CP III: "Un día de palacio"- Maverick

[Arwen_77]

28º participante concurso Primavera 2008.



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[Nota previa para los jueces]

Eran los idus de Marzo
quedaban ya quince días
para entregar el relato
como estableció Lucía

El autor comenzó varios
mas ninguno convencía
pues del nivel que tenían
los foreros veteranos
(mas por arte no por años)
cuando las Musas venían
alcanzábanle cambiado
rompiendo lo que escribía
y empezando otro relato.

Pero una noche en silencio,
caminando por la playa
hallaron versos las Musas
en su nocturna mirada

Recordóse de la gracia
de Miró y Lope de Vega
y pensó que al Teatro
le debía algo en prenda

Así que para el relato,
aún sin Carmelo y sin Emma,
en vez de escribirlo en prosa
decidió hacerlo en poema

Que la rima fuese libre
para ganarlo en presteza
recuperando el pasado
con un poco de simpleza
La que va con el autor
que no pretende con esta
dar lecciones de amor
ni hacerse maestro de ella

Basta ya de comentarios
de notas y de preámbulos
que ya ábrese el telón
entre júbilos y aplausos.

Ya comienza la función.
Señora Pilar Miró,
De la Barca, Calderón,
y el señor Lope de Vega
acomódense en su palco
y disfruten de la Escena.
Y como humilde novato
en la ficción y el teatro
no se enfaden si el autor
se toma alguna licencia

[Fin de nota previa para los jueces]


UN DÍA DE PALACIO


Abriéronse las puertas
en el Palacio Jardiel
para entrar la carroza
de color crema y café

Dos yeguas tiraban
del carruaje inglés.
Dos yeguas blancas
de origen Jerez.

Envueltas en sedas
de tonos pastel
bajaron dos damas
de educación cortés

Ayudolas con gracia
y con gran interés
vestido de gala
el señor marqués.

- Querida Victoria,
- ¡qué distinguido placer!
- invitadas en casa
- este octavo mes.
- Ante ustedes me inclino
- y dispongo mi bien
- para su joven hermana,
- en especial para usted

Ofrecióse galante el joven marqués
haciendo reverencia al estilo francés

- Mi querido Don Carlos,
- qué atento se muestra
- las gracias le damos
- por su invitación honesta
- a disfrutar estos días
- de su generosa oferta

La duquesa Victoria
y su hermana Raquel
cansadas llegaron
tras su partida en Teruel

Observando el marqués
que abanicos y pamelas
servían de muy poco
contra los sofocos,
ofreció a las damiselas
en calores tales,
para darles refresco,
un baño de sales

- Mis queridas señoras,
- ¿ les podría ofrecer
- un baño relajante
- antes de comer ?
- Tras tan largo viaje
- en ese coche inglés,
- un baño agradable
- les sentará bien

Adelantóse Victoria
a su hermana Raquel
contestando a Don Carlos
con gracia de Teruel

- ¡Nos mima Don Carlos!...
- Algo querrá usted
- Mas llegamos cansadas
- del camino recorrer
- Aceptamos ese baño
- para refrescar la piel
- sin duda será bueno
- disfrutar esa merced

Respondió la duquesa
y riéronse los tres

- ¡Laura!, ¡Miguel!

Dio dos palmadas
y al grito del marqués.
dos criados raudos
acercáronse a él

- El equipaje recoged
- acomodad a las damas
- y pedid también
- a Patricia y Anabel
- que preparen con sales
- el baño de Victoria
- y también el de Raquel

Con presteza cumplieron
los criados el mandado
recogiendo el equipaje
del carruaje preciado

Patricia preparó el baño
en la estancia de Raquel.
Anabel cumplió lo mismo
para la duquesa de Teruel

- Querida Victoria
- no me puedo contener
- o esto digo o exploto…
- ¡Qué guapo es el marqués!

Gritó con picardía
la señorita Raquel
y a la vez que se reía
la duquesa reprendía.

- ¡Por Dios, hermana!
- ¡qué locura tan temprana!
- ¿no os dais cuenta, querida,
- que estamos en su casa?

- ¿Que oídos indiscretos
- escuchan bajo las camas…?

- Mas, en voz baja os confieso,
- que mi sofoco en Agosto
- pudo haber sido en Febrero
- pues el hidalgo Don Carlos,
- aunque parezca un tunante,
- cuando acércase galante
- enciéndense mis colores
- la fiebre de mi ser arde
- y es menester confiarte,
- en derecho y en revés,
- del tunante del marqués…
- ¡Pardiez, Raquel!
- En verdad ¡qué guapo es!

Riéronse las hermanas
con gracia y divertimento
a la vez que en Palacio
aumentaba el parlamento

- Victoria, querida
- ¿acaso queréis decir
- que por las artes de Carlos
- os dejareis seducir?

Preguntó Raquel en guardia
viendo que ambas buscaban
codiciar la misma pieza
en el juego de la caza…

- Raquel, querida hermana,
- quizás pueda concluir
- que en el juego del amor
- toda victoria es sana
- si no te dejas herir
- ni tampoco causas baja
- a quien quieres admitir
- de compañero en tu alma

La menor de las hermanas
jugó la baza del honor
y preguntó a la mayor
por el otro gran señor

- Mas, Victoria querida,
- ¿Qué será de Don Luis?
- Sabéis que el conde suspira,
- desde Teruel a Madrid,
- por compartir vuestro lecho
- aunque tenga que morir

Respondió seria la duquesa
la pregunta de su hermana
pues recordóse de pronto
una traición muy villana

- Tenéis que saber Raquel,
- que del lecho del conde,
- por jugar a carta doble,
- ni frío ni calor me esconde
- Como el dicho reza bien
- agua que no debéis beber
- habéis de dejarla correr
- y hombre que os es infiel
- debéis apartaros de él

Ambas hermanas
volviéronse a reír
Llamaron a las criadas
para ayudarse a vestir.
Anabel asistió a Victoria
y con un traje perla gris,
Patricia vistió a Raquel
para el baño concluir

Bajaron ambas mujeres
a comer hacia las tres,
una hora más tarde
de la costumbre en Jardiel.
Impaciente estaba entonces,
el pícaro señor marqués,
más por verlas lozanas
que por hambre de comer…

- ¡Qué formidable presencia!
- ¡Voto a Bríos! Es verdad
- que nunca hubo en mi casa
- ni más atractiva esencia
- ni más dichosa beldad
- que su belleza, señoras,
- refrescante como el mar.

- Música son sus risas
- que florecen en verano
- tan bellas como las rosas
- en pleno mes de Mayo.

- Verlas tan elegantes
- en esas sedas brillantes
- provoca en mí tal estado
- que pido a Dios que no falte,
- en el infierno o a un lado,
- para purgar mis pecados
- un lugar adecuado

Inclinóse el marqués adelante
Un paso atrás, un pie delante,
brazo izquierdo en el aire,
un giro de mano y ¡voilá!,
en pulcro francés elegante
a las damas entretuvo
con su galante: "Madames"

Una cita de Balzac
en justo momento viene
a la boca del marqués
que la conquista detiene…

Aunque eso de conquista,
los hechos confirmarán
que está por determinar
quién cazador será…
quién la presa que resista…

- Creo, querido Don Carlos
- que nuestro tan largo baño
- su apetito ha despertado
- al haberle retrasado
- en su hora de saciarlo.

- Mas, quizás, si nos sentamos
- y tomamos el pescado
- se olvide de ruegos a Dios,
- de infiernos y de pecados

- Con una copa de vino
- y un trocito de lenguado
- cambiaremos ese hambre
- por un sueño descansado

- Hablaremos de franceses,
- de músicos y literatos
- y sabremos para entonces
- más citas de Honorato

Estalló en risas Don Carlos
ocultando el rubor de su cara
al sentirse acorralado
dentro de su propia trampa.

Al escuchar de la dama
tan audaces palabras
a su mente alborotada
y nublada le costaba
definir quién era presa
y qué cazador cazaba

- Está bien duquesa,
- precisa será una tregua,
- mas no saciará este hambre
- ni trozo de lenguado,
- ni charla a la francesa

- Será quizás importante
- esperar la luna llena
- y tal vez la medianoche
- una estrella nos conceda

- Tomemos ahora ese vino
- brindemos por esa estrella
- Deseemos que su luz
- nuestras almas envuelva
- Que seguro es don divino
- y ningún pecado enreda

Tomaron los tres lenguado
regado con vino de Rueda,
tarta de almendra de postre
y por último, té helado.

Turnábanse los señores
con gran deleite en citar
y de famosos autores
versos y prosas recordar

Pasearon hasta el bosque
el marqués y la duquesa
para digerir mejor
aquella abundante mesa.

Raquel habíase quedado
para dormir una siesta
Tras el cansado viaje
lo prefería a la fiesta.

Vio ocasión el marqués
de volver a intentarlo.
Acercóse un poco más
al objetivo soñado.
Lo que antes le frenó
ora le había impulsado
a luchar con más ardor
un trofeo complicado.

- Dígame Victoria,
- ¿qué pensáis vos qué es?
- En un bosque hay una rosa
- Un roble inclinase cortés,
- Un beso pide a la rosa,
- Ella le niega el placer


La dama le observa con calma
Él sobre un haya pone un pie
La piel blanca de ella brilla
bajo el rojo atardecer

- Querido Don Carlos,
- en su juego y por respuesta
- esta pienso yo que es:
- que ningún roble habla
- y ninguna rosa ve
- Que los robles no se inclinan
- y ningún roble es usted
- Que las rosas no se niegan
- a los caprichos del placer
- Y el placer de un beso…
- no se lo niego…, marqués

El marqués sorprendido
del cambio demostrado,
creyéndose vencedor,
acércase a la duquesa
con actitud de soldado

Pensando que la batalla
habíase al fin terminado
intuye que sólo queda
tomar el beso ganado.
Poco espera el marqués
una defensa tan férrea
pues ¿ quién es vencedor?...,
¿tal vez él… o quizás ella?

- ¡Alto Don Carlos!,
- detenga su avance.
- Conviene avisarle.
- que un mínimo error,
- provocará un ataque.
- No piense que voy
- a ser presa fácil.
- Que ni presa soy,
- ni débil, ni cobarde.
- No olvide mi nombre
- ni quién tiene delante
- Que llevo Victoria,
- de Teruel es mi sangre
- Duquesa infante
- Mujer de bandera
- No se deja rendir
- ni por marqués…
- ni por guerrera

Pasada medianoche
la pareja regresa
Acercase sigilosa
por la parte trasera
Convienen entrar
por diferente puerta
Quizás en Palacio
no se aprecie su vuelta

Mas al oír una voz
la duquesa se violenta
Al acercarse descubre
que la risa coqueta,
los juegos de amor
y las palabras secretas,
provienen de Raquel
y de Miguel los poemas

- ¡Por Dios! Raquel
- qué entregada se os ve
- al placer del amor
- con el criado Miguel

- ¿Pues no dudasteis mentir
- que del paseo cansabais
- y preferisteis dormir
- esta tarde soleada?

- ¿Acaso vos no escuchasteis
- lo que hablamos de mañana
- en cuánto a fluir de aguas
- que son malas para el alma?

Al escuchar la voz
de la duquesa enfadada
regresó don Carlos
a mediar entre ambas.

Mas llevaban las dos
sangre de misma madre
y por sus venas fluía
genio de mismo padre

Defendiose Raquel
de Victoria enfadada
haciéndose valer
la menor de las hermanas

- ¡Ah! Victoria querida
- no digáis palabra mentir
- que no fue mentira decir
- que a la alcoba yo me fui
- con intención de dormir

- Mas en honor a la verdad
- será justo admitir
- que al cruzarme con Miguel
- en la escalera de entrada
- la confusión yo viví
- pues el cansancio que sentí
- se fue como si nada
- y la fiebre me subió…
- como a ti…, querida hermana…

- Así pues, dejéme seducir
- por las artes literarias
- del criado baladí
- que me tuvo obnubilada.

- En mi descargo diré
- que no sola me enredé
- pues Patricia y Anabel,
- sin intención de huir,
- arrojáronse también
- al encanto de Miguel
- que aparte de latín
- también sabe francés

- Mas tampoco es menester
- agitar aguas tan claras
- pues en ropas de Don Carlos
- y en tus cabellos hermana
- adivinanse en verdad
- hierbas y espigas varias

- O mucho ha soplado el viento
- o se han agitado las ganas
- tanto en esa parte del bosque
- como en Palacio estas aguas

Tornóse la situación tensa
pues la señora duquesa,
al verse comprometida
por la fatal evidencia,
daba vueltas en círculo
dentro de su cabeza.

Miraba para el marqués.
El marqués miraba a ella.
Miguel miraba a Raquel.
Raquel se sintió duquesa.
Patricia miraba a Anabel.
Anabel miró a la duquesa.

¡Qué tensión se respiraba
en aquel minuto eterno!
Todos esperaban algo
y surgió en ese momento…

Como alma del diablo
presentóse sin motivo
en casa de Don Carlos
un misterioso individuo.

El conde de Mirabent,
Don Luis, amante herido,
los ojos enrojecidos,
el aire constreñido
y la furia del ofendido,
escuchó lo sucedido
escondido entre los pinos
cercanos al lado norte
del Palacio enemigo.

El conde muy alterado,
cortó el aire con sus gritos
incapaz de dominar
tanto orgullo herido.

Todos escucharon
sin sentirse aludidos
creyendo que el conde
habíase enloquecido
Mirándose en silencio
sin moverse del sitio
no dieron más atención
a las palabras del ido…

- ¡Por mi honor que soy vencido!
- No puedo creer lo vivido
- Que prefiero morir
- a recordar lo visto y oído
- Que mi derrota es cruel
- ¡Que injusto es el destino!

- Pues ya pasan de las seis
- Ni Patricia, ni Miguel…
- Ni Victoria, ni Anabel…
- Ni Carlos, ni Raquel…
- ¡Os di permiso a las tres!
- para tomar un café
- y os encuentro reposando
- el lenguado del chef

- Hay colas en congelados,
- en sección de libros,
- en perfumes y en regalos
- y aquí estáis todos sentados
- entre amores cortesanos
- recitando plácidamente
- entre jarras de té helado.

- ¡Qué carrozas inglesas
- ni qué yeguas de Jerez!
- Que vinimos en dos coches,
- dos peugeot doscientos-seis
- ¡Que estamos solo diez gatos
- en todo El Corte Inglés!

- ¡Poneos las pilas y vamos!
- que de esta nos despiden
- a vosotros por pasaros
- y a mí por dejaros libres

- Despedíos de duquesas
- de condes y del marqués
- que mañana a estas horas
- nos vemos todos en el tren.

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[1452]

¡Alucinante! Lo más original que he leído hasta ahora.

[Fley]

Jajaja es muy divertido y muy original. Tiene mucho curro. Bravo por el autor

[Desierto]

¡¡Aplausos!!

[SHardin]

Leído y disfrutado, arriesgado y conseguido. Casi me enfada el final del relato, pero del odio al amor hay un paso .

[al_bertini]

Brillante y divertidísimo Sin duda el relato más original de todos

[Campanilla]

Un soplo de aire fresco.
Bravo, por la audacia y por el trabajo.

[Felicity]

síi este me ha gustado mucho
aunque ya tengo favorito ( o eso creo) este es de lo más original Bravo!

[Kobayashi]

flipao me he quedado... y el final?? he tenido que leerlo tres veces, no me creía estar leyendo doscientos-seis

[El Ekilibrio]

¡Ya tenemos juglar en este foro! ¡Qué alegría más grande!.

Felicidades. Es un trabajo, además de espléndido, hermoso.

[isabelita]

Jo, qué bueno, y qué trabajazo lleva. Felicidades

[Emma]

Hay colas en congelados,
- en sección de libros,
- en perfumes y en regalos
- y aquí estáis todos sentados
- entre amores cortesanos
- recitando plácidamente
- entre jarras de té helado.

Ahí se me han caído dos lagrimones

Muy original y trabajado. Gracias.

[cometa azul]

Me he quedado sin palabras. GENIAL

[Katia]

No, si la originalidad es innegable: mezcla de dramaturgo y poeta en en aotor/a. Pero a mí que me parece... Ummmm... ¿Superficial, tal vez? Sí, quizá sea eso.

[Gabi]

Impresionante!