpretaciones. En el caso de la navegación anónima que se suele dar en ámbitos más reducidos, le permite al usuario ser quien quiera ser. Puede tener el aspecto físico que siempre quiso, la situación económica y social que quiera, la personalidad, en suma, que quiera. Pero Internet evoluciona tan rápidamente que ahora ese anonimato que, en muchas ocasiones, no es tal porque la persona está identificada en una red social, permite igualmente la libertad de expresar mediante la escritura todo aquello que se nos pase por la cabeza. En este caso concreto, el anonimato se transforma en imposibilidad de acceder físicamente a esa persona para seguir hablando sobre uno u otro tema y el usuario se sigue sintiendo "a salvo" y sin embargo no es así porque nuestras opiniones las pueden leer miles de personas. El anonimato no nos permite ser totalmente conscientes del alcance de nuestras opiniones en la Red porque seguimos teniendo la idea de que estamos detrás de una pantalla y que nadie "nos ve".

5. ¿Le resultó complicada la tarea de documentación?
Sí, porque no eran datos fríos propios de una estadística en la que la persona es absolutamente anónima. Detrás de esos datos había personas a las que conocía, con sus propias vidas, sus motivaciones, sus momentos malos y buenos... La cuestión ética me hizo darle muchas vueltas, me planteé muchas posibles formas de abordar el trabajo para poder compaginar el lado informativo y el lado personal y, sobre todo, privado. Lo que me fascinaba, y me sigue fascinando, era el uso de la herramienta en sí, de Internet, que me parece un avance, es uno de los mejores inventos del hombre para comunicarse, el más rápido aunque no siempre el más efectivo porque el lenguaje escrito provoca muchos malos entendidos y no tienes delante a la persona para pedir que se explique, pierdes muchos matices propios del lenguaje hablado, y ahí me encontré con otro problema, porque sabía que en muchas ocasiones me estaban mintiendo, y probablemente en muchas otras que ni siquiera percibí, por eso me centré en el comportamiento general: el uso masivo de la Red para comunicarse con otras personas y las motivaciones.

6. Por qué escogió “Colgados ;-) Emociones en la Red”como título?
Después de barajar muchos otros, me vino a la cabeza la palabra colgado y acudí a la web del Diccionario de la Real Academia Española, en su segunda acepción dice literalmente: Anhelosamente pendiente o dependiente en grado sumo. Estar, quedarse colgado. La gente con la que me encontré en la Red, y yo misma, estábamos así, anhelosamente pendientes de lo que ocurría, de las reacciones que provocaban nuestras intervenciones, de las respuestas que obtenían nuestros correos electrónicos o nuestra participación en uno u otro sitio web. Como cuando lanzas un boomerang y sabes que, inevitablemente, vuelve. Es la definición exacta de lo que observé, tanto en los demás como en mí misma, nadie escapa a los efectos de las tecnologías o no las usas o dependes de ellas, no hay término medio. Y respecto a las emociones... estaba claro porque los seres humanos estamos hechos de ellas, nos alimentamos de ellas y las manifestamos en cualquier situación. Y la Red, que es como una lupa, no es que escape a esa cualidad humana es que la magnifica.

7. ¿Considera que la comunicación digital va a sustituir –en parte– a la comunicación interpersonal?, ¿Cómo ha cambiado la forma de comunicarnos?
No es que la vaya a sustituir, es que lo está haciendo desde hace un tiempo. Hay gente que usa mayoritariamente este sistema para relacionarse con otros y en contadas ocasiones recurre al teléfono y en menos, a la cita real. Para los usuarios que tienen algún impedimento físico es un sistema fantástico porque les permite seguir en contacto con el resto del mundo. Y volvemos a la rapidez a la que se mueven las tecnologías, que ya no son nuevas, son el presente porque convivimos con ellas desde hace tiempo. Ahora el ordenador se ha trasladado al bolsillo y el teléfono es nuestro chat móvil, nos comunicamos con sms, mediante Whatsapp, en muchísimas más ocasiones que de palabra. Nos hemos acostumbrado a minimizar hasta nuestras emociones y mandamos un sms porque estamos viendo algo en la televisión, o un twett, reducimos una expresión, un pensamiento o una emoción a un puñado de caracteres. A mí me sugiere otra pregunta, si antes contemplábamos, por ejemplo, la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos y como máximo la comentábamos con nuestra familia en ese momento, o al día siguiente con los compañeros de trabajo, ¿qué ha cambiado para sentir la necesidad de escribir lo que pensamos en ese mismo momento? Por un lado, la posibilidad de hacer algo que hace unos años, no demasiados, ni siquiera contemplábamos: expresarnos en público y en tiempo real, y por otro, nuestra vida ha cambiado. Hay muchas personas que viven solas, la Red palia en cierta forma esta situación, y cada vez más hay más teletrabajo, seguimos estando solos. Y vaya por delante que compartir algo en el mismo momento en el que lo pensamos no me parece malo, sino todo lo contrario, lo peligroso es confundir ese hecho y el colectivo al que nos dirigimos con un grupo real de amigos. La Red, en muchas ocasiones, sustituye a la antigua charla del café, que cuando se acababa no había más. Simplemente es una conversación que no conlleva ninguna otra implicación por parte del resto de usuarios. Es decir, no es una verdadera amistad, es un coincidir en un mismo espacio y un mismo tiempo. La amistad lleva muchos años y necesita, para crecer y evolucionar, experiencias reales, buenas y malas y si sobrevive a ellas, será una buena amistad. Incluso los amigos de años se pierden... ¿cómo pretender afianzar algo que se traduce en golpes de tecla? La virtual acaba cuando hacemos clic, si estamos off no tenemos amigos virtuales.

8. ¿Qué es lo que más le ha impactado descubrir?
Lo solos que estamos y la necesidad de expresarnos que tenemos. No es popular decir me siento solo, no es un cool, no proyectas positividad, no eres atractivo y, sin embargo, ¿por qué una y otra vez volvemos a la Red para expresar, compartir o comentar algo? Esa soledad antes se disimulaba, no hacía falta constatarla, nadie podía asegurar con certeza que así fuera. Parece que la denostamos, pero aunque seamos seres sociales y sea positivo para nosotros relacionarnos con otros, hay momentos en los que la persona debe estar solo para poder seguir creciendo como ser humano. En muchas ocasiones me encontré con gente a la que le daba pavor estar y, sobre todo, sentir que estaba solo. Me gustaría conocer una estadística real sobre esa sensación, estoy segura de que hay mucha más gente que siente así de lo que realmente se percibe. No pasa nada por estar solo, lo pernicioso es sentirlo y en esos casos, la Red es el peor placebo que hay porque puede incrementar aún más esa sensación, y volvemos a lo mismo, cuando apagamos el equipo a nuestro alrededor ya no hay nadie real, si antes de encenderlo tampoco lo había. Y se da una especie de confusión que nos hace volver a conectarnos... es la pescadilla que se muerde la cola y de la misma forma se manifiesta nuestra necesidad por expresar nuestras opiniones, hemos estado demasiado tiempo amordazados y nos hemos lanzado a opinar sobre todo. La situación terminará equilibrándose, de hecho hay muchos usuarios que se lanzaron con avidez a las redes sociales y han terminado cansados. Bien, probablemente ya no necesitan ese sistema y han encontrado otros, y si les ha resultado positivo, bienvenida sea la tecnología. Otra cosa diferente es el uso de la Red para otros fines, principalmente laborales. Los usuarios que la usan con ese propósito se conectan, leen lo que les interesa, comparten lo que piensan que puede ser beneficioso para otros, crean su propio prestigio, y salen.

9. Tras casi tres años de investigación, ¿no se ha quedado “colgada” – o enganchada- a la Red?
Por supuesto. Yo no soy inmune, ni diferente al resto de los usuarios. Sufrí una adicción de tres meses voraz, la cuento en el libro. Me enganché al chat y a mi alrededor casi nadie lo notó, es muy sencillo ocultarlo, solo se fijaron en que estaba más irascible, que me aislaba, pero lo achacaron a otras cosas. Aunque tengo que agradecerle a un par de amigos que estuvieran pendientes (ellos sí sabían lo que estaba haciendo), notaron algo raro y me "marcaron el terreno" con delicadeza pero con constancia. Hasta que me vi reflejada en otra persona y me pregunté ¿qué estoy haciendo? Me paso horas delante de la pantalla, enlazando una conversación con otra, y decidí simultanear el chat con la investigación en otros sectores: las redes sociales, las mensajerías, los foros... Esta adicción, que confieso sin ningún problema, me provocó un rechazo, porque antes chequeaba constantemente mis correos electrónicos, estaba pendiente de las respuestas que me daban a una cosa u otra, era una locura y en muchos momentos me perdí. Ahora no aguanto el chat, y me costó un triunfo no conectarme, pero a día de hoy me aburre soberanamente, sigo usando las redes sociales que me siguen pareciendo muy útiles para muchas cosas (aunque vuelven a estar cambiando) y uso el correo electrónico, por supuesto. Aunque me cuesta mucho, muchísimo, sustituir el mail por la conversación real porque me saturé. Pero... solo hay que mirar a nuestro alrededor, ¿cuánto tiempo tenemos para vernos? "Conocemos" cada día a más gente, agregamos a nuevos contactos, nos escribimos con ellos, opinamos sobre el tema que ha propuesto tal y la comunicación masiva nos impide comunicarnos realmente. Es una contradicción y vivimos en ella. Es cuestión de tiempo, la Red siempre se pule y nosotros con ella.

10. ¿Cuál es el prototipo de persona que se esconde tras un chat?
Si hablamos de un perfil socio-económico, no existe. Puede ser cualquier persona, pero todos con el mismo elemento en común: la soledad. Que se manifiesta claramente y a la vez, se pretende ocultar. No ocurre nada por decir que uno vive solo, no se es sospechoso de nada, ni se es mala persona. Solo hay que salir a la calle y preguntar entre solteros y separados/divorciados de más de treinta y pocos años por qué viven solos, por qué no han vuelto a tener pareja. Y la respuesta está en que la experiencia nos hace más selectivos, nuestra personalidad está marcada y sabemos lo que queremos y, sobre todo, lo que no queremos, pero vuelve a darse la contradicción. Si uno no quiere tener pareja estable, ¿para que se registra en una página de singles cuyo último fin es ponerles en contacto? Regístrese usted en un club virtual de personas que comparten aficiones, por ejemplo. Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera, por supuesto, pero lo que sigo sin entender -aunque ya no me lo planteo- es por qué se manda un mensaje cuando en realidad el que perseguimos es otro. Tal vez por eso, cuando le decía a un usuario masculino que quería conocerle, muchos esquivaban la propuesta. El hecho de que quisiera conocerles no implicaba nada más, al menos por mi parte. Puedo tener muchos conocidos, pero tengo pocos amigos verdaderos, en el sentido más literal del término, y si hablamos de una relación afectiva estable... probablemente muchos se hubieran sorprendido cuando yo hubiera acotado mi territorio de forma férrea. Me encanta conocer gente y en ese sentido disfruté, pienso que siempre alguien tiene algo de lo que podemos aprender y nosotros igualmente podemos enseñar, pero la palabra amistad para mí es otra cosa. Lo que ocurre es que si hablas de conocidos y no de amigos, parece que les haces de menos... es algo que también se ha transformado, para peor, y el chat, en particular, y la Red, en general, es un caldo de cultivo ideal. Si no hablas de amigos parece que desprecias a la otra persona, cuando ambos sabemos que no lo somos, somos conocidos virtuales que potencialmente podrán ser amigos.

11. ¿Cree que la amistad que surge en Internet es verdadera?
Internet solo es un eslabón más en la cadena que usamos las personas para relacionarnos. ¿Por qué no pueden surgir amistades verdaderas? Claro que sí. Conozco incluso hasta parejas que se han formado y que siguen juntos años después. Pero la virtualidad solo es el primer paso, para que una amistad cuaje hay que compartir experiencias reales. La amistad lleva mucho tiempo y no se sostiene si solo se alimenta de virtualidad, así es imposible. Si las personas que se relacionan en la Red viven en la misma ciudad y no hay un contacto físico real frecuente porque siempre hay una excusa que nos impide vernos, es que esa persona no nos interesa lo suficiente o nuestro planteamiento de vida no está planteado así, que también es muy respetable, pero no es compatible con la amistad. Internet es una primera toma de contacto estupenda, pero no es la única ni debe serlo. Si uno se queda en Internet se pierde el resto de la vida.

12. ¿Tienes pensado seguir con este proyecto y actualizar el libro con el paso del tiempo?
Sigo fijándome en ciertas cosas, sí, porque Internet tiene muchísimas cosas positivas, pero en este trabajo me influyó mi profesión y me decanté por la noticia, que era la transformación de las relaciones motivada por la Red, y cómo nos influye. Pero sigo participando, haciendo uso de la Red, e incluso pierdo tiempo en Internet, igual que lo perdemos cuando estamos pensando en la nada y no me culpo por ello, ni me siento mal. ¿Si tengo pensado escribir una segunda parte? No lo sé... sigo poniendo distancia. He vuelto a ver televisión y a no tenerla solo encendida, he vuelto a salir e incluso a dejarme el teléfono en casa, de manera premeditada. Fue demasiado tiempo y demasiada implicación... Pero, obviamente, sigo en la Red y no tengo ningún interés en dejarla, me ayuda a estar informada y me divierte, en muchas ocasiones, me divierte muchísimo.

¡¡¡Muchas gracias!!!
Muchas gracias a vosotros, y gracias a los lectores que le han dedicado tiempo a esta entrevista y a leerme. ¡Buena navegación!


Autor: Noel Corregidor
Nuestra editorial: www.osapolar.es

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