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Con todos los bellos paisajes que hay en Suecia ¿por qué ambienta su novela en Suiza?
Risas. Ya he escrito tanto usando a Suecia como marco escénico... Cuando la idea surgió en mi cabeza, como una película cinematográfica, estaba situada ya en Suiza. Es mucho más divertido escribir sobre lugares que no conoces y nunca has estado porque estás más abierto a inventarte cosas. Pero quiero dejar claro que esto no es Suiza documental hablando, sino que esto es mi imagen estereotipada sobre ese país que tengo yo en mi cabeza.
¿Que se esconde detrás de ese pueblo tan perfecto e idílico?
Fue precisamente eso lo que me pareció interesante del pueblo: el contraste entre ese lugar tan idílico y paisaje tan bello con aquello terrible que se oculta detrás de la fachada. Eso es lo que me llamó la atención. De ahí el nombre del libro.
¿Por qué escogió la psicopatía como tema del libro?
Porque me parece que, de mucha maneras, vivimos en una sociedad psicópata. Me documenté bastante, estudié mucho sobre el tema. Una de las figuras más importante en este campo se llama Robert D. Haare que elaboró una lista o cuestionario donde cualquiera puede hacer una prueba para averiguar si es psicópata o no. En esa especie de test o cuestionario, que estaba redactado por puntos, se incluyen temas como egoísmo, la necesidad de obtener recompensa inmediatamente y varios otros puntos que coinciden con lo que es más importante dentro de esa economía de mercado que todos sufrimos ahora. Todos somos parte, queramos o no, de esa economía de mercado psicópata. Por ejemplo, la ropa que llevamos puede haber sido realizada por trabajadores esclavos de algún país del Tercer Mundo, o la comida puede habernos llegado de fábricas donde se tortura animales. Nuestra sociedad cumple muchos de los puntos psicópatas que establece Haare.
Mi abuelo decía que medio mundo está loco y el otro medio borracho ¿Todos somos un poco locos?
Risas. Yo creo que alguna forma sí, ya que vivimos en una sociedad que prima el individualismo extremo y la recompensa instantánea a muy corto plazo. No nos damos cuenta pero esos son comportamientos psicópatas. En el mundo actual se tiene a exagerar esos rasgos. Obviamente hay sociedades más psicópatas que otras.
¿Qué línea separa la locura de la excentricidad o de la enfermedad mental?
Primero se puede cuestionar si la psicopatía es una enfermedad mental. Yo creo que no. Una persona puede funcionar perfectamente en la sociedad siendo psicópata. Casi es mejor ser así en la sociedad en la que vivimos porque los que tienen más probabilidades de alcanzar el éxito son los que sufren de psicopatía; tanto en el mundo empresarial como en el político. Excéntricos somos todos. Ten en cuenta que la decisión de si estás loco o no se toma en base a una lista. Es convencional.
En el libro Daniel se hace pasar por su hermano y se queda atrapado en el centro. ¿Qué mecanismos existen para saber identificar a una persona cuerda (Daniel) de otra enferma (Max)?
Todo se reduce a una cuestión de identificación. Daniel se encuentra en un lugar en este valle donde está completamente aislado del mundo. No puede contactar con ninguna autoridad de su país natal, no tiene pasaporte, no puede ver a su familia ni amigos. Tampoco existen miembros familiares ni del trabajo que le pudieran haber identificado. Normalmente nos confirmamos y nos identificamos a través de las personas con las que mantenemos una especie de relación. Cuando no existe esto, ni tampoco ningún papel que demuestre mi identidad, la pregunta que se nos plantea es ¿quiénes somos?, ¿quién soy? Eso puede llevar a la locura.
Su anterior novela fue también sobre gemelos, ¿qué le atrae tanto sobre esos personajes?
Lo que me atrae es su similitud. Por ejemplo, lo que me parece fascinante es que en este libro tenemos a dos personajes pero que en realidad está pensado para que se vea como uno solo. Tenemos dos facetas, dos caras del mismo personaje.
Tras observar todo lo que hace Daniel por un hermano que apenas ve y no tiene contacto con él, me surge la cuestión: ¿La confianza viene implícita por el hecho de ser hermanos?
Sí, realmente se podría plantear de esa manera. Daniel siempre se ha sentido atraído por Max y siempre ha llorado por tener algún tipo de amistad o relación con él. Es el único hermano que tiene y cuando se desarrolla la historia es el único familiar que queda. Aunque sea una relación que nunca ha funcionado bien, no ha perdido la esperanza de que se pueda empezar de nuevo. El vínculo entre hermanos siempre se mantiene, no se pierde.
¿Comparte la opinión de los cienciólogos acerca de que la mente humana no se puede entender sino simplemente estudiar?
Yo creo que sí se puede entender y cambiar. Hay cosas que se pueden remediar o también modificar la conciencia. Hay todo tipo de terapias, como la cognitiva, que dan resultado. O, incluso, lavados de cerebro. [Risas]
¿Cómo se consiguen esas dosis de intriga necesaria para una obra como esta?
Umm. Me resultó muy difícil ya que la intriga de este libro es muy compleja y tardé mucho en encontrar el punto clave. Existen distintos niveles de intrigas, muchas ideas contrastadas, distintos planos, hay muchos malentendidos y confusiones en el libro. Yo creo que la clave está en ir dosificando la información en su medida justa. No contar demasiado, pero contar lo suficiente como para atraer la atención de los lectores. Muy complicado.
¿Cual fue la escena que se le atravesó más para escribir?
Lo más difícil era tener controlado en mi mente qué sabe un personaje acerca de los otros personajes a esas alturas del libro. Y qué es lo que es falso y qué es lo que es verdadero de la trama Max-Daniel. No dar nada por supuesto ni dejar cabos sueltos fue una tarea ardua.
¿Se atrevería a probar con otro género literario que no fuera el thriller?
Bueno, no me siento realmente identificada con un género en concreto. En mis libros que he escrito, he ido saltando de un género a otro. Pero me gusta mucho incluir en mis narraciones un enigma, un misterio, porque eso ayuda a la historia a ir para adelante. Es un motor que empuja a la novela.
¿Está trabajando en un nuevo libro?
Sí, estoy trabajando con otra novela. También se podría definir como un thriller, al menos se mueve en esa zona limítrofe entre novela y suspense.
¿Qué coméis en Suecia para que todas vuestras novelas tengan tanto éxito?
Risas. No lo sé, quizás algo del agua que bebemos, algo que nos han metido para estimularnos. Creo que tiene algo que ver con una especie de efecto dominó. Las editoriales tienen éxito, apuestan más por sus escritores, buscan a otros, intentan lanzar más libros porque si el anterior funcionó este también... Es un efecto dominó que esperemos que dure.
Entrevista por Noel Corregidor
